La alcaldía de Moscú ordenó este jueves el cierre por once días a partir del 28 de octubre de todos sus servicios no esenciales, en un intento por controlar la dramática ola de COVID-19 que afecta a Rusia y provocó otro récord de muertos.
La epidemia también está golpeando duramente a Ucrania y Letonia, que presenta la peor tasa de infecciones de COVID-19 del mundo, por lo que sus autoridades también decidieron imponer restricciones.
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Desde hace semanas, Rusia no ha dejado de batir récords de muertes y contagios en 24 horas, una hecatombe fomentada por la baja tasa de vacunación y una respuesta tardía por parte de las autoridades.
Pero, en los últimos días, el gobierno anunció sus primeras medidas concretas, como la puesta del pasaporte sanitario o el refuerzo del teletrabajo. El presidente, Vladimir Putin, ordenó el miércoles una semana no laborable a principios de noviembre en toda Rusia. En Moscú, principal foco de la epidemia en el país, el alcalde, Serguei Sobianin, siguió los pasos del presidente y el jueves ordenó que la mayor parte de las empresas suspendan su actividad del 28 de octubre al 7 de noviembre.
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Quedarán exentos de esta normativa los lugares de “venta de medicamentos, productos de alimentación y de primera necesidad”, según un mensaje publicado en su blog. “La experiencia nos muestra que los días no laborables son la manera más eficaz de hacer que bajen el número de casos y de decesos, pues permiten romper en poco tiempo un máximo de cadenas de contagios”, dijo Sobianin.
Durante esos once días, los teatros y museos podrán seguir funcionando con un aforo del 50%, siempre y cuando los visitantes tengan pasaporte sanitario. Además, a partir del 8 de noviembre el pase sanitario será obligatorio para asistir a todos los acontecimientos de más de 500 personas en Moscú.
Récords de muertes
Moscú, como el resto de Rusia, se está viendo golpeada por la peor ola epidémica del COVID-19 desde que empezó la pandemia, favorecida por la variante delta, más contagiosa, y por el caso omiso que hacen muchos ciudadanos a las medidas de distanciamiento y de uso de mascarilla, sobre todo en tiendas y en el transporte público.
El jueves, el país batió un nuevo récord de contagios y decesos en 24 horas, con 1.036 muertes y 36.339 casos. El gobierno ruso ha reportado, hasta la fecha, unas 227.389 muertes por COVID-19, un balance subestimado según la agencia nacional de estadísticas Rosstat, que asegura que la cifra superaba los 400.000 fallecidos a finales de agosto.
La campaña de vacunación, en tanto, avanza a marchas forzadas. Según el sitio especializado Gogov, menos de un tercio de la población está vacunada. Pero los poderes públicos siguen rechazando imponer medidas de confinamiento o toques de queda, preocupados por no lastrar la frágil reactivación económica.
Récords en Ucrania y Letonia
Ucrania también batió este jueves un récord de contagios y muertes por coronavirus, con 22.145 nuevos casos y 546 decesos, lo que llevó al gobierno a reinstaurar restricciones.
Según el gobierno, solo el 19% de la población en general reacia a vacunarse- tiene la pauta completa. Sin embargo, desde que se impusieron medidas en zonas muy golpeadas por el COVID-19, como la obligatoriedad de presentar un certificado de vacunación para entrar en espacios públicos como escuelas y teatros, el ritmo de inmunización se aceleró.
Y en Letonia, para atajar la peor tasa de infecciones de COVID-19 del mundo, el gobierno impuso un nuevo confinamiento y ordenó el cierre de comercios “no esenciales”, cines, teatros y peluquerías. El país báltico registró 1.406 infecciones por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, es decir, la tasa por habitante más alta del mundo, al 20 de octubre, según un cálculo de la AFP.
Sus autoridades también se han topado con el escepticismo de la población respecto a la vacuna, y solo la mitad de los lituanos están vacunados presentando una tasa de vacunación de las más bajas de la Unión Europea.
Fuente: AFP.