El ministerio de Salud de Perú registró 123 muertes y 1.356 casos en las últimas 24 horas, del pasado viernes. Desde que irrumpió la pandemia, en marzo de 2020, el país andino de 33 millones de habitantes acumula 2,2 millones de contagios y 201.650 fallecidos, según el balance oficial, siendo el país con la mayor tasa de mortalidad por COVID-19 en el mundo.
La última vez que hubo más de 100 muertos por coronavirus fue el 18 de agosto (120), según cifras oficiales. Por la noche, el gobierno informó además que fue detectado “un caso sospechoso de COVID-19 en el Gabinete Ministerial [de 19 miembros], por lo que se procedió a tomarse la prueba molecular [al afectado] y aislarse mientras salen los resultados”.
“En aras de preservar la salud” de los demás ministros, se decidió que su reunión semanal se hiciera este viernes manera virtual y se suspendió también la “habitual conferencia de prensa” posterior, indicó la Presidencia del Consejo de Ministros en un comunicado. Además, la ministra de Trabajo, Betsy Chávez, el jueves “dio positivo a una prueba cualitativa para la detección de antígenos contra el COVID-19″, agregó.
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Perú comenzó a exigir certificados de vacuna antiCOVID en comercios, bancos y aeropuertos ante el incremento de casos y fallecidos. El gobierno prohibió también las reuniones y eventos sociales, incluyendo las que se realizan en los domicilios y visitas familiares, durante Navidad y Año Nuevo. Las autoridades peruanas confían en que la exigencia del certificado incentivará a la población no vacunada a inmunizarse.
Hasta ahora han recibido las dos dosis de la vacuna 19,5 millones de peruanos, el 70% de la población objetivo, según el Ministerio de Salud. Perú utiliza vacunas Sinopharm y Pfizer. Con más de 201.000 muertos, el país andino de 33 millones de habitantes tiene la mayor tasa de mortalidad por la pandemia en el mundo: 6.111 por cada millón de habitantes, según balance de la AFP basado en cifras oficiales.
Perú corrigió el 31 de mayo sus cifras de decesos, que pasaron de 69.000 a 180.000. El ritmo de decesos venía cayendo paulatinamente tras llegar a 2.500 por semana en abril. Entre lunes y jueves se registraron 148 muertos, según balance oficial.
Comercios, bancos y aeropuertos
Los centros comerciales, bancos, supermercados, aeropuertos, restaurantes y otros recintos públicos cerrados comenzaron a exigir este viernes en Perú el certificado de vacuna anti-COVID-19 a quienes ingresan, al entrar en vigor un decreto que indigna a los activistas antivacunas. Funcionarios del Ministerio de Salud y de los municipios fiscalizaron en las zonas comerciales más importantes de Lima, así como en las principales ciudades del país, el cumplimiento de esta medida que busca reducir los contagios en un país duramente azotado por la pandemia.
“Hay algunas normas que se tienen que cumplir para impedir que este COVID, que tanto nos ha golpeado, se siga expandiendo en el país”, declaró el ministro de Salud, Hernando Cevallos, a la radio RPP. Para entrar a comercios o dependencias de entidades públicas, se debe mostrar obligatoriamente el certificado de vacuna, en papel o en el teléfono celular.
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El 71% de los peruanos apoya la medida, mientras el 27% está en desacuerdo, según la encuestadora Datum. Los locales que infrinjan esta norma no serán sancionados por ahora, pero próximamente se establecerán multas, advirtieron funcionarios.
Además, el certificado es requisito para entrar a los aeropuertos y abordar vuelos nacionales e internacionales, aunque quienes no estén vacunados podrán viajar si presentan un examen de PCR con resultado negativo de menos de 72 horas. Los pasajeros de buses interprovinciales también deben mostrar el certificado, pero no se exige en los buses y minibuses urbanos ni en el metro elevado de Lima.
70% vacunados
En los accesos a centros comerciales, bancos, tiendas por departamento y supermercados limeños este viernes había vigilantes exigiendo el certificado de vacuna. El documento es obligatorio para entrar a todos los comercios -desde supermercados a pequeñas tiendas de barrio-, pero no todos cumplían la medida.
Varios negocios próximos al concurrido Parque Kennedy del distrito turístico de Miraflores, en el sur de Lima, no pedían el certificado. Esto llevó a una airada clienta a increpar a las meseras de una cafetería, observó un periodista de la AFP. Las farmacias, hospitales y centros de salud están eximidos de esta obligación, según el decreto dictado a mediados de noviembre. Inicialmente la medida regiría a partir del 15 de diciembre, pero fue adelantada por los contagios de la variante ómicron detectados en otros países.
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Perú no registra casos de ómicron, pero Japón confirmó el 1 de diciembre un caso de esta variante en un pasajero procedente de Lima. Las personas que estuvieron con él en Perú fueron examinadas y ninguna tenía COVID-19. Las autoridades peruanas confían en que la exigencia del certificado incentivará a la población no vacunada a inmunizarse.
Hasta ahora han recibido las dos dosis de la vacuna 19,5 millones de peruanos, el 70% de la población objetivo, según el Ministerio de Salud. Perú utiliza vacunas Sinopharm y Pfizer. Con más de 201.000 muertos, el país andino de 33 millones de habitantes tiene la mayor tasa de mortalidad por la pandemia en el mundo: 6.111 por cada millón de habitantes, según balance de la AFP basado en cifras oficiales. En total, más de dos millones de personas se contagiaron.
“Vulnera derechos”
La obligación de presentar el certificado indignó a los activistas antivacunas, entre ellos la abogada conservadora Beatriz Mejía Mori, quien presentó un recurso judicial contra el decreto, afirmando que “vulnera derechos fundamentales de quienes no desean vacunarse”.
Martín Moreno, conductor de vehículos de turismo en Lima que rechaza vacunarse, afirmó que las autoridades no deberían impedirles el ingreso a recintos cerrados públicos porque “hay artículos de la Constitución que me amparan”.
“La vacuna tiene muchas secuelas”, afirmó Moreno a la AFP para justificar su rechazo. “Estoy dispuesto a perder la vida por no vacunarme”, declaró a la radio RPP César, de 60 años y quien solo se identificó con su nombre de pila, en la norteña Piura, una de las regiones peruanas más golpeadas por la pandemia.
Fuente: AFP.