Irán llevó a cabo la ejecución de 12 reclusos en una prisión del sureste, denunció el martes la oenegé noruega Iran Human Rights (IHR), y destacó su preocupación por el aumento de las ejecuciones en la República Islámica.
Once hombres y una mujer, con condenas que iban desde el tráfico de drogas hasta el asesinato, fueron ahorcados el lunes en la prisión de Zahedan, en la provincia de Sistán Beluchistán (cerca de las fronteras con Afganistán y Pakistán), afirmó la oenegé noruega IHR, que trabaja en Irán.
Todos ellos eran miembros de la minoría étnica baluchí, de creencia sunita, en un país donde el chiismo es mayoritario, añadió. Los activistas expresaron su preocupación por la desproporción de ejecuciones de miembros de minorías religiosas y étnicas en Irán, sobre todo kurdos, árabes y baluchíes.
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Frente al aumento de las protestas en el país por el aumento del precio de los bienes básicos, The National Council of Resistance of Iran, prohibido en el país, cree que los “el régimen está intensificando la represión y los asesinatos”.
“Los datos reunidos por Iran Human Rights muestran que los prisioneros baluchíes fueron el 21% de todas las ejecuciones en 2021, cuando solo representan entre un 2 y un 6% de la población”, explicó la oenegé.
Según IHR, 333 personas fueron ejecutadas en Irán en 2021, un 25% más que en 2020. Por su parte, Amnistía Internacional, en su informe anual de ejecuciones en el mundo afirma que en Irán hubo un 28% en 2021, pero advierte de que esta cifra puede ser más alta.
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Fuente: AFP.