El 4 de febrero entrará en vigor en Austria la ley que impondrá la vacunación anti-COVID obligatoria para tratar de frenar la propagación de la pandemia. La normativa fue aprobada el jueves pasado por el Parlamento austríaco por 137 votos a favor y 33 en contra, convirtiéndose en el primer país de la Unión Europea (UE) que asume esta medida.

La negativa a vacunarse será pasible de multas de 600 a 3.600 euros (680 y 4.100 dólares), pero estas serán anuladas si el infractor se inmuniza en un lapso de dos semanas.

“La vacunación es la oportunidad para que nuestra sociedad logre una libertad sostenible y continua, sin que el virus nos limite”, dijo el jefe de gobierno conservador Karl Nehammer antes de la sesión. Es “un tema de debate muy intenso”, reconoció.

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La medida, anunciada en noviembre para impulsar la vacunación frente al aumento de contagios, fue apoyada por los Verdes -socios de coalición de los conservadores- y por los partidos liberal y socialdemócrata. Sólo la extrema derecha se opuso, escudándose en la protección de las libertades individuales.

Decenas de miles de austríacos se manifiestan desde hace meses casi todos los fines de semana contra el proyecto de ley. Las protestas obligaron al gobierno a reforzar la protección de los centros de vacunación y de pruebas anti-COVID.

El líder del partido ultraderechista FPÖ, Herbert Kickl, denunció un “proyecto que abre la vía al totalitarismo”. “Hoy no tenemos la mayoría en el Parlamento, pero la tenemos afuera”, declaró Kickl, prometiendo cuestionar la ley.

Multas anulables

El jueves, una pequeña manifestación se concentró en los alrededores del Parlamento. Según Kerstin, una profesora que prefiere no dar su apellido, la ley es contraria a la Constitución y “viola los derechos fundamentales”. A su lado, otros manifestantes expresaban sus temores en cuanto a los “efectos a largo plazo” de las vacunas y aseguraron que no iban a pagar las multas. El gobierno alega que su objetivo no es multiplicar las sanciones.

El voto se llevó a cabo en momentos en que Austria registra un número récord de casos debido a la propagación de la variante ómicron del coronavirus. El miércoles se registraron casi 30.000 contagios en 24 horas. Cerca del 72% de los 8,9 millones de habitantes tiene en Austria la pauta completa de vacunación, cifra inferior a Francia o España.

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Según las cifras del Ministerio de Salud, un millón y medio de adultos aún deben ser convencidos. Y para incentivar a los que aún dudan, el gobierno lanzó un sorteo para todos los vacunados con premios de 500 euros para utilizar en tiendas, hoteles, restaurantes y lugares de cultura y deporte.

Para dar un tiempo de reflexión a los recalcitrantes, los controles solo empezarán en marzo. Los menores de más de 14 años no serán pasibles de esas sanciones. La vacunación obligatoria contra el COVID-19 gana terreno en un número creciente de países para determinadas profesiones o grupos de población. Sin embargo, la imposición de este requisito a toda la población adulta sigue siendo inédita en la UE y muy rara en el mundo.

Fuente: AFP.

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