El exguerrillero y senador Gustavo Petro ganó la primera vuelta presidencial en Colombia con más del 40% de los votos, pero deberá disputar un balotaje con el ‘outsider’ millonario Rodolfo Hernández (28%), según un conteo preliminar divulgado este domingo.

Con el 98% de los votos contabilizados, el parlamentario de 62 años se encamina así a convertirse en el primer izquierdista en gobernar Colombia, de imponerse sobre el ingeniero Hernández (77 años) el 19 de junio.

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El voto de los colombianos

De la mano de un senador y exguerrillero, la izquierda en Colombia se encamina a ganar este domingo la primera vuelta de la elección presidencial, impulsada por el desgaste de la derecha en el poder y el malestar social que desencadenó en protestas masivas.

La jornada, que inició a las 08H00 locales, concluyó a las 21H00, tras lo cual comenzó un primer conteo de los votos a cargo de la Registraduría, organismo responsable de organizar los comicios.

Se prevé que la autoridad entregue resultados consolidados cuatro horas después del cierre de las votaciones, antes de dar paso al escrutinio. El candidato Gustavo Petro, de 62 años, domina la intención de voto, pero todo indica que no tendrá suficiente margen para evitar el balotaje del 19 de junio.

Federico Gutiérrez (47) y Rodolfo Hernández (77), el primero aspirante por una coalición de derecha y afín al oficialismo, el segundo un outsider millonario, se perfilan como sus probables rivales en el segundo turno, según encuestas.

De cumplirse las expectativas, la izquierda alcanzará su mejor resultado electoral en este país gobernado históricamente por élites, con la mayor producción de cocaína del mundo y una violencia rural en aumento, pese al acuerdo de paz de 2016 que desarmó a la guerrilla de las FARC.

Sin embargo una vez más la abstención, que ronda el 50% en este país de 50 millones de habitantes, sobrevuela los comicios. Bajo la vigilancia de unos 300.000 soldados y policías, los colombianos votaron mayoritariamente en paz, en línea con las jornadas electorales de los últimos años.

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Voto castigo

Petro, que depuso las armas en 1990 tras la desmovilización del M-19, el grupo rebelde nacionalista en el que militó por 12 años, llegó a esta elección abanderando el cambio y la ruptura.

“Estamos representando la voluntad del cambio (...) confío que esa voluntad de cambio sea mayoritaria”, expresó el candidato tras votar en un barrio popular de Bogotá.

Según el analista Daniel García-Peña, “en estos últimos cuatro años se ha profundizado la desigualdad y los niveles de pobreza, la inconformidad y el descontento, y quien ha sabido leer e interpretar y conectarse con el electorado es Petro”.

Tal fue la sensación que se percibió entre muchos votantes. “Las personas que han dirigido el país lo tienen despedazado, entonces hay que cambiar”, dijo a la AFP Luis Hernán Álvarez, guardia de seguridad que votó por Petro en Bogotá.

Sobre el final de esta campaña, Gutiérrez se alineó con el anhelo de reformas: “Colombia (...) sí necesita un cambio, pero ese cambio tiene que ser seguro”. Así, la elección se define entre el cambio radical que plantea Petro, el moderado que propone Gutiérrez o la alternativa incierta de Hernández, quien engloba su programa en el combate frontal a la corrupción.

Ninguno de los favoritos defiende la gestión del conservador Iván Duque, muy impopular por el manejo económico de la pandemia y quien enfrentó masivas protestas en 2019 y 2021 encabezadas por jóvenes que fueron duramente reprimidos por la fuerza pública.

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Transparencia en duda

El Pacto Histórico, la coalición que encabezan Petro y Francia Márquez, la ambientalista que quiere ser la primera vicepresidencia afro, viene de obtener el mejor resultado para la izquierda en las legislativas, aunque sin asegurar mayorías.

La Registraduría quedó en entredicho por las inconsistencias en el conteo preliminar de esos comicios, que le restaron votos al movimiento de Petro y a otras agrupaciones políticas. El desfase de un millón de votos entre el cómputo preliminar y el escrutinio sembraron dudas sobre la transparencia del proceso.

Ante al ausencia de una auditoría externa del software empleado para la suma de los sufragios, la campaña de Petro anunció su propia veeduría, y expresó preocupación por la compra de votos. Este domingo el Ministerio del Interior dijo haber recibido 584 denuncias sobre “delitos electorales”.

Durante la tensa y polarizada campaña, tanto Petro como Gutiérrez denunciaron amenazas. Su protección fue reforzada, principalmente la del izquierdista, quien tuvo que blindarse con chaleco antibalas y escudos a su alrededor para subir a las tarimas ante el temor de un magnicidio como los del siglo XX, cuando fueron asesinados cinco presidenciables.

Fuente: AFP.

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