Francia conmemoró el jueves pasado el armisticio de 1918 en la Primera Guerra Mundial y sepultó a Hubert Germain, fallecido hace un mes y quien era el último del millar de miembros de la Orden de la Liberación creada en la Segunda Guerra.

El jueves por la tarde, el féretro de Germain entró en la cripta del Memorial de la Francia Combatiente, en Mont-Valérien (en Suresnes, al oeste de París), que fue el principal lugar de ejecución de los resistentes durante la Segunda Guerra Mundial, para ser enterrado entre otros 16 combatientes.

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“Ha llegado el día” en el que hay que “despedirse” del último de los Compañeros de la Liberación, que se une “a sus hermanos de combate y con ellos a todos los que se levantaron para que Francia viviera”, dijo el jefe del Estado francés, rindiendo homenaje a estos “caballeros de la libertad” que son “los rostros eternos de Francia”.

El entierro de Hubert Germain, fallecido el 12 de octubre, dio una dimensión histórica a la ceremonia del 103º aniversario del Armisticio de 1918, que celebra el fin de la Gran Guerra. El homenaje comenzó a media mañana, cuando el féretro de Hubert Germain salió, de los Inválidos de París, donde había sido expuesto el día anterior, en un blindado AMX-10 que llevaba el nombre de la batalla de Bir Hakeim en el frente africano de la Seunda Guerra Mundial.

Se detuvo ante la estatua del general de Gaulle, como había deseado Hubert Germain, antes de ingresar en los Campos Elíseos, acompañado por la escolta de la Guardia Republicana, hasta el Arco del Triunfo, donde fue depositado junto al soldado desconocido.

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“¿Estaríamos aquí sin Hubert Germain?”, se preguntó el jefe de Estado francés, enumerando los nombres de varios de los Compañeros de la Liberación, “ilustres y anónimos” que “siguieron al General de Gaulle en esta aventura insensata” cuando en 1940 desobedeció la orden de rendición francesa y viajo a Inglaterra para continuar luchando contra los nazis.

De visita en Francia, la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, asistió al homenaje en el Arco del Triunfo y dijo que era “importante” estar presente porque Estados Unidos y Francia tienen “una larga historia compartida”.

El día anterior, ella y su marido Doug Emhoff habían visitado el cementerio militar estadounidense de Suresnes, donde están enterrados 1.565 estadounidenses. Para la Casa Blanca, este lugar simboliza los “valores comunes” de los dos países aliados.

Fuente de inspiración

Emmanuel Macron, llevando una insignia “Bleuet de France”, al igual que los ministros y personalidades presentes, anunció que la Orden de la Liberación, creada en noviembre de 1940, “seguirá viva” tras la muerte del último combatiente de la Resistencia. Seguirá siendo “una eterna fuente de inspiración para los hijos de Francia, siempre unidos”.

La ceremonia en el Mont-Valérien se desarrolló con sobriedad y en silencio, excepto cuando se escuchó la Marsellesa y el canto de los partisanos interpretado por la Guardia Republicana. En junio de 1960, al inaugurar este monumento, Charles de Gaulle había expresado el deseo de que la bóveda nº 9 de la cripta se reservara para el último de los miembros de la Orden de la Liberación, que había creado para “recompensar a las personas o grupos militares y civiles que se hayan distinguido en la obra de liberación de Francia y su imperio”.

Solo 1.038 personas, entre ellas seis mujeres, han recibido el título de Compañero de la Liberación en Francia. En la cripta, Emmanuel Macron presentó sus respetos a solas ante el féretro, sobre el que colocó una cruz de Lorena tallada en la madera del tejado de la catedral de Notre-Dame de París, como había deseado Hubert Germain.

Fuente: AFP.

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