Las fuerzas kurdas cercaron el lunes una localidad siria para perseguir a los yihadistas que atacaron una prisión hace cinco días, desatando un enfrentamiento que deja hasta ahora más de 150 muertos. Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) denunciaron que los combatientes del EI estaban usando a menores como “escudos humanos” dentro de la prisión de Ghwayran, en la ciudad de Hassake, en el noreste de Siria.

La agencia de la ONU para la infancia Unicef llamó a proteger a los cerca de 850 menores detenidos en la prisión, advirtiendo que podrían ser “heridos o reclutados a la fuerza” por el grupo EI.

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El asalto contra la prisión comenzó el jueves cuando un grupo de 100 yihadistas comenzaron una operación con camiones bomba y con artillería pesada, desatando los enfrentamientos dentro de la cárcel y en el área circundante.

Las fuerzas del FDS, una milicia mayoritariamente kurda respaldada por Estados Unidos, consolidaron el control de la zona en la noche del domingo y declararon un toque de queda de una semana que incluye el cierre de establecimientos, con la excepción de servicios esenciales, como centros médicos, panaderías y gasolineras.

Las SDF informaron en un comunicado que sus avances para tomar la prisión fueron frenados por el uso de cientos de menores como “escudos humanos” y precisaron que los adolescentes estaban detenidos por acusaciones de pertenecer al EI y estaban en un “centro de rehabilitación” dentro de la cárcel.

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El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), una oenegé con sede en el Reino Unido, pero con fuentes en el terreno, informó el lunes que los yihadistas cercados se negaban a rendirse. El grupo elevó el balance de muertos por los enfrentamientos a 145 fallecidos, incluyendo 102 yihadistas, 45 combatientes kurdos y siete civiles.

Fuente: AFP.

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