La controversia suscitada en Argentina en torno a la tripulación iraní del avión venezolano Boeing 747-300M, con matrícula YV3531, alcanzó a una carga traída desde México, que estaba dirigida para Volkswagen Argentina. La filial argentina del fabricante alemán de automóviles emitió un comunicado para desligarse de la polémica de la aeronave.
“Volkswagen Argentina S.A. manifiesta expresamente que no tiene relación alguna con la situación del avión Boeing 747-300 de transporte de cargas de origen venezolano. Volkswagen Argentina S.A compra a Faurecia S.A / SAS Automotriz SA las piezas de los asientos y panel de instrumentos para el modelo Taos de producción nacional suministrados por SAS”, puntualizó la fábrica de General Pacheco, en la Provincia de Buenos Aires.
“La relación entre el forwarder y la compañía aérea para que las mencionadas piezas lleguen a la Argentina es algo que Volkswagen Argentina S.A desconoce y no tiene relación alguna con los hechos sucedidos. Volkswagen Argentina S.A cumple todas las normas internacionales y de ética y Compliance en relación a la contratación de sus proveedores”, menciona el comunicado que fue difundido por la agencia Télam.
Nota relacionada: José Ortiz: “Los cargueros son contratados por el comprador”
La prensa argentina informa que, luego del control aduanero, la carga proveniente Querétaro (México) fue liberada. También se describió que la compañía autopartista SAS Automotriz, parte del grupo francés Faurecia, contrató tres vuelos urgentes, incluyendo el servicio de la aerolínea venezolana Emtrasur Cargo, que operaba el vuelo 9218.
El transporte aéreo trajo 79 bultos de autopartes de Faurecia, de los cuales la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en el aeropuerto de Ezeiza (Buenos Aires) escaneó cinco bultos y contenían lo declarado. Al día siguiente, en otro vuelo, la autopartista mexicana remitió otros 45 bultos para Volkswagen.
Se trata del mismo avión contratado por una empresa internacional para llevar una carga de cigarrillos producidos en Paraguay con destino a Aruba (isla del Caribe al norte de Venezuela). El Boeing llegó, procedente de Venezuela, el viernes 13 de mayo al Aeropuerto Internacional Guaraní, en el distrito de Minga Guazú, y despegó a las 3:00 de la mañana del lunes 16 de mayo.
Al respecto, Douglas Cubilla, director de Aeropuertos de la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac), aclaró a la 730 que “los tripulantes, por protocolo, fueron del avión al hotel y del hotel al avión”, e indicó que la carga fue revisada por la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) y se cumplieron con los controles habituales de Migraciones.
Nota relacionada: “Los cargueros son contratados por el comprador final”, explica José Ortiz
De Aruba al continente asiático
El recorrido cubrió República Dominicana, Nicaragua y Venezuela, hasta aterrizar en Aruba, el 20 de mayo. El itinerario de este avió continuó de Aruba a Caracas, y de la capital venezolana a la de Irán, Teherán, el 25 de mayo. Ese mismo día viajó a Moscú (Rusia), retornó a Teherán, fue a Belgrado (Serbia), y el 26 de mayo volvió a Caracas. El 4 de junio fue hasta Quéretaro (México) y, al dirigirse a Buenos Aires, el 6 de junio, pide permiso para un aterrizaje de emergencia en Asunción por la niebla que afecta al aeropuerto en Ezeiza, que se deniega, por lo que su descenso se concreta en Córdoba.
Pasado el mediodía del lunes 6 de junio pudo despegar, llegando a Ezeiza a las 15:00. Luego de los trámites correspondientes, el 8 de junio a las 14:44 despegó rumbo a Montevideo (Uruguay), pero tuvo que regresar 20 minutos después, tras sobrevolar el Río de la Plata, debido a que el gobierno uruguayo le denegó el ingreso como consecuencia del alerta internacional sobre su tripulación iraní.
Según describe Página 12, la empresa Faurecia pagó a la Shell el combustible para el regreso del avión venezolano, pero un abogado advirtió a esta última empresa que podría tener problemas con Estados Unidos, por lo que el piloto intentó conseguir el carburante en YPF y Axion, sin éxito. El 9 de junio, la aeronave consiguió una carga en Montevideo, donde se bloqueó su aterrizaje. Ahora depende de la venta de un proveedor para poder llegar a Bolivia.
Nota relacionada: Avión carguero: “Todo está documentado, no hay irregularidad”
Pese a la revisión de la Aduana con personal especializado y canes que no hallaron ninguna carga ilícita; y que la Dirección Nacional de Migraciones (DNM) chequeó a los 19 tripulantes, sin encontrar órdenes de captura o alertas rojas; la retención de la aeronave fue ordenada por el juez Federico Villena, en base a una denuncia de Jorge Knoblovits, presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA).
Villena resolvió que la tripulación fuera a un hotel en Ezeiza; a los venezolanos se les devolvió los pasaportes y a los cinco iraníes se les prohibió la salida del país por 72 horas, en base a la denegación uruguaya, hasta esclarecer si pertenecen a la guardia islámica conocida como Al Quds. Para el caso se solicitó el secreto de sumario.
Los iraníes son Mohammad Khosraviaragh, Gholamreza Ghasemi, Mahdi Mouseli, Saeid Vali Zadeh y Abdolbaset Mohammadi; aunque la atención se centró en el piloto Gholamreza Ghasemi, por una situación de homonimia con un integrante de la guardia revolucionaria Al Quds, aunque Migraciones chequeó que es diez años menor que el militar con búsqueda internacional.
Sospechas de terrorismo
La otra sospecha por terrorismo refiere a la aeronave, que habría estado relacionada con Al Quds, la Guardia Revolucionaria de Irán, hace 15 años, por su operación a cargó de Mahan Air, una compañía área relacionada a esta organización militar iraní. Esta fuerza y sus empresas fueron designadas como “terroristas” por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos en octubre de 2007.
El avión Boeing 747 fue adquirido en febrero de este año por Emtrasur, una nueva división de carga creada en noviembre de 2020, filial del Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos (Conviasa), esta última sancionada por la Oficina de Control de Activos Extranjeros y Sanciones del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. No obstante, la matrícula YV3531 no estaría registrada en la lista como propiedad bloqueada.
Nota relacionada: Flete aéreo: “Documentado, nada irregular”
Por otra parte, la tripulación retenida en Argentina sería parcialmente distinta a la que llegó a Paraguay, donde el funcionario de Dinac reportó 18 personas a bordo, siete ciudadanos iraníes y 11 venezolanos. En el caso de los tripulantes varados en Buenos Aires, se identificaron tres capitanes, tres primeros oficiales, tres ingenieros, un load master (responsable de la carga), tres mecánicos y cinco extratripulantes.
Al respecto, el diario Página 12 especifica: “Por lo general, ésta última categoría es para los que se dedican a la cuestión de la carga o a tareas de limpieza o en algún caso son aprendices. Es una tripulación grande, pero no inhabitual en empresas chicas que no tienen bases en distintos países y que pueden recambiar la tripulación. Las grandes compañías cargueras tienen pilotos destinados en distintos lugares, pero las chicas ya llevan los recambios en el propio avión. Toda la tripulación tenía licencia aeronáutica”.
Nota relacionada: Dinac autorizó operación de avión carguero venezolano en el país