Una eventual suspensión de pagos de Rusia tendría “un efecto directo bastante limitado en el resto del mundo”, afirmó este martes Gita Gopinath, la número dos del Fondo Monetario Internacional (FMI). Estados Unidos y sus aliados impusieron duras sanciones a Rusia tras su invasión de Ucrania, pero Moscú ha pagado sus deudas hasta el momento.
Aun así, hay preocupaciones sobre su capacidad para seguir haciéndolo, en particular cuando expire el 25 de mayo una exención estadounidense que permite estas transacciones.
“Si cayera en default, creo que el efecto directo en el resto del mundo sería relativamente limitado, ya que los números a los que nos referimos son relativamente bajos a escala mundial”, declaró la funcionaria del FMI. “Esto no representa un riesgo sistémico para la economía global”, añadió, pero matizó que algunos bancos más expuestos podrían verse más afectados, en entrevista con la revista Foreign Policy.
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Las sanciones cortaron efectivamente los vínculos de Rusia con el sistema financiero global, al prohibir la mayoría de las transacciones, excepto para el pago de deuda y compra de petróleo. Las medidas también congelaron 300.000 millones de dólares de reservas en divisas que el gobierno ruso tenía en el extranjero.
Alto riesgo de impago
Moscú evitó el fin de semana el riesgo de caer en impago, tras desembolsar 117 millones de dólares en dos bonos denominados en dólares por concepto de intereses, a través de JPMorgan y Citigroup, que confirmaron con el Departamento del Tesoro estadounidense que las transacciones fueron autorizadas.
El gobierno inicialmente informó que realizaría los pagos en rublos, lo que sería considerado como un impago por las agencias calificadoras de la deuda. Sin embargo, algunas obligaciones pueden ser pagadas en moneda local.
Una fuente cercana al caso dijo a la AFP el martes que JPMorgan recibió otro pago por 66 millones de dólares, aunque no pudo confirmar si los fondos han sido enviados a Citi. Pero los Servicios de Inversiones de Moodys declararon el martes que persiste el riesgo de un impago.
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“El riesgo de un default de Rusia y la potencial de pérdida para los inversores siguen siendo muy altos dado el marcado deterioro que hemos visto en la capacidad y la voluntad del gobierno para cumplir con sus obligaciones de deuda en semanas recientes”, indicó la agencia calificadora en un informe.
El documento anota que Moscú tiene un pago de 100 millones de dólares previsto para el 27 de mayo, luego de que expire la exención general para estas transacciones.
“Luego de esta fecha, los ciudadanos estadounidenses requerirán una licencia específica para seguir recibiendo pagos de la deuda, lo que va a perjudicar aún más la capacidad de los inversores para recibir reembolsos de deuda soberana”, señala el informe.
Moodys rebajó a principios de marzo la calificación de Rusia de Ca a B3, con una perspectiva negativa. La agencia de calificación S&P hizo lo mismo la semana siguiente, rebajando la nota de la deuda rusa de CCC- a CC, a dos peldaños de la de los países en suspensión de pagos.
Un default tendría serias implicaciones para Rusia, debido a que volver al mercado de crédito “no es tan fácil”, dijo Gopinath. El gobierno tiene deudas por alrededor de 40.000 millones en dólares, pero solo la mitad se encuentra en manos de acreedores extranjeros. Un monto relativamente pequeño en relación con el tamaño de la economía y sus ingresos por petróleo.
El último default de Rusia ocurrió en 1918, cuando el líder de la Revolución bolchevique, Vladimir Lenin, rechazó reconocer las obligaciones del depuesto régimen del tsar. El gobierno dejó de pagar la deuda interna en rublos en 1998, en medio de un crisis económica a raíz de la cual acumuló unos 600.000 millones de dólares en reservas, en buena medida provenientes de ventas del petróleo y gas natural.
Gopinath descartó la idea de que las sanciones occidentales puedan socavar la posición del dólar como divisa de reserva dominante, pero dijo que podría contribuir a la “fragmentación” de los sistemas de pago y modificar el comercio mundial, en particular en cuanto a energía, especialmente si la guerra se prolonga.
“Por ejemplo, sabemos que el comercio de la energía nunca volverá a ser el mismo después de la guerra en Ucrania”, declaró.
Fuente: AFP