Los disturbios en Kazajistán causaron al menos 164 muertes y unos 2.000 heridos, en tanto las autoridades anunciaron haber arrestado a 10.000 personas vinculadas a estas sangrientas revueltas que han sacudido al país más grande de Asia central, que se originaron en una protesta contra la subida de precios de la energía.
Las cifras no pudieron ser confirmadas por una fuente independiente, pero 103 de las muertes se habrían registrado en Almaty, capital económica, según informaron varios medios, citando al ministerio de Salud. Fuentes oficiales habían indicado que murieron 26 manifestantes (“delincuentes armados” los denomina) y 16 miembros de las fuerzas de seguridad.
Retirada de tropas rusas
El presidente de Kazajistán, Kassym Jomart Tokayev, anunció el martes que el contingente de fuerzas lideradas por Rusia comenzará a abandonar el país en dos días y criticó con fuerza a su predecesor, en lo que parece un intento de reforzar su autoridad.
Dirigiéndose al gobierno y al parlamento en una videoconferencia retransmitida en directo, el presidente, de 68 años, acusó a Nursultán Nazarbáyev, su poderoso mentor, de haber fomentado la aparición de una “casta de ricos, incluso para los parámetros internacionales”, que domina el país y sus abundantes recursos en hidrocarburos.
Es una crítica sin precedentes del “padre de la nación”, cuya personalidad se venera en este tumultuoso país de Asia central. “Creo que ha llegado el momento de rendir homenaje al pueblo de Kazajistán y apoyarlo de manera sistemática y regular”, dijo Tokayev, agregando que se pedirá a “empresas muy rentables” que aporten dinero a un fondo estatal.
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En el mismo discurso, Kassym Jomart Tokayev prometió llevar a cabo reformas, frenar la inflación e impulsar los salarios, mientras la antigua república soviética, rica en hidrocarburos, padece la peor crisis de su historia reciente.
Kazajistán y Rusia los calificaron de intento de golpe de Estado con la ayuda de “terroristas” extranjeros, pero han aportado pocas pruebas para respaldar esta afirmación. A petición de Tokayev, la Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva (OTSC), dirigida por Moscú, desplegó tropas para poner orden y reforzar a las autoridades.
El martes, Tokayev anunció que “una retirada gradual” comenzaría en dos días y duraría “no más de diez”. “La misión principal de las fuerzas de mantenimiento de la paz de la OTSC se ha completado con éxito”, aseguró.
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Este contingente, compuesto por más de 2.000 soldados, fue enviada en el momento álgido de la crisis, la semana pasada, después de que los enfrentamientos armados entre los opositores al gobierno y las fuerzas de seguridad y una oleada de saqueos dejaran irreconocibles partes de la mayor ciudad del país, Almaty.
La decisión de enviar tropas fue una novedad para la OTSC, que Moscú promociona como un equivalente de la OTAN, pero hasta ahora reacia a interferir en los disturbios de Asia Central. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, había advertido la semana pasada que “una vez que los rusos están en tu casa, a veces es muy difícil conseguir que se vayan”.
“Guerra terrorista”
El expresidente Nursultán Nazarbáyev, de 81 años, aún no ha aparecido públicamente desde que comenzó la crisis. Un allegado dijo que estaba en la capital, Nursultán, y dialogando con Tokayev. Las hijas, yernos y nietos de Nazarbáyev controlan cargos y sectores económicos muy importantes.
El exjefe del comité de seguridad nacional, Karim Masimov, un aliado clave de Nazarbáyev, a través del cual se perpetuaba su influencia, fue detenido el sábado. Tokayev parece haber reforzado aún más su posición, respaldando al primer ministro en funciones, Aliján Smaílov, para que asuma el cargo de forma permanente, un nombramiento que obtuvo el martes el apoyo unánime de los legisladores.
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Tokayev también culpó al comité anteriormente controlado por Masimov de abandonar las ciudades de Kazajistán durante la crisis. “A pesar de contar con un arsenal militar suficiente, sin entrar en combate, abandonaron los edificios, dejando allí armas y documentos secretos”, dijo Tokayev, prometiendo reformar las estructuras de seguridad para que la “defensa de los ciudadanos” sea su máxima prioridad.
“Se desató una guerra terrorista contra nuestro país”, dijo Tokayev. “Podríamos haber perdido el país”. Muchos residentes de Almaty recibieron con alivio a las tropas rusas. “Celebro la cooperación con Rusia. Creo que no hay ninguna amenaza para nuestra soberanía”, decía Roza Matayeva, una profesora de inglés de 45 años.
Crisis por suba del gas
Kazajistán, un país con 19 millones de habitantes, rico en hidrocarburos, se vio sacudido por disturbios sin precedentes desde su independencia, en 1989, en los que murieron decenas de personas. La protesta comenzó el domingo pasado en provincias a causa del aumento de los precios del gas, para extenderse a las grandes ciudades, incluida Almaty, donde estallaron disturbios y la policía disparó balas reales contra los manifestantes.
De acuerdo al ministerio del Interior kazajo, citado este domingo por la prensa local, los daños materiales fueron estimados en unos 175 millones de euros (199 millones de dólares). Más de 100 empresas y bancos fueron saqueados y unos 400 vehículos destruidos, según la fuente oficial.
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Almaty retornó a una calma relativa en los últimos días, y allí agentes de policía disparan tiros al aire para evitar que sus habitantes se aproximen a la plaza central de la ciudad, constató el sábado un periodista de la AFP.
Señal del tímido regreso a la normalidad, unos 30 supermercados reabrieron este domingo, según los medios, planeando sobre la población la inquietud por una posible escasez. El aeropuerto local, que debería reabrir el lunes, permanecerá cerrado “hasta una estabilización de la situación”, indicaron este domingo las autoridades.
“Alta traición”
El sábado, fue arrestado el exdirector de los servicios de inteligencia, Karim Massimov, primera figura importante detenida, por sospechas de “alta traición”. Además del aumento del costo de vida, la figura del expresidente Nazarbayev, quien gobernó con mano de hierro desde 1989 hasta 2019, se encuentra en el meollo de la cólera de los manifestantes.
Su portavoz, Aidos Ukibai, negó nuevamente el pasado domingo que hubiera abandonado el país, asegurando que apoya a Tokayev. A raíz de unos rumores sobre una lucha de poder, también dijo que Tokayev cedió voluntariamente a Nazarbayev el liderazgo del Consejo de Seguridad Nacional, luego del anuncio del segundo de que tomaría las riendas del país.
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En un virulento discurso a la nación, Tokayev afirmó el viernes que 20.000 “bandidos armados” habían atacado Almaty y autorizó a las fuerzas de seguridad a “disparar a matar”, sin advertencia. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, criticó el domingo esta consigna y pidió al gobierno kazajo que abandone esta política.
“Es algo que rechazo absolutamente. La orden de disparar a matar, así como está planteada, está mal y debe ser rescindida”, dijo el jefe de la diplomacia del presidente Joe Biden al programa dominical de entrevistas de la cadena ABC “This Week”. En la tradicional plegaria dominical del Ángelus, en la Plaza de San Pedro (Vaticano), el papa Francisco llamó al “diálogo” en este país, rogando por “los muertos y sus familias”.
Tensiones ruso-estadounidenses
La crisis kazaja además ha provocado más tensiones entre Rusia y Estados Unidos, en un contexto de relaciones difíciles entre ambas potencias. Moscú destacó tropas en el país de Asia central, parte de un contingente multinacional de la organización del tratado de seguridad colectiva (CSTO) regional, a solicitud de Tokayev.
Estados Unidos considera que será “muy difícil” para Kazajistán lograr la salida del ejército ruso, crítica que Moscú calificó el sábado de “grosera”. Aunque representantes estadounidenses y rusos se reunirán este domingo de noche en Ginebra para conversar sobre Ucrania y Europa, Moscú descarta toda discusión con Washington sobre Kazajistán. “Este asunto no le concierne en absoluto”, subrayó este domingo el viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov.
Fuente: AFP.