Rusia advirtió de la amenaza “real” de una Tercera Guerra Mundial, antes de una reunión este martes entre Estados Unidos y sus aliados para discutir el envío de más armas a Ucrania. La invasión rusa de su vecino generó amplio apoyo occidental a Ucrania, que ha recibido armas para ayudarle en la guerra contra las tropas rusas. Pero las potencias occidentales han sido reticentes a profundizar su involucramiento por temor a generar un conflicto con Rusia, que posee armas nucleares.

Hablando a agencias noticiosas rusas, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, advirtió de que “es serio” el riesgo de una Tercera Guerra Mundial y criticó el abordaje ucraniano de las tambaleantes conversaciones de paz. “Es real, no se puede subestimar”, sostuvo Lavrov.

Durante meses, el presidente Volodimir Zelenski ha pedido armas pesadas a sus aliados occidentales, como artillería y aviones de combate, esperando cambiar el curso de la guerra con más poder de fuego. Su mensaje comenzó a resonar entre varios países de la OTAN que han prometido enviar armas pesadas y equipo, pese a las protestas de Moscú.

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En un viaje histórico a Kiev, el jefe del Pentágono Lloyd Austin y el secretario de Estado Antony Blinken se reunieron con Zelenski y prometieron 700 millones de dólares en nueva ayuda a Ucrania. “La primera cosa para ganar es creer que se puede ganar”, declaró Austin a periodistas tras la reunión con el presidente ucraniano. “Ellos pueden ganar si tienen buenos equipamientos, el apoyo adecuado”, agregó.

Por invitación estadounidense, 40 países celebrarán una cumbre de seguridad el martes en Alemania para discutir el envío de más armas a Ucrania, así como garantizar la seguridad del país después del fin de la guerra. Entre los países invitados están aliados europeos de Washington, así como Australia y Japón, que temen que una victoria rusa en Ucrania siente un precedente que alimente las ambiciones territoriales de China.

También están invitados Finlandia y Suecia, países históricamente neutrales que han considerado unirse a la OTAN desde la invasión rusa de Ucrania. Por el lado ruso, el presidente Vladmir Putin deberá conversar el martes con su colega turco, Recep Tayyip Erdogan, informó su portavoz a RIA Novosti.

Ataques

Pero lejos del ajetreo diplomático, en la línea de combate, civiles continúan muriendo al continuar los enfrentamientos en Ucrania. Al menos cinco personas murieron y otras 18 heridas el lunes luego de que un cohete ruso cayó sobre un ferrocarril en la región de Vinnytsia, en el centro de Ucrania.

El jefe de Ferrocarriles de Ucrania, Alexander Kamyshin, dio a conocer los ataques y acusó a Moscú de “sistemáticamente” destruir la infraestructura ferroviaria. Decenas de personas murieron previamente este mes en ataques rusos a una estación de tren usada en evacuaciones en la ciudad oriental de Kramatorsk.

Járkov, la segunda ciudad ucraniana, permanece parcialmente rodeada y las fuerzas de Moscú se reagrupan en el sur, pero un intento ruso de avanzar a Zaporiyia, en el este, ha fracasado, indicó el ministerio de Defensa ucraniano. Entre tanto, el lunes, el gobernador de una región rusa fronteriza con Ucrania, acusó a Kiev de bombardear un de sus poblados, donde dos civiles resultaron heridos y varias casas dañadas.

“Una aldea fue atacada (...) Está claro que hay civiles heridos”, escribió en Telegram Vyacheslav Gladkov, gobernador de la región de Belgorod. En las últimas semanas, Rusia acusó a las fuerzas ucranianas de atacar su territorio, incluyendo dos aldeas en Belgorod y otra en la región de Briansk.

Moscú también acusó a Kiev de impedir que civiles atrapados con soldados ucranianos en la planta siderúrgica de Azovstal, de Mariúpol, pudieran salir del complejo industrial pese a un anuncio de alto el fuego. El ministerio ruso de Defensa había dicho que permitiría la evacuación de civiles de la planta, donde permanece lo que queda de la resistencia ucraniana en la ciudad portuaria.

Pero el ejército ruso dijo el lunes de noche que nadie utilizó el corredor humanitario abierto. “Las autoridades de Kiev nuevamente han socavado cínicamente esta operación humanitaria”, indicó en un comunicado, al acusar al gobierno ucraniano de “indiferencia” hacia sus ciudadanos.

Investigan crímenes

Por su parte, 40 diplomáticos alemanes fueron expulsados de Rusia luego de que Berlín hizo lo mismo semanas atrás con 40 diplomáticos rusos. En La Haya, el fiscal jefe de la Corte Penal Internacional se unirá a un equipo investigador de la Unión Europea para indagar “supuestos crímenes internacionales cometidos en Ucrania”, dijeron autoridades.

El fiscal visitó la ciudad de Bucha, donde murieron decenas de civiles, según Urania, a manos de las fuerzas rusas. Moscú negó la responsabilidad de las muertes. “Ucrania es una escena de crimen. Estamos aquí porque tenemos motivos razonables para creer que se están cometiendo crímenes dentro de la jurisdicción de la corte”, declaró Karim Khan.

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En tanto, el FMI advirtió que países asiáticos, como el resto del mundo, se han visto afectados por la guerra y las sanciones occidentales contra Moscú, que han aumentado los precios internacionales de alimentos y combustibles. “Este es un momento desafiante para las autoridades que intentan enfrentar las presiones sobre el crecimiento y contener la inflación, comentó en un blog Anne-Marie Gulde-Wolf, del FMI.

La ONU tiene previsto votar el martes una resolución que llama a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad a justificar su uso del veto en el futuro. “No está dirigido a Rusia”, aseguró el copatrocinador de la iniciativa, Christian Wenaweser, embajador de Liechtenstein ante la ONU. La propuesta estuvo congelada dos años y fue retomada en momentos que el Consejo de Seguridad ha sido incapaz de condenar la invasión rusa a Ucrania por el poder de veto de Moscú.

Fuente: AFP.

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