“Podemos poner fin a la fase aguda de la pandemia este año, podemos poner fin al COVID-19 como urgencia sanitaria mundial”, el nivel de alerta más elevado de la Organización Mundial de la Salud (OMS), declaró su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Sin embargo, el responsable advirtió de que es “peligroso suponer que (la variante muy contagiosa) ómicron será la última variante”, porque las condiciones son “ideales” en el mundo para que otras variantes surjan, incluso otras más transmisibles y virulentas.

Mientras tanto, el coronavirus sigue cobrándose vidas. La semana pasada, una persona murió cada 12 segundos en el mundo debido a la enfermedad y cada tres segundos se señalaron 100 nuevos casos, según el director de la OMS.

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La aparición de la variante ómicron en noviembre ha disparado los casos. Desde entonces, se han contabilizado un total de 80 millones de nuevos contagios. Pero “hasta ahora, la explosión de casos no se vio seguida de un aumento de las muertes, aunque los decesos han aumentado en todas las regiones, sobre todo en África, la región con menos acceso a las vacunas”, según el responsable.

Para poner fin a la fase aguda de la pandemia, los países no deben quedarse de brazos cruzados y están obligados a luchar contra la desigualdad en la vacunación, vigilar el virus y sus variantes y aplicar restricciones adaptadas, explicó el experto, en la apertura del comité ejecutivo de la OMS, que se reúne cada semana en Ginebra.

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Tedros Adhanom Ghebreyesus pide desde hace semanas con insistencia a los Estados miembros que aceleren la distribución de vacunas en los países pobres, con el objetivo de lograr vacunar a un 70% de la población de todos los países del mundo a mediados de 2022. La mitad de los 194 Estados miembros de la OMS no lograron el objetivo de llegar al 40% de la población vacunada a finales de 2021, según la institución.

“Es verdad que viviremos con el COVID (...) pero aprender a vivir con él no debe significar que tenemos que dejarle el camino libre. No debe significar que tenemos que aceptar que 50.000 personas mueran cada semana debido a una enfermedad que podemos prevenir y curar”, dijo.

Fuente: AFP.

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