Uno de los doce pasajeros que se encontraba en la lista de desaparecidos a bordo del ferri de la compañía italiana Grimaldi incendiado frente a las costas de Grecia fue encontrado con vida. Así lo indicaron a la AFP los guardacostas griegos. El hombre fue hallado en la popa del barco y pudo tomar contacto con los rescatistas, según informaron.
El transbordador se incendió en la madrugada del viernes, tras salir del puerto griego de Igumenitsa, con 290 personas registradas a bordo, con destino a Brindisi (Italia). Al menos 11 personas siguen desaparecidas. El joven hallado con vida, de 21 años, y que declaró ser originario de Bielorrusia, exclamó a los rescatistas: “¡Díganme que estoy vivo!”, según el diario Proto Thema.
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El joven formaba parte de los 12 camioneros desaparecidos, y se espera que pueda dar informaciones sobre sus compañeros, que podrían seguir atrapados en el interior del ferri, del que seguía saliendo este domingo por la mañana una espesa humareda.
El sábado, con la ayuda de un helicóptero, una fragata, seis remolcadores y un buque de extinción de incendios, los buzos y los bomberos siguieron rastreando la zona de la catástrofe, con la esperanza de encontrar a los desaparecidos. Junto a las 278 personas rescatadas, también fueron salvados dos migrantes ilegales afganos, lo que hace temer que pueda haber otros pasajeros no registrados.
Es frecuente que haya migrantes clandestinos en los transbordadores que van de Grecia a Italia. El servicio de accidentes marítimos de Grecia empezó una investigación. El incendio podría haberse iniciado en uno de los camiones aparcados en la bodega. En tanto que, los remolcadores han conseguido acercar al ferri incendiado a la costa, a unos 10 kms al norte de Corfú, según la cadena pública ERT.
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Fuente: AFP.
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Crítica: “Arcadia”, el ‘Twin Peaks’ griego
Por David Sánchez, desde Tesalónica (Grecia), X: @tegustamuchoelc (*).
Presentada en competición dentro del festival de cine de Tesalónica TIFF 65, en Grecia, “Arcadia”, del griego Yorgos Zois, es una película que nos sumerge en un ambiente inquietante, donde la realidad y lo sobrenatural se entrelazan de manera poética, con una carga simbólica tan pesada como los zapatos que muchos de los personajes no pueden quitarse.
Desde los primeros minutos, la cinta atrapa al espectador, insinuando que hay un misterio bajo la superficie, como si algo estuviera constantemente fuera de foco, al estilo de “Twin Peaks” de David Lynch. Este pueblo costero es un refugio para almas atrapadas en su propia tragedia, y los protagonistas Yannis y Katerina no tardan en descubrir que los límites entre la vida y la muerte aquí se desdibujan de una forma desconcertante.
El recurso visual de la presa es uno de los más impactantes. Cada paso descendente de Katerina parece simbolizar su avance en el enfrentamiento de sus propios miedos, revelando algo sobre el duelo y el apego. La iluminación fría y azulada, que evoca una atmósfera opresiva, refuerza el peso de la carga emocional que llevan. La presa parece ser un espejo de sus propias emociones, un lugar donde enfrentarse a aquello que aún no han soltado.
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Este pueblo está lleno de personajes extraños, como el policía y el perro que observa inquietantemente. No son solo personajes secundarios, sino elementos simbólicos que nos recuerdan constantemente el límite entre la vida y la muerte. Y es que en “Arcadia”, la muerte no es el final, sino otro estado en el que los deseos y pasiones persisten. Esto se refleja en el bar Arcadia, un lugar donde las barreras entre los vivos y los muertos se rompen de manera inesperada y hasta bizarra. Katerina, a través de sus encuentros en este lugar, redescubre su propio deseo, un deseo que estaba apagado en su matrimonio. La conexión entre la vida y la pasión aquí es tan fuerte que, incluso después de la muerte, parece que los cuerpos siguen buscando ese último placer como una liberación final.
Un toque brillante y oscuro es la aparición, mientras una madre está intentando hablar con su hijo muerto, de la palabra “bread” (pan) en una caja que, a primera vista, parece decir “Dead” (muerte). Este juego visual introduce una reflexión sobre la dualidad de la vida que da el pan alimentando a la gente y la muerte, donde ambas coexisten en el mismo espacio. Es un recordatorio de que en la vida —así como en esta historia— siempre hay algo que nace de lo que ya ha muerto.
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Al final, la película nos deja un mensaje poderoso: a veces, para poder vivir plenamente, debemos liberar a los que ya no están, igual que el coche que cae cuando se rompe la cuerda. En el caso de Yannis, se ilustra por el cambio de rumbo cuando sigue al coche fúnebre, un ejemplo directo. También hay un ejemplo sutil de este cambio de rumbo en su vida, en esta nueva vida sin su mujer, que ocurre en la compra de unos zapatos nuevos, un acto aparentemente banal que simboliza un nuevo comienzo, un renacer después de aceptar la pérdida. Los zapatos de su mujer, imposibles de quitar al inicio, finalmente son abandonados en un acto de aceptación del destino.
“Arcadia” es una mezcla de drama, suspense y momentos de humor oscuro, una experiencia visual y emocional que deja una fuerte impresión sobre la vida, la muerte y la necesidad de soltar para avanzar. Un gran ejemplo de buen cine gracias al director griego Yorgos Zois.
* David Sánchez es un periodista franco español afincado en Toulouse, centrado especialmente en cine iberoamericano, miembro de la crítica internacional Fipresci. Sitio: https://www.tegustamuchoelcine.com.
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Entrevista con Frédéric Farrucci, director de “Le Mohican”
Por David Sánchez, desde Tesalónica (Grecia), X: @tegustamuchoelc (*).
Después de su estreno en el Festival de Cine de Venecia, “Le Mohican”, el último largometraje de Frédéric Farrucci, ha captado la atención en el Festival Internacional de Cine de Tesalónica en Grecia, donde el director compartió detalles sobre la inspiración de la película y su proceso de producción.
Farrucci explica que la idea de “Le Mohican” nació a raíz de un documental que realizó en 2017 en Córcega, sobre un pastor costero cuya vida fue impactada por el avance de la industria turística. Según Farrucci, la ganadería en la costa fue durante mucho tiempo una tradición en la isla, pero poco a poco ha ido desapareciendo, desplazada por la especulación inmobiliaria y el turismo masivo. “Este pastor me decía constantemente que se sentía como un extraño en su propia tierra, autodenominándose ‘el último mohicano’”, comenta el director. “Temía que no podría heredar su modo de vida a sus hijos, pues un día llegaría alguien dispuesto a comprar el terreno para construir hoteles y villas de lujo”.
Esta historia, para Farrucci, trasciende el contexto de Córcega. “Es un fenómeno global; personas conectadas de manera orgánica a su territorio se ven desplazadas o amenazadas en un mundo donde solo prevalece lo económico”, expresó. Su interés en esta temática lo llevó a profundizar en una narrativa que aborda no solo el desarraigo, sino también la resistencia cultural frente a la modernidad capitalista.
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La presencia de criminales
“Le Mohican” toca el tema de la especulación inmobiliaria y el rol que ciertas organizaciones criminales juegan en la compra y venta de tierras, una situación que, según Farrucci, existe en la realidad de muchas zonas de Córcega. “Es algo contra lo que es difícil luchar. Las organizaciones encuentran maneras legales de ampararse, lo que dificulta su erradicación”, indicó Farrucci. Aunque el director no generaliza sobre la postura del Estado francés frente a estas actividades, menciona que la población local tiene un papel crucial al resistir y actuar colectivamente para defender su territorio.
Este aspecto de la resistencia también se refleja en los personajes de su película, quienes buscan formas de preservación y cohesión comunitaria a pesar de las adversidades. “Hoy en día, si la población no se organiza y se moviliza, muchas de estas tradiciones y modos de vida desaparecerán”, añadió Farrucci.
Redes de resistencia
Otro aspecto interesante de “Le Mohican” es la importancia de las redes sociales en la lucha por preservar el patrimonio cultural. “Las redes sociales pueden ser herramientas para recrear comunidades resistentes”, explica Farrucci, quien reconoce que la juventud de hoy utiliza estas plataformas para movilizarse y difundir mensajes de resistencia. En el filme, la sobrina del protagonista emplea las redes sociales para darle un matiz político a la resistencia de su tío, quien se mantiene firme en su rechazo sin dar explicaciones. Farrucci ve en esto una oportunidad para que las nuevas generaciones mantengan vivas las tradiciones y valores locales frente a la presión del turismo y la modernidad.
La película fue presentada en Córcega, donde tuvo una excelente acogida. “Fue un recibimiento muy cálido; el tema es algo que toca profundamente a los corsos”, explicó Farrucci. Además, el filme ha empezado a distribuirse internacionalmente en países como Grecia, Alemania, Suiza y Brasil, lo que refleja el interés global en temas que, aunque locales, poseen un mensaje universal sobre la identidad y el desarraigo.
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El financiamiento en Francia
Farrucci reconoce que, aunque en Francia existe un sistema de apoyo al cine, no siempre es fácil obtener todos los recursos necesarios. “A veces se necesitan sacrificios en el guion o en la producción”, confesó. Sin embargo, destaca el esfuerzo que realiza la industria cinematográfica francesa para mantener un sistema que permita que cineastas emergentes puedan expresarse y conectar con audiencias en salas de cine.
El director enfatiza que, para él y muchos cineastas, la experiencia de ver cine en la gran pantalla sigue siendo fundamental. “La cronología de medios en Francia, que permite que un filme se estrene primero en cines antes de llegar a las plataformas, preserva el valor de la sala de cine como el espacio ideal para presentar historias con una estética propia y una conexión profunda con el espectador”, afirmó.
Para Farrucci, estar en el Festival de Cine de Tesalónica es un honor. “Es el festival más importante de Grecia, y es conocido por su selección de cine joven y vanguardista”, mencionó el director, quien considera que el tema mediterráneo de su película concuerda con el público griego. “La selección de “Le Mohican” aquí es algo muy especial para mí; siento que conecta profundamente con Tesalónica por su historia y su identidad mediterránea”.
* David Sánchez es un periodista franco español afincado en Toulouse, centrado especialmente en cine iberoamericano, miembro de la crítica internacional Fipresci. Sitio: https://www.tegustamuchoelcine.com.
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“Narciso es un personaje muy magnético”, afirma el actor Nahuel Pérez Biscayart
Por David Sánchez, desde Tesalónica (Grecia), X: @tegustamuchoelc (*).
En el Festival Internacional de Cine de Tesalónica, el actor argentino Nahuel Pérez Biscayart presentó “El jockey”, dirigida por Luis Ortega. Esta película, que ha tenido una recepción positiva en festivales como Venecia, Toronto y San Sebastián, es más que una historia argentina: es una obra que celebra la coproducción latinoamericana y el poder del cine para trascender fronteras.
Aprovechamos para que Nahuel nos comente su próximo proyecto rodado en Paraguay, “Narciso”, con una producción ambientada en los años 50 y dirigida por Marcelo Martinessi. Este proyecto le llegó gracias a la actriz argentina María Alché, como el propio Pérez Biscayart cuenta: “Marcelo Martinessi, director de ‘Las herederas’, película paraguaya, a través de una amiga mía, María Alché, me contacta porque había un personaje que pensaba en mí... un personaje muy, no sé, magnético. Muy atractivo, que empieza justamente a hacer caer las máscaras de la hipocresía de la sociedad paraguaya de esa época, en plena dictadura”.
La película, que será lanzada próximamente, explora un crimen de odio que, según Biscayart, “es un poco el disparador que empieza también a ser utilizado como justificación por la dictadura para iniciar una caza de brujas contra los raros, los comunistas, los homosexuales y toda la gente que pudiera supuestamente atentar contra la tradición de la civilización paraguaya”. Este acto violento, aparentemente un crimen aislado, se convierte en una excusa para que el régimen dictatorial persiga a cualquier persona considerada como una amenaza para el orden social y moral de la época.
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Un papel que desenmascara la sociedad
El personaje que da título a la película toma su nombre de la novela “Narciso” (2016) de Guido Rodríguez Alcalá, que se inspira libremente en la vida del locutor Bernardo Aranda, asesinado en misteriosas circunstancias en 1959, es una figura cautivadora y disruptiva que desafía las normas y expone la hipocresía latente en la sociedad paraguaya de los años 50. “Es un personaje muy magnético”, comenta Biscayart. “Empieza a hacer caer las máscaras de la hipocresía de la sociedad paraguaya”. A medida que Narciso va revelando los secretos y prejuicios ocultos, pone de manifiesto el frágil equilibrio entre la moral pública y las pasiones privadas, una tensión que estalla en un crimen que, en palabras de Nahuel, desencadena una “caza de brujas”.
El actor, cuyo rol en la segunda película dirigida por Marcelo Martinessi aun no fue develado oficialmente, destaca que, aunque se trata de una historia de época, el filme explora temas muy actuales sobre la persecución y la represión hacia aquellos que desafían la norma. Para Biscayart, esta es una oportunidad de explorar la complejidad humana en un contexto histórico oscuro y tenso, donde el miedo al “otro” y la intolerancia se vuelven herramientas de control.
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Una producción paraguaya de altura
La segunda película de Martinessi fue filmada en la ciudad de Asunción y ha generado grandes expectativas tanto en el elenco como en la producción. Biscayart describe su experiencia en Paraguay como “un evento espectacular”. Al respecto, añade: “Fue una peli muy vivida, con gran algarabía. Creo que es una de las cinco mejores películas que se hacen al año”.
Este proyecto es parte de un movimiento creciente en Paraguay, donde el cine se está convirtiendo en un medio para explorar y cuestionar su pasado. La colaboración entre Pérez Biscayart y Martinessi aporta una nueva perspectiva y talento internacional al cine paraguayo, que sigue ganando reconocimiento por su calidad narrativa y su capacidad para abordar temáticas de profundo impacto social.
* David Sánchez es un periodista franco español afincado en Toulouse, centrado especialmente en cine iberoamericano, miembro de la crítica internacional Fipresci. Sitio: https://www.tegustamuchoelcine.com.
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Crítica: “Edge of Night”, sobre el golpe de estado en Turquía
Por David Sánchez, desde Tesalónica (Grecia), X: @tegustamuchoelc (*).
“Edge of Night” (Gecenin Kıyısı), dirigida por el turco Türker Süer, presenta un viaje oscuro y desafiante entre dos hermanos, Sinan y Kenan, en medio de un ambiente político opresivo y polarizado en Turquía. En el Festival de Cine de Tesalónica, esta obra de Süer intenta abordar temas profundos como la lealtad, la identidad y el impacto del autoritarismo en las relaciones familiares. Sin embargo, aunque la trama promete una exploración emocional compleja, la ejecución se ve obstaculizada por una puesta en escena que busca crear profundidad mediante primeros planos repetitivos, enfocándose en detalles visuales que a menudo distraen de la narrativa principal.
El núcleo de la historia, que muestra a Sinan obligado a entregar a su hermano a la justicia militar, parece aludir a los dilemas morales que enfrentan muchos turcos en tiempos de represión política, especialmente tras el intento de golpe de estado de 2016. En esa época, el gobierno exigió lealtad absoluta de sus ciudadanos, y Süer refleja esta realidad en la tensa relación entre los hermanos. Sin embargo, la frialdad con la que Sinan trata a Kenan, y la falta de profundidad en los diálogos, limitan el impacto emocional de esta situación, haciendo difícil que el espectador se conecte con sus conflictos.
Süer emplea primeros planos de objetos y gestos –como un anillo, una mano, o el rostro de Sinan– en un intento de crear una atmósfera íntima, pero el exceso de estos detalles resulta contraproducente, restando dinamismo a la narrativa. Estos elementos podrían haber añadido profundidad psicológica, pero aquí se sienten innecesarios, como si la cámara estuviera tan enfocada en lo superficial que olvidara la esencia de la historia. Además, los diálogos, en su intento de ser tensos y solemnes, a menudo parecen forzados y carecen de la intensidad que el conflicto exige, como cuando Sinan recibe la orden de escoltar a su hermano sin una explicación que le dé peso dramático.
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El intento de golpe de estado fallido en Turquía en 2016 dejó una marca profunda en la sociedad turca, evidenciando una profunda polarización y una intensificación de las políticas autoritarias que exigían lealtad absoluta al Estado. En la ambientación se refleja un país atrapado en la incertidumbre, donde la desconfianza y la paranoia dominan.
Este trasfondo es crucial en la trama, pero la ejecución es confusa en ciertos momentos, como cuando los hermanos llegan a un campamento militar sin saber si están en territorio seguro. Este caos podría simbolizar el clima de paranoia en una sociedad dividida, pero en la película parece más un problema de claridad narrativa que un reflejo intencional de la inestabilidad nacional.
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Aunque la película intenta profundizar en la dualidad entre los hermanos y la lealtad hacia el Estado, el personaje de Kenan es presentado de manera errática e irracional, y la frialdad de Sinan lo convierte en una figura poco empática. La figura de su padre, un general importante, podría haber aportado otra capa de complejidad, pero apenas se menciona, y su influencia se siente distante. Incluso los personajes secundarios, como la esposa e hijo de Sinan, son poco desarrollados, pocos segundos de escena y unas llamadas de teléfono, lo que, una vez más, limita la capacidad del filme de ahondar en las dimensiones personales del protagonista.
Türker Süer plantea una reflexión interesante sobre los desafíos de la lealtad en un régimen autoritario, pero su enfoque visual y narrativo no logra capturar la complejidad emocional del conflicto. Aunque el contexto del golpe de estado y la crisis de identidad en Turquía son temas potentes, la ejecución de Süer no hace justicia a su profundidad. La tensión entre los hermanos, aunque prometedora, se queda en una línea monótona, y la falta de desarrollo en los personajes secundarios reduce el impacto emocional de esta historia.
* David Sánchez es un periodista franco español afincado en Toulouse, centrado especialmente en cine iberoamericano, miembro de la crítica internacional Fipresci. Sitio: https://www.tegustamuchoelcine.com.