Los jefes de la diplomacia y la defensa de Estados Unidos llegarán a Kiev este domingo, para su primera visita desde que Rusia invadió Ucrania hace dos meses, en momentos en que cruentos combates ensombrecen la Pascua ortodoxa.
Los secretarios estadounidenses de Estado, Antony Blinken, y Defensa, Lloyd Austin, visitan la capital ucraniana cuando la guerra, que ha dejado miles de muertos y millones de desplazados, cumple dos meses. Desde el inicio del conflicto, varios líderes europeos viajaron a Kiev para reunirse con el presidente Volodimir Zelenski y brindar apoyo a Ucrania, pero Estados Unidos no había enviado hasta ahora a ningún alto cargo.
La visita de Blinken y Lloyd a Ucrania coincide con las celebraciones de Pascua en este país mayoritariamente ortodoxo. “Nuestras almas están llenas de un odio feroz hacia los invasores y todo lo que han hecho. No dejemos que la rabia nos destruya por dentro”, dijo Zelenski en una declaración con motivo de la festividad. Horas antes, el mandatario dijo que se preparaba para las “importantes conversaciones con aliados estadounidenses”.
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El papa Francisco renovó este domingo ante miles de fieles en la plaza San Pedro su llamado a una tregua con motivo de la Pascua ortodoxa. El Departamento de Estado americano declinó hacer comentarios sobre el viaje altamente sensible de dos de los principales miembros del gabinete del presidente Joe Biden.
En el terreno, las fuerzas rusas no dan señal de reducir sus ataques tras un lanzamiento de misil en la ciudad sureña de Odesa, que según Ucrania mató a ocho personas, incluido un bebé. “Entre los muertos figura una bebé de tres meses. ¿Cómo amenazó ella a Rusia? Parece que matar niños es una nueva idea nacional de la Federación Rusa”, dijo Zelenski. También acusó a Rusia de ser un estado terrorista y de actuar como los nazis en la devastada ciudad de Mariúpol, bombardeada intensamente desde hace semanas.
Tregua en Mariúpol
La ONU pidió este domingo una tregua “inmediata” en Mariúpol para permitir la evacuación de unos 100.000 civiles que siguen atrapados en esta ciudad portuaria ucraniana controlada casi en su totalidad por el ejército ruso, según un comunicado de su coordinador en Ucrania. “Necesitamos una pausa en los combates ahora mismo para salvar vidas. Cuanto más esperemos, más vidas estarán amenazadas. Se les debe permitir evacuar ahora, hoy mismo. Mañana será demasiado tarde”, dijo Amin Awad.
El último de varios intentos de evacuar civiles fracasó el sábado, y una unidad de combatientes ucranianos oculta en túneles bajo una planta de acero parecía estar en situación desesperada. Alrededor de 200 residentes se congregaron el sábado en un sitio de evacuación designado en Mariúpol, pero fueron “dispersados” por las fuerzas rusas, dijo en Telegram Petro Andiushchenko, un funcionario municipal.
Aseguró que impidieron la evacuación y que otros civiles fueron llevados a autobuses dirigidos a sitios bajo control ruso. Ucrania dijo a primera hora del domingo que las fuerzas rusas seguían bombardeando la ciudad del mar de Azov, incluida la acería Azovstal, el último reducto de resistencia de los combatientes ucranianos.
Mariúpol, que el Kremlin asegura haber tomado, es clave en los planes militares rusos de forjar un corredor terrestre entre Crimea, bajo ocupación rusa, y el este de Ucrania. Aunque los combates se extendían por casi todo el país, muchos ucranianos desafiaron las bombas para recibir la tradicional bendición en la Pascua ortodoxa, que los ucranianos celebraban este domingo. En el frente de batalla de la ciudad oriental de Limán los soldados cambiaron el habitual saludo patriótico de “¡Gloria a Ucrania!” por “¡Cristo ha resucitado!”.
Ataque en Odesa
Más al oeste, un misil cayó en un edificio residencial en el puerto de Odesa, en el mar Negro, donde mató a ocho personas y dejó 18 heridos, según Zelenski, quien indicó que cinco misiles cayeron en la ciudad. “Identificaremos a los responsables de este ataque, los responsables del terror ruso”, agregó.
El ministerio ruso de Defensa aseguró que había apuntado a un depósito de armas cerca de Odesa, rompiendo la calma que había tenido esa ciudad desde el inicio de la guerra. El ministerio también indicó que los servicios especiales ucranianos de Odesa preparan una “provocación con el uso de sustancias químicas tóxicas” para culpar a Rusia.
Las potencias occidentales han acusado a Rusia de hacer tales acusaciones para encubrir ataques planeados por sus propias fuerzas. Por su parte, un alto militar ruso aseguró que la meta de su país es tomar control total sobre la región oriental de Donbás y el sur de Ucrania. Las fuerzas rusas, que se retiraron del norte de Ucrania y el entorno de Kiev tras sus frustrados intentos de tomar la capital, ya ocupan gran parte de Donbás y el sur.
Crímenes de guerra
Tras cambiar de foco estratégico hacia el sur y este de Ucrania, las fuerzas rusas dejaron atrás una estela de destrucción alrededor de Kiev. Una misión de la ONU en la ciudad de Bucha, cerca de Kiev, documentó “matanzas ilegales, incluyendo la ejecución sumaria de unos 50 civiles”, según la oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU.
Las fuerzas rusas “bombardearon indiscriminadamente áreas pobladas, mataron civiles y destruyeron hospitales, escuelas y otras infraestructuras civiles, lo que podría constituir crímenes de guerra”, señaló. Tania Boikiv, de 52 años, dijo que las fuerzas rusas se llevaron a su esposo de su casa en Bucha, lo retuvieron dos semanas y luego lo mataron a golpes al irse. “Lo más terrible en mi vida es que mi esposo, mi amor, no está”, declaró a AFP. “No sé qué puede ser peor”, expresó.
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Fuente: AFP.