Estas son las primeras elecciones celebradas bajo las nuevas reglas impuestas por China en respuesta a las masivas y violentas manifestaciones prodemocracia de 2019 en Hong Kong. Estas normativas imponen que todos los candidatos sean examinados para verificar su patriotismo y lealtad política con China.
Los residentes de Hong Kong votan el domingo para escoger a los nuevos integrantes del legislativo local reservado “solo para patriotas”, bajo nuevas reglas que reducen drásticamente el número de escaños elegidos de forma directa y controlan quién puede postularse.
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Además, solo 20 de los 90 escaños del Consejo Legislativo (el “LegCo”) serán escogidos directamente. La mayor parte de los puestos, 40, serán seleccionados por un comité de 1.500 integrantes leales a Pekín. Los restantes 30 escaños serán elegidos por comités pro-Pekín que representan a organizaciones empresariales y de otros sectores.
Los centros de votación abrieron a las 8:30 (0:30 GMT) y hay unos 4,5 millones de votantes registrados, en la ciudad de 7,5 millones de habitantes. Permanecerán abiertos durante 14 horas y las encuestas anticipan que habrá una baja participación. A media jornada, la tasa de participación era de 19%, según las autoridades, el nivel más bajo desde que la excolonia británica fue entregada a China en 1997.
“Un sufragio universal genuino”
Por primera vez se instalaron centros de votación en la frontera con China para que votantes en el territorio continental pudieran sufragar. Daniel So, un hombre de 65 años que trabaja en el sector tecnológico, fue de los primeros en hacer fila en un centro de votación del pudiente distrito Mid-Levels.
“Los jóvenes no se interesan mucho en esta elección porque están engañados por los políticos extranjeros y la prensa”, afirmó a la AFP. “A China le va muy bien”. Pero cuando la gobernante de la ciudad, Carrie Lam, acudió a votar, tres manifestantes de la Liga de Socialdemócratas corearon: “quiero un sufragio universal genuino”.
“Lam dijo que esto mejora el sistema electoral, pero en realidad priva a los hongkoneses de su derecho a votar”, declaró a periodistas la activista Chan Po-Ying. El gobierno pagó anuncios en las portadas de los diarios y vallas externas, envió volantes a las casas y mensajes a los teléfonos móviles con llamados a votar.
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No obstante, encuestas recientes indican que solo un 48% de los consultados pretenden votar y un 52% señaló que no había ningún candidato merecedor de su voto. Starry Lee, presidenta del mayor partido pro-China, DAB, urgió a las personas participar. “La respuesta en los centros de votación muestra que no había mucha gente votando”, dijo a la prensa. Una joven contable quien se identificó como Loy dijo que no piensa votar.
“Mi voto no significa nada porque al final es la gente de Pekín la que gana”, declaró a AFP. En cambio, para Carrie Lam, una baja participación podría indicar que “el gobierno está haciendo las cosas bien y su credibilidad es elevada”, según declaró la dirigente a la prensa estatal. La elección del domingo recibió apoyo abierto de Pekín, que considera al nuevo sistema como una forma de eliminar elementos “anti-China” y de restaurar el orden con un legislativo libre de opositores perturbadores.
Pero los críticos responden que la autoritaria China ha prácticamente prohibido los partidos de oposición en una ciudad que se jactaba de la diversidad de su escenario electoral. Decenas de figuras opositoras, incluyendo algunos que ganaron escaños legislativos en elecciones previas, han sido encarceladas, descalificadas o han huido al exterior.
Fuente: AFP.