El presidente estadounidense, Joe Biden, advirtió el pasado martes a su par ruso Vladimir Putin en una tensa cumbre virtual que habrá una respuesta occidental “fuerte” en caso de un ataque de las fuerzas de Moscú estacionadas en la frontera con Ucrania.
“Biden expresó la profunda preocupación de Estados Unidos y nuestros aliados europeos sobre la escalada de fuerzas de Rusia en torno a Ucrania”, dijo la Casa Blanca en un comunicado tras conversación de dos horas entre ambos mandatarios. También dejó en claro que “responderán con fuertes medidas económicas y de otro tipo en caso de una escalada militar”.
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Biden puso énfasis en “el apoyo a la soberanía y la integridad territorial de Ucrania y pidió una desescalada y el retorno a la diplomacia”, subrayó el texto, que indica que Biden y Putin acordaron que sus respectivos equipos “den seguimiento” a la cumbre.
Imágenes satelitales revelaron una masiva concentración de tropas rusas en la frontera con Ucrania, sembrando un creciente temor a una guerra en Europa. Rusia apoya una rebelión separatista en el este de Ucrania y en 2014 anexó a la península de Crimea. Rusia considera como una “histeria” occidental esos temores a una invasión, pues “nunca ha planeado atacar a nadie”, dijo el martes el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
Garantías para Moscú
El Kremlin divulgó su propio balance de la cumbre, a la que calificó de “franca y profesional”. De acuerdo con el comunicado ruso, Putin denunció el “potencial militar” de la OTAN cerca de Rusia, y resaltó que las tropas de su país “no amenazan a nadie”. Putin dijo a Biden que la creciente alianza de Ucrania con Occidente implica una amenaza para la seguridad de Rusia y que cualquier movimiento ucraniano para unirse a la OTAN o albergar sus misiles sería inaceptable.
“Rusia está seriamente interesada en [obtener] garantías jurídicas confiables que descarten una expansión hacia el este de la OTAN y el despliegue de armas de ataque en países adyacentes a Rusia”, expresó el Kremlin. Pero Estados Unidos y la OTAN sostienen que Rusia no puede vetar las aspiraciones de Ucrania.
Coordinación occidental
Estados Unidos y sus aliados europeos buscaron reforzar al ejército de Ucrania desde 2014 cuando las fuerzas armadas de ese país se derrumbaron ante la presión rusa. Empero, no les apetece enviar tropas a un conflicto militar directo con Rusia, lo cual limita las opciones para presionar a Moscú.
Biden conversó el lunes con los líderes de Gran Bretaña, Francia, Alemania e Italia para dar a Putin un mensaje “coordinado e integral”, y luego volvió a hablarles para informarles de lo hablado. De su lado, el asesor de Seguridad Nacional estadounidense, Jake Sullivan, afirmó que Biden mantendrá el jueves una conversación con su par ucraniano, Volodimir Zelensky, para abordar el intercambio con Putin.
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Zelensky visitó el lunes con uniforme de combate a las tropas que batallan contra los separatistas prorrusos en el este del país y habló con el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, para tuitear luego su “agradecimiento” a Washington y sus aliados por el apoyo.
El conflicto en Ucrania acumula más de 13.000 muertos. Las tropas de Kiev están empantanadas en el conflicto con los separatistas, y probablemente serían derrotadas si tropas rusas cruzan la frontera. Si bien no se espera un despliegue de tropas estadounidenses en Ucrania, una invasión rusa estimularía la presencia de la OTAN en otros países de Europa del Este que ya integran la alianza, según la Casa Blanca.
“Si Putin se moviera, habría una solicitud cada vez mayor de los aliados del flanco oriental y una respuesta positiva de Estados Unidos de fuerzas adicionales”, comentó un alto funcionario estadounidense el lunes.
Amenaza severa
Estados Unidos advirtió a Rusia sobre la imposición de dolorosas sanciones y otras consecuencias, como por ejemplo el futuro del controversial gasoducto Nord Stream 2, que debería llevar gas ruso hasta Alemania. Jake Sullivan consideró que esta es una “herramienta” de presión ante Moscú, porque “si Vladimir Putin quiere ver el flujo de gas a través de ese gasoducto, es posible que no quiera correr el riesgo de invadir Ucrania”
Ucrania y otros estados de Europa del Este temen que el nuevo gasoducto del Mar Báltico envalentone a Moscú. “Consultamos a nuestros aliados y creemos que formas de imponer significativos y severos daños a la economía rusa”, había dicho la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jean Psaki. “Podéis llamarlo amenaza, podéis llamarlo un hecho”, añadió.
No solo Ucrania
Además de Ucrania, Biden y Putin discutieron sobre otros varios asuntos en los que tienen diferencias, entre ellos el programa nuclear iraní y una ola de ciberataques denunciados por Estados Unidos. Ambos subrayaron la importancia de luchar contra la cibercriminalidad.
Putin le propuso a Biden retirar todas las medidas de retorsión contra las misiones diplomáticas de ambos países adoptadas en los últimos meses, en un contexto de tensión. Según el Kremlin, las relaciones entre Moscú y Washington “no están en un estado satisfactorio”.
“La parte rusa propuso hacer tabula rasa de todas las restricciones acumuladas respecto al funcionamiento de las misiones diplomáticas, lo que podría permitir normalizar otros aspectos de las relaciones bilaterales” entre ambos, indicó el Kremlin en su comunicado.
Fuente: AFP.