“Esta mañana había un silencio terrible en el pueblo. Todos habían rezado para que saliera vivo. Todo el mundo lloró”, expresó un familiar del niño. “No pude dormir durante cinco días. Tengo un hijo de la misma edad que Rayan. Pienso en él cada vez que miro a mi pequeño”, declaró un vecino, Mounir Adbib, a la AFP.

Este domingo pasado, Marruecos lloraba la muerte del pequeño Rayan, atrapado durante cinco días en el fondo de un pozo profundo en una región pobre del norte del reino alauita, un drama humano que, redes sociales mediante, ha conmocionado al mundo entero.

El funeral de Rayan está previsto para el lunes en Ighrane, donde se produjo la tragedia, informó a la AFP un primo del pequeño y un diputado de la provincia de Chefchaouen, Abderrahim Bouazza. En cuanto a la autopsia del cadáver, no hay aún un informe oficial.

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“Epílogo trágico (...) Tristeza y conmoción en Marruecos (...) algo que ha despertado en todo el mundo los valores de la humanidad”, afirmaba este domingo la prensa local. El propio rey de Marruecos comunicó oficialmente el desenlace trágico. El caso del “pequeño Rayan”, capturó la atención mundial desde que el martes pasado cayó a un pozo de 32 metros de profundidad, lo que motivó un complejo operativo para sacarlo, sin que se supiera si estaba vivo.

Poco antes de las 22:00 (21:00 GMT) del sábado, periodistas de AFP observaron a los padres de Rayan con el rostro desencajado cuando ingresaron al túnel abierto por los socorristas para acceder al pozo, de donde saldría el niño. Salieron poco después y partieron en una ambulancia sin decir una palabra. Tras un momento de confusión, la multitud que aguardó durante días se dispersó en un silencio lúgubre, constató la AFP.

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“Tras el trágico accidente que costó la vida al niño Rayan Oram, Su Majestad el rey Mohamed VI llamó a los padres del difunto, fallecido tras caer a un pozo”, indicó el gabinete real marroquí en un comunicado. El desenlace de la operación era aguardado con ansiedad tanto en el reino magrebí como en el resto del mundo, con mensajes de solidaridad y aliento que inundaron las redes sociales.

Las reacciones llegaron desde todos los rincones del mundo tras la noticia de la muerte del menor. “Quiero decirle a la familia del pequeño Rayan y al pueblo marroquí que compartimos su dolor”, escribió en la red Facebook el presidente francés, Emmanuel Macron. El Papa Francisco, por su parte, saludó a “todo un pueblo que se unió para salvar a Rayan”, durante el rezo del Ángelus en el Vaticano.

“Recostado de espaldas”

Llegar hasta el recodo en el cual el niño había caído exigió un despliegue de excavadoras y un trabajo de precisión. En la fase final, las operaciones se realizaron manualmente, para evitar vibraciones que pudiesen provocar un desmoronamiento, explicaron a la AFP las autoridades de la localidad de Ighran, cercana al pueblo de Bab Berred, en la provincia de Chefchauen.

Un helicóptero con material médico estaba listo en el lugar para un eventual traslado. En las imágenes obtenidas por una cámara sonda, Rayan aparecía “recostado de espaldas” en el recodo de ese estrecho pozo, sin que se pudiera decir si estaba vivo, explicó el sábado por la mañana uno de los jefes del equipo de rescate, Abdelhadi Tamrani.

Los socorristas le enviaron oxígeno y agua a través de tubos y botellas, sin ninguna certeza de que el niño los hubiese utilizado. De madrugada una gran roca obstaculizó los trabajos de construcción del túnel, hasta que se logró sortearla tras tres horas de esfuerzos, con ayuda de pequeño material eléctrico.

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El domingo comenzaron los trabajos de relleno del pozo y del túnel de emergencia, según observaron periodistas de la AFP. Miles de personas acudieron para mostrar su solidaridad y acamparon allí a pesar del frío glacial de esta zona montañosa del Rif, a unos 700 metros de altitud.

Aplausos nutridos saludaban cada aparición de los excavadores, como el voluntario Ali Sahraoui, un hombre de unos 50 años que excavó los primeros metros con sus manos y se convirtió en héroe en las redes sociales. La policía desplegó refuerzos para evitar que la multitud perturbe las tareas de rescate.

La tragedia se inició con la desaparición del niño el martes a las 14:00 locales (13:00 GMT): “Toda la familia se movilizó para buscarlo hasta que nos dimos cuenta de que se había caído al pozo”, relató, en llantos, la madre del niño. Este accidente recuerda una tragedia ocurrida en España en 2019 cuando un niño de dos años murió tras caer en un pozo abandonado de 24 centímetros de diámetro y más de 100 metros de profundidad en Andalucía. Tras una operación de gran envergadura, los restos del menor fueron rescatados 13 días después.

Principales operaciones de rescate de niños

La carrera contrarreloj para salvar a un niño que el martes cayó en un pozo en el norte de Marruecos remite a otras grandes operaciones de rescate de menores que han conmocionado al mundo.

Julen en España

El 26 de enero de 2019, después de 13 días de una operación de rescate de una magnitud excepcional, un niño de dos años, Julen Rosello fue encontrado muerto en el fondo de un pozo en Andalucía, en el sur de España. Según sus padres, el 13 de enero el pequeño cayó accidentalmente en Totalán, cerca de Málaga, en un pozo abandonado de 25 centímetros de diámetro y más de 100 metros de profundidad.

La operación de rescate movilizó hasta 300 personas y 85.000 toneladas de tierra fueron desplazadas. Los socorristas se vieron obligados a cavar un túnel paralelo, cuya realización sufrió numerosos contratiempos debido, en particular, a la dureza de la roca. En la última fase, mineros de élite, especialmente de Asturias (noroeste) y equipados con tanques de oxígeno, descendieron al túnel para excavar con un enorme taladro una galería horizontal de casi cuatro metros para llegar al pozo.

También tuvieron que recurrir a artificieros que realizaron cuatro explosiones controladas. La autopsia concluyó que el niño había muerto el día de su caída, de un traumatismo craneal.

Doce adolescentes en Tailandia

El 23 de junio de 2018, en plena temporada monzónica, doce jóvenes futbolistas y su entrenador, sorprendidos por la súbita subida de las aguas, permanecen atrapados en la cueva de Tham Luang (norte), una de las más grandes de Tailandia.

Durante 18 días, la operación de rescate moviliza día y noche a cerca de 10.000 voluntarios locales y extranjeros. Sólo al final del noveno día, buceadores británicos los encuentran a cuatro kilómetros de la entrada, acurrucados en un promontorio rocoso, sin comida.

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Al final, los adolescentes, de 11 a 16 años, son extraídos de la cueva dormidos en camillas tiradas durante horas por buceadores profesionales, debido a la dificultad del recorrido en estrechos túneles llenos de agua fangosa.

Su increíble historia, que copó la actualidad de aquel momento, con más de mil periodistas de todo el mundo en el terreno, tuits de Donald Trump y estrellas del fútbol, ha sido objeto desde entonces de varios libros, películas y documentales.

El calvario de Omayra

El volcán Nevado del Ruiz, que culmina a casi 5.400 metros de altitud en el centro-oeste de Colombia, entra en erupción el 13 de noviembre de 1985, después de décadas de silencio. Sus nieves eternas se derriten bajo el calor y desencadenan una avalancha que devasta Armero, una ciudad de casi 50.000 habitantes.

Una joven colombiana, Omayra Sánchez, atrapada en el barro hasta el cuello durante tres días y tres noches, se convierte en el símbolo de esta tragedia que causa más de 25.000 muertos y casi tantos damnificados. Las imágenes de la niña de 13 años, cuya agonía es filmada por las cámaras del mundo entero, conmocionan al planeta. Todos los esfuerzos de los socorristas para desbloquear su cuerpo, atrapado en el barro por grandes madrigueras entrelazadas, son vanos, y Omayra muere de agotamiento el 16 de noviembre.

Fuente: AFP.

Etiquetas: #Marruecos#Rayan

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