Autoridades brasileñas informaron ayer que la cifra de muertos por las lluvias torrenciales que provocaron inundaciones y deslizamientos de tierra en la ciudad brasileña de Petrópolis aumentó a 165.
Los rescatistas y los habitantes con familiares desaparecidos continuaban excavando entre montañas de lodo y escombros en esta localidad del sureste del país, en un escenario que el presidente Jair Bolsonaro describió el viernes como “casi de guerra”.
Las autoridades han reconocido que es poco probable que se encuentren más sobrevivientes. Hasta el momento se han identificado 124 cuerpos, incluidos 28 niños, dijeron las autoridades. En tanto que, nuevas tormentas dejaron al menos otras dos personas muertas, informaron oficiales de los servicios de emergencia del estado de Espirito Santo, colindante con el de Río de Janeiro, donde está Petrópolis.
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Una persona murió aplastada por un muro que se derrumbó en la ciudad de Alegre y otra fue arrastrada al tratar de recuperar un coche de las inundaciones en la ciudad de Nova Venecia, informaron las autoridades. Las tormentas obligaron a más de 1.200 personas a evacuar sus hogares, dijeron. Estos episodios son los últimos de una serie de tormentas que azotan Brasil y que, según los expertos, se ven agravadas por el cambio climático.
Por su parte, el papa Francisco envió un mensaje de condolencias el domingo después de la oración del Ángelus en la Plaza de San Pedro en el Vaticano. “Expreso mi cercanía a las personas afectadas en los últimos días por las catástrofes naturales, pienso (...) en la zona de Petrópolis, en Brasil, devastada por las inundaciones y los deslizamientos de tierra”, dijo.
“Señor, acoge en paz a los muertos, consuela a los familiares y apoya a los que ofrecen ayuda”, añadió. En los últimos tres meses, al menos 219 personas han muerto en el país por las precipitaciones, principalmente en los estados de Sao Paulo, Río de Janeiro (sureste) y Bahía (noreste).
Aludes
Las lluvias convirtieron las calles en furiosos ríos que arrasaron árboles, automóviles y autobuses, y provocaron aludes en los barrios apostados en las laderas de las montañas que rodean esta ciudad de 300.000 habitantes, ubicada a unos 60 km al norte de Río de Janeiro.
En unas horas cayó un volumen de agua equivalente a un mes de lluvias sobre Petrópolis, una pintoresca ciudad turística que fue capital veraniega del imperio brasileño en el siglo XIX. La ciudad llevaba a cabo este domingo lo que llamó una “megaoperación de limpieza”, con la ayuda de 370 trabajadores enviados como refuerzos desde las vecinas Río de Janeiro y Niteroi.
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La oficina del alcalde pidió a los residentes quedarse en casa excepto en caso de “extrema necesidad”, para permitir que los equipos de saneamiento eliminen las montañas de basura y escombros que aún obstruyen las calles. Las autoridades han recuperado hasta ahora más de 300 autos que estaban “desparramados por la ciudad, bloqueando calles y aceras o atrapados en ríos”, dijeron.
“Necesitamos que nuestras calles estén despejadas para que podamos acelerar el trabajo de recuperar nuestra ciudad”, declaró el alcalde, Rubens Bomtempo, en un comunicado. Al menos 856 personas resultaron damnificadas y fueron alojadas en refugios de emergencia, agregó el alcalde.
El cementerio central de la ciudad era escenario de un flujo constante de entierros de las víctimas, por lo cual el gobierno local debió solicitar sepultureros adicionales de apoyo.
Fuente: AFP.