Corea del Sur elegirá el miércoles a un nuevo presidente, entre un candidato conservador antifeminista y un liberal acosado por los escándalos, ambos bien situados en los sondeos. Los dos candidatos con más apoyo, el exfiscal Yoon Suk-yeol, del Partido Poder Popular, y el exgobernador Lee Jae-myung, del gobernante Partido Democrático, aparecen empatados en la disputa por dirigir la cuarta mayor economía de Asia.
Lo que sustenta sus campañas no son sus promesas electorales o su política hacia Corea del Norte, sino lo que la prensa llama el “ciclo de venganza” de la política surcoreana. “Esta elección es la batalla entre dos fuerzas opuestas, los progresistas y los conservadores”, explica Park Sang-byoung, analista de política.
Los presidentes surcoreanos solo pueden servir para un mandato de cinco años, y, hasta la fecha, todos los expresidentes todavía vivos han sido investigados y encarcelados por corrupción al dejar el cargo. El presidente saliente, Moon Jae-in, llegó al poder luego de que su antecesora, Park Geun-hye, fue destituida por un escándalo de tráfico de influencias que llevó al encarcelamiento de un heredero de Samsung.
Ahora los conservadores de Park quieren venganza. Irónicamente, su candidato Yoon era fiscal jefe bajo el actual gobierno y procesó a Park cuando fue destituida, una experiencia que propulsó su perfil y su popularidad y lo llevó a entrar en la política.
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División
En los últimos años, la política surcoreana ha visto “una profundización de la división”, con elecciones más centradas en rivalidades partidarias que en propuestas, comenta a AFP el analista político Yoo Jung-hoon. “Muchos conservadores siguen resentidos por la destitución de Park Geun-hye”, indica.
Yoon propuso a los votantes molestos la posibilidad de “venganza” por la salida de Park, llegando a amenazar con investigar a Moon por “irregularidades” que no ha precisado. Sus comentarios fueron refutados por la Casa Azul, la sede presidencial, y el candidato oficialista Lee dijo que reflejan que su rival no está calificado para gobernar. Pero, según los analistas, se trata de la política habitual en Seúl
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“El gobierno de Moon ha procesado a muchos excargos con el argumento de erradicar la corrupción”, señala Shin Yul, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Myongji. “Espero que se aplique el mismo estándar al gobierno de Yoon si se detectan irregularidades”, comenta.
La esposa de Yoon, sin quererlo, dio en enero un indicio de la campaña, al afirmar que enemigos y críticos serán procesados si su esposo gana la elección porque esa es “la naturaleza del poder”, según comentarios grabados y divulgados tras una disputa legal.
¿Y las propuestas?
Las encuestas señalan que las preocupaciones de los votantes son el creciente costo de la vivienda en Seúl, el estancamiento económico y el persistente desempleo juvenil. Aún así, la campaña se ha centrado en ataques personales.
Lee, exalcalde y exgobernador provincial, ha hecho una serie de propuestas, desde un ingreso básico universal hasta uniformes escolares gratuitos, pero han sido opacadas por la cobertura mediática de sus escándalos. Se le investiga por una presunta operación inmobiliaria, sobre todo tras el suicidio de dos testigos claves.
También tuvo que iniciar su campaña disculpándose por una llamada familiar llena de palabrotas y circulan rumores de que tiene vínculos con la mafia. Su mujer fue acusada de malversar fondos públicos. Pero su rival Yoon también cometió errores. El más reciente fue cuando tuvo que borrar un tuit sobre Ucrania en el que incluyó una mandarina con una cara enojada, una extraña referencia a la Revolución Naranja del país.
Pero la propuesta más polémica de Yoon es la de suprimir el ministerio de la Igualdad de Género, al considerar que, pese a los datos que muestran lo contrario, las mujeres surcoreanas no enfrentan “discriminación sistémica de género”, según él. Yoon es también más duro que Lee con Corea del Norte, y ha amenazado con un ataque preventivo si llega a ser necesario.
Pero a pesar de que realizó siete pruebas de armamento en enero, Corea del Norte no es un tema crucial en las elecciones, según los analistas. “Los lanzamientos del Norte tienen un impacto mínimo en las elecciones porque ya se acabó la competencia surcoreana con el Norte por la supremacía”, señala el analista Yoo Jung-hoon.
Fuente: AFP.