El 23 de febrero de 2020, el joven afroestadounidense Ahmaud Arbery, de 25 años, estaba trotando en Brunswick, pueblo costero de Georgia, cuando fue perseguido por tres hombres en sus vehículos. Después de cinco minutos pisándole los talones, Travis McMichael lo abatió.
Un video del tiroteo se volvió viral en las redes sociales. Arrestados luego de la difusión de las imágenes, los tres hombres se declararon inocentes. Afirmaron haber confundido al corredor con un ladrón e invocaron una ley estatal de Georgia que autoriza a los ciudadanos comunes a realizar arrestos. También invocaron legítima defensa, acusando a Arbery de haber reaccionado de forma agresiva.
Este viernes último, Travis McMichael, de 35 años y autor de los disparos mortales, y su padre, Gregory McMichael, de 66, fueron condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad anticipada. Su vecino William Bryan, de 52 años y quien participó en la persecución grabándola, fue condenado a la misma pena, pero podrá solicitar la libertad condicional tras 30 años de prisión.
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Ahmaud Arbery salió “a correr y terminó corriendo para salvar su vida”, afirmó el juez Timothy Walmsley al pronunciar la condena en Brunswick, una ciudad costera del sudeste del estado. El 24 de noviembre fueron condenados por asesinato tras debates marcados por el tema del racismo y el derecho a la legítima defensa.
Antes de que la corte de Brunswick emitiera las penas, los padres de Arbery pidieron la pena máxima. Los tres hombres “apuntaron a mi hijo porque no lo querían en su barrio”, dijo la madre, Wanda Cooper-Jones. Después de un altercado, Travis McMichael abrió fuego y mató a Arbery, quien intentaba agarrar el rifle. Dijo haber actuado en defensa propia.
Meses sin ser detenidos
Los acusados aseguraron que confundieron a Ahmaud Arbery con un ladrón, tras haberlo visto días antes entrar en una casa en obras. También invocaron una ley que permitía a los ciudadanos arrestar a un sospechoso en Georgia. En este estado todavía muy marcado por el racismo y la segregación, los tres hombres se beneficiaron de la indulgencia de la fiscalía local -para quien Gregory McMichael trabajó durante mucho tiempo- que los dejó en libertad.
Los tres hombres fueron detenidos después de que la policía estatal se hiciera cargo del caso a raíz de la difusión en mayo del vídeo sobre la muerte del joven. “La defensa propia siempre termina mal”, recalcó la fiscal Linda Dunikoski, señalando que los McMichael no habían mostrado “remordimiento ni empatía”.
Robert Rubin, abogado de Travis McMichael, afirmó que su cliente “pensó que estaba haciendo lo correcto, aunque no fue el caso”. Arbery “intentaba alejarse de estos extraños que le gritaban, amenazando con matarlo”, dijo la fiscal Dunikoski al tribunal. “Y entonces lo mataron”.
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“Esto no es el Salvaje Oeste”, añadió. Ben Crump, abogado del padre de Arbery, calificó a los tres hombres de “turba de linchamiento”. El presidente estadounidense Joe Biden afirmó en noviembre que el asesinato de Arbery “es un recordatorio devastador de lo lejos que se tiene que llegar en la lucha por la justicia racial en este país”.
En el verano de 2020, los manifestantes corearon el nombre de Ahmaud Arbery durante las protestas antirracistas que sacudieron el país tras la muerte de George Floyd, un afroestadounidense fallecido por la presión de la rodilla de un policía blanco sobre su cuello.
Fuente: AFP.