“La última vez que se llevó a cabo una campaña de destrucción semejante de una cultura indeseable fueron los nazis en Alemania, hace cerca de 90 años. Nos acordamos bien de las imágenes de los libros quemados en las plazas públicas”, dijo el presidente de Rusia, Vladimir Putin en un discurso televisado este viernes pasado.
“Se borra de los carteles de conciertos a (los compositores rusos) Chaikovski, Shostakovich, Rajmáninov... Se prohíben los escritores rusos y sus libros”, citó. Putin y otros responsables rusos multiplican las comparaciones entre la Alemania nazi y los países occidentales, a los que acusan de llevar a cabo una campaña rusófoba mediante las sanciones impuestas tras la ofensiva rusa en Ucrania.
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Rusia justifica esta operación militar asegurando que hay intentos “neonazis” ucranianos de exterminar a los rusófonos del país. La ofensiva en Ucrania ha suscitado una ola de solidaridad mundial con ese país que supera las sanciones decretadas por los gobiernos. Así, grandes federaciones deportivas y centros culturales de referencia dejan fuera de sus programas a atletas y artistas de Rusia.
Por ejemplo, en París se excluyó del programa al director de orquesta ruso Valery Gergiev y a la orquesta del Bolshoi; y en Londres, el director de orquesta Pavel Sorokin también quedó fuera de la Royal Opera House. Además, los bailarines brasileño David Motta Soares e italiano Jacopo Tissi, ambos del Bolshoi, dimitieron en estos días de sus puestos.
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Foto: AFP.