Situada a unos 2.000 kilómetros al este de Australia, los 307 colegios electorales de Nueva Caledonia abrieron a las 7:00 hora local del domingo (20:00 GMT del sábado) y cerrarán a las 19:00 horas (5:00 GMT del domingo). Se esperan los primeros resultados unas horas después. Este es el tercer referéndum que se celebra en el archipiélago desde los Acuerdos de Matignon de 1988, que buscaron una salida a la crisis en el territorio.
El territorio francés de Nueva Caledonia, en el océano Pacífico, vive este fin de semana el tercer y último referéndum de independencia de Francia, tras una campaña marcada por las demandas de suspensión del proceso por la pandemia de coronavirus.
Después de rechazar en las dos ocasiones anteriores la ruptura con Francia, los 185.000 habitantes de Nueva Caledonia tendrán que responder a la pregunta: ¿Desea que Nueva Caledonia obtenga su soberanía absoluta y sea independiente?
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El presidente Emmanuel Macron insiste en que el Estado francés no toma partido en el referéndum y se dedica simplemente a asegurar el desarrollo del proceso. “Al día siguiente (de la votación), sea cual sea el resultado, habrá una vida en común” entre Francia y Nueva Caledonia, dijo el jueves.
Este referéndum se da en un momento de mucha tensión entre Francia y sus aliados en la zona del Pacífico. París quiere seguir teniendo un rol mayor en este Océano gracias a sus territorios de ultramar, entre ellos Nueva Caledonia. Francia criticó en septiembre a Australia por romper el contrato de compra de submarinos entre los dos países, en favor de un pacto de seguridad con Reino Unido y Estados Unidos.
Detrás de esta disputa se observa la sombra de los intereses chinos en la región. Los analistas sospechan que una Nueva Caledonia independiente podría acercarse a China, que busca invertir en los recursos mineros del archipiélago. Pekín ya es el mayor cliente para la exportación de metales desde Nueva Caledonia, en especial el níquel.
“Collar de perlas” chino
“Con la desaparición de la protección francesa, aparecen todos los elementos para que China se establezca permanentemente en Nueva Caledonia”, dice Bastien Vandendyck, analista de las relaciones internacionales, especializado en el Pacífico. Vandendyck considera que otras naciones de la región Melanesia como Fiyi, Vanuatu, las islas Salomón y Papúa Nueva Guinea son ya “satélites chinos”.
“A China solo le falta Nueva Caledonia para completar su collar de perlas en torno a Australia”, afirma. Los independentistas pidieron boicotear el voto de este domingo y posponerlo a septiembre porque no pudo realizarse una “campaña justa” por los riesgos de contagios por coronavirus.
Este movimiento amenazó con no reconocer los resultados del referéndum. El gobierno francés rechazó esta petición porque considera que la propagación del virus es lenta, con una tasa de incidencia de entre 80 a 100 casos por 100.000 habitantes.
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Las autoridades del archipiélago lanzaron también una alerta por ciclón el sábado, y pidieron a la población que esté atenta a los informes meteorológicos. Los partidarios de permanecer como territorio de Francia instaron a una movilización masiva ante el boicot de los independentistas, para evitar que su previsible victoria quede deslucida por la baja participación.
En el anterior referéndum, en 2018, el campo partidario de quedarse en Francia ganó con un 56,7% de los votos, pero su porcentaje de apoyo cayó al 53,3% en las elecciones de 2020. En junio, los diferentes campos políticos acordaron con el gobierno francés que, más allá del resultado del domingo, el periodo que se abre debe ser de “estabilidad y convergencia” y deberá de haber un nuevo referéndum en junio de 2023 para decidir el “proyecto” futuro de Nueva Caledonia.
Fuente: AFP.