Las fuerzas de seguridad sudanesas dispersaron el domingo a manifestantes con granadas de gas lacrimógeno en el primer día de una nueva campaña de desobediencia civil contra el ejército, que asumió el poder desde el golpe de estado del 25 de octubre.

Los opositores han entrado en resistencia desde la disolución de todas las instituciones del país y el arresto de civiles, por parte del general Abdel Fattah al Burhan, jefe de los militares. El domingo, como parte del movimiento de desobediencia civil convocado por sindicatos y otras organizaciones, decenas de profesores se reunieron en la mañana en el Ministerio de Educación “en protesta silenciosa”, dijo uno de ellos a la AFP.

“La policía llegó y nos disparó granadas lacrimógenas, a pesar de que sólo estábamos ahí con nuestras pancartas contra el régimen militar”, agregó Mohammed al Amin, profesor de geografía. El sindicato de maestros denunció la violencia y enumeró las detenciones de varios de sus manifestantes, pero sin heridos.

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Antes de esta manifestación, los jóvenes bloquearon las carreteras con ladrillos y adoquines, mientras que las tiendas permanecieron cerradas. “Hay menos movimiento en las calles, pero el bloqueo no es total”, informó un testigo en la ciudad de Omdurmán, junto a Jartum.

El golpe y la represión que acabó con la vida de 14 manifestantes según los médicos ya le han valido a Sudán una serie de condenas internacionales, su suspensión de la Unión Africana y recortes considerables en la ayuda internacional.

Los países árabes parecen estar divididos. El miércoles, más de una semana después del golpe, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, dos países cercanos al ejército sudanés, pidieron la “restauración inmediata” del gobierno civil, pero Egipto, uno de sus más influyentes vecinos, aún no ha tomado posición.

Blinken habló por teléfono

El jefe del ejército sudanés, el general Abdel Fattah al Burhan, ordenó el jueves pasado la liberación de cuatro ministros detenidos el día del golpe de Estado, el 25 de octubre, en medio de esfuerzos internacionales para restaurar el gobierno civil.

En el marco de estas presiones, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, habló por teléfono con el jefe militar para solicitar la “restauración inmediata del gobierno dirigido por civiles”. Antes, el ejército anunció la “inminente” formación de un ejecutivo, diez días después de que Burhan disolviera el gobierno, detuviera a los líderes civiles y declarara el estado de emergencia.

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Desde entonces, Sudán, sumido en la crisis política y económica, está bloqueado en un tira y afloja entre los militares y los manifestantes contra el golpe. El jueves, el general Burhan ordenó la liberación de cuatro ministros: Hamza Baloul (Información y Cultura), Hachem Hassabarrasul (Telecomunicaciones), Ali Jeddo (Comercio) y Yusef Adam (Juventud y Deportes). La fecha efectiva de su excarceración no se precisó.

La mayoría de los ministros fueron detenidos el 25 de octubre, incluido el primer ministro Abdallah Hamdok, que fue trasladado a su casa en Jartum al día siguiente, donde se encuentra bajo arresto domiciliario desde entonces. El anuncio del general se produjo poco después de una conversación con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, que pidió a su interlocutor liberar a los dirigentes detenidos y restaurar con urgencia el gobierno civil.

EEUU pide más

Antes del golpe, Sudán estaba gobernado por autoridades civiles y militares de transición: un Consejo Soberano presidido por el general Burhan e integrado por militares y civiles y un gobierno presidido por Hamdok. Tras el golpe, los sudaneses salieron a la calle en masa para denunciar al poder militar. Al menos 12 manifestantes murieron y cientos resultaron heridos en la represión, según un comité de médicos prodemocracia.

Pero las protestas siguen --este mismo jueves hubo concentraciones en Jartum--, lo mismo que la presión internacional. Estados Unidos, que justo después del golpe suspendió parte de su ayuda económica a Sudán, dijo haber “tomado nota” de la liberación de ministros, pero aseguró que espera más pasos por parte de las fuerzas armadas.

Blinken “instó al general Burhan a liberar inmediatamente a todas las figuras políticas detenidas” y a “retomar un diálogo que devuelva al primer ministro Hamdok a su cargo”, indicó su portavoz en un comunicado. Todavía hay importantes personas detenidas, entre ellas el miembro del Consejo Soberano Mohammed al Fekki, el consejero del primer ministro Yasser Arman, o el ministro de Asuntos del Gabinete, Khaled Omar Youssef.

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Según Tut Gatluak, emisario de Sudán del Sur en Jartum para mediar en la crisis, hay negociaciones para formar un gobierno, pero las posiciones son distantes entre ambos bandos. “Burhan no tiene problema para un regreso de Hamdok a su puesto de primer ministro, pero no quiere un retorno a la situación de antes del 25 de octubre”, dijo.

Un consejero de Burhan, Taher Abu Haga, citado por la televisión estatal, aseguró el jueves que “la formación de un gobierno es inminente”. El miércoles, el general Burhan se había encontrado con el emisario de la Unión Africana (UA), Olusegun Obasanjo, y afirmó que “un gobierno de tecnócratas estaba a punto de ponerse en marcha”, según la agencia sudanesa SUNA.

Este país situado al sur de Egipto (este de África) es uno de los más pobres del mundo y ha vivido la mayor parte de sus 65 años de independencia bajo poder militar. Las fuertes protestas de la población en 2019 acabaron desembocando en la caída del general Omar al Bashir tras 30 años dictadura y la conformación de este gobierno transitorio que debía conducir a unas elecciones democráticas.

Fuente: AFP.

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