Chile inició este lunes la vacunación con la cuarta dosis contra el COVID-19, por ahora solo en mayores de 55 años, en plena ola de contagios.
Para marcar el comienzo de la nueva fase del exitoso proceso de vacunación en Chile, el presidente Sebastián Piñera acudió a un centro de salud durante sus vacaciones de verano (austral) en el sur del país y se inoculó con la segunda de refuerzo o cuarta dosis.
“Para poder protegernos hemos seguido una estrategia desde el primer día que es anticiparnos, ir un paso adelante para que no nos pille por sorpresa el coronavirus”, dijo el mandatario conservador en una posterior declaración a la prensa.
La cuarta dosis ya había comenzado a ser administrada desde el 10 de enero a personas inmunocomprometidas, personal sanitario y ancianos en residencias de larga estadía.
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De los 18,9 millones de personas de la población objetivo -desde los 3 años en adelante-, apenas el 2,1% recibió hasta el momento la cuarta dosis.
El 89,6% completó su esquema de vacunación básico -monodosis o doble dosis- y el 73,9% recibió la tercera dosis o dosis de refuerzo.
Hasta el momento el país ha comprado 51,5 millones de dosis Pfizer-BioNTech, Moderna, AstraZeneca, Sinovac, CanSino, Sputnik y Janssen.
“Nada es suficiente porque el virus y, especialmente, (la variante) ómicron tiene una capacidad de contagio que ha sorprendido al mundo entero y que ha hecho colapsar los sistemas de salud de los países más desarrollados del mundo”, destacó Piñera.
Chile comienza este proceso de cuarta dosis en plena ola de contagios con cifras récord diarias por encima de los 30.000, aunque el alto índice de vacunación ayuda a que la mayoría de los casos sean leves y no deriven en hospitalización o muerte.
El país acumula 2,3 millones de contagios y casi 40.000 fallecidos desde que se registró el primer caso de coronavirus en el país el pasado 3 de marzo de 2020.