El funeral de Desmond Tutu tendrá lugar el 1 de enero en la Catedral de San Jorge de Ciudad del Cabo, su antigua parroquia, y cerrará una semana de eventos y actos de duelo, dijo su fundación en un comunicado. Hasta entonces, las campanas sonarán cada día diez minutos para recordarlo y las banderas del país ondearán a media asta, informó el presidente Cyril Ramaphosa.
Este lunes, Sudáfrica comenzó una semana de duelo por el arzobispo, un símbolo de la lucha contra el apartheid en Sudáfrica, galardonado con el Premio Nobel de la Paz, quien murió el domingo a los 90 años. Tutu, que se había alejado de la vida pública en los últimos años, será recordado por su humor sencillo y su sonrisa característica y, sobre todo, por su incansable lucha contra las injusticias de todos los colores.
Horas antes, al conocerse la noticia, Ramaphosa afirmó que Tutu sería recordado como “un hombre de extraordinaria inteligencia, integridad e invencibilidad contra las fuerzas del apartheid”. Dirigentes y exdirigentes de todo el mundo rindieron tributo a lo largo del día al religioso: el presidente de Estados Unidos y la primera dama, Joe y Jill Biden, quienes se dijeron “desconsolados por la muerte de Desmond Tutu”, consideraron que su “ejemplo trasciende fronteras y encontrará eco a lo largo de los tiempos”.
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“El arzobispo Desmond Tutu era un mentor, un amigo y un faro moral, para mí y para tantos otros”, afirmó el expresidente de Estados Unidos Barack Obama, otro premio Nobel de la Paz. Dolientes se congregaron en la Catedral de San Jorge mientras otros acudieron a su casa con arreglos florales, constató un periodista de AFP.
A su vez, el equipo sudafricano de cricket usó brazales negros en honor a Tutu en su partido contra India en Sudáfrica. El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, calificó a Tutu como “un gran servidor de Dios y activista en Sudáfrica, quien luchó por la paz y la libertad en su país”, tras lamentar su fallecimiento en un mensaje de Twitter.
En cuanto a líderes espirituales, el papa Francisco destacó su papel en la “promoción de la igualdad racial y la reconciliación”, y el Dalai Lama, viejo amigo de Tutu, elogió a “un gran hombre enteramente dedicado al servicio de sus hermanos y hermanas”.
‘Nación Arcoíris’
Tras la llegada de la democracia en 1994 y la elección de su amigo Nelson Mandela como presidente, Desmond Tutu, que dio a Sudáfrica el apelativo de “Nación del Arcoíris”, presidió la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR), creada con la esperanza de pasar la página del odio racial.
El “Arch”, diminutivo de arzobispo en inglés, estaba debilitado por un cáncer de próstata diagnosticado en 1997 y ya no hablaba en público, pero nunca olvidaba saludar a las cámaras presentes en sus apariciones. Murió apaciblemente a las 7:00 de la mañana (5:00 GMT), dijeron a la AFP varias personas de su círculo más cercano. La Fundación Mandela reaccionó rápidamente, calificando su partida como una “pérdida inconmensurable”.
“Para tantas personas en Sudáfrica y en el mundo entero, su vida fue una bendición”, afirmó la fundación que lo calificó como un pensador, un líder y un pastor. Desmond Tutu adquirió su notoriedad en las horas más oscuras del apartheid cuando encabezó marchas pacíficas contra la segregación y para abogar por sanciones contra el régimen de supremacía blanca de Pretoria.
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Como recordaba el domingo el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, Tutu “inspiró a una generación de líderes africanos que abrazaron formas no violentas en la lucha por la liberación”. A diferencia de otros militantes de su época, sus hábitos lo salvaron de ser encarcelado y su lucha pacífica fue reconocida con el Premio Nobel de la Paz en 1984.
Fiel a sus compromisos, fue un duro crítico de los sucesivos gobiernos del Congreso Nacional Africano (ANC) que combatieron el apartheid, fustigó al expresidente Thabo Mbeki y señaló la corrupción o las fallas en la lucha contra el sida. En todos los ámbitos criticó el ‘statu quo’ en temas como la raza, los derechos de los homosexuales o incluso dio su apoyo al movimiento en favor de la muerte asistida.
Y miró de frente a la muerte. “Me he preparado para mi muerte y he dejado claro que no quiero ser mantenido vivo a cualquier costo”, manifestó en una tribuna publicada en el diario The Washington Post en 2016. Tras su muerte deja una viuda, su mujer conocida como “Mama Leah”, y cuatro hijos.
Fuente: AFP.