Este domingo pasado, al diputado Stéphane Claireaux, del partido centrista La República en Marcha (LREM) del presidente Emmanuel Macron, manifestantes contra el pasaporte sanitario le lanzaron algas y piedras ante su domicilio, un ataque que denunciará y que, según sus palabras, “se parecía a una lapidación”.
La clase política condenó este lunes la agresión contra el legislador de la mayoría gubernamental, ocurrida ante su domicilio en el territorio francés de San Pedro y Miquelón, frente a las costas de Canadá. “Cuando se somete a presión física a los representantes electos nacionales o locales, se impone la ley del más fuerte. Esto es totalitarismo y no es aceptable en una democracia”, lamentó en la cadena Public Sénat el ministro de Relaciones con el Parlamento, Marc Fesneau.
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Fesneau apuntó también a los responsables públicos que dejan a los políticos electos a merced de la “venganza popular”, días después que unas controvertidas declaraciones de Macron provocaran el rechazo de la toda oposición, de la izquierda radical a la extrema derecha.
“A los no vacunados, tengo muchas ganas de fastidiarles. Y eso es lo que continuaremos haciendo, hasta el final”, reconoció el martes el jefe de Estado en el diario Le Parisien, cuando su gobierno busca la puesta en marcha de un controvertido pasaporte vacunal.
El jefe de LREM en la cámara baja, Christophe Castaner, condenó la “cobardía [de los manifestantes] ante un hombre solo, pacífico, indefenso, que se enfrentó, que salió, que quiso hablar” y recordó que en 2021 se amenazó a 322 diputados, la mayoría de su grupo.
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El jefe del Partido Socialista, Olivier Faure, criticó que “algunos antivacunas usan las provocaciones del presidente para justificar su violencia”. La agresión es “absolutamente inaceptable”, tuiteó su homólogo ecologista, Julien Bayou.
El diputado de Los Republicanos (derecha) Éric Ciotti pidió en la radio RMC “sanciones contra quienes usan de una manera un poco loca, con argumentos delirantes, la violencia”, pero criticó además las “provocaciones” de Macron que busca el “conflicto” por motivos electorales.
Las declaraciones de Macron y el repunte récord de casos de COVID-19 en plena quinta ola marcada por la variante ómicron devolvieron a la primera línea de la campaña electoral de la elección presidencial de abril la situación sanitaria.
Para los observadores, con esta polémica, el dirigente liberal, que lidera los sondeos de intención de voto seguido de los candidatos de derecha y ultraderecha, intentó aglutinar detrás de él a los partidarios de la vacunación e imponer el tema del COVID-19 en la campaña.
Fuente: AFP.