Por Ricardo Rivas. Corresponsal en Argentina. Twitter: @RtrivasRivas.

Antes de las 10:00 (9:00 de Paraguay), una buena parte de los principales candidatos y candidatas que participan de las elecciones primarias abiertas simultáneas y obligatorias (PASO), que se desarrollan este domingo en la Argentina, ya habían ejercido ese derecho.

El presidente Alberto Fernández, al momento de hacerlo, destacó la “total normalidad” con la que se desarrolla el comicio. Los opositores Mauricio Macri, María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta, entre otros, también votaron temprano.

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“Se enfrentan dos modelos”

Formalmente, en estas elecciones, se definirán quienes serán las candidatas y candidatos que el venidero 14 de noviembre habrán de candidatarse para renovar un tercio de la Cámara de Senadores y la mitad de la de Diputados, cuando aún faltan dos años para que se complete el mandato presidencial de Fernández quien, una semana atrás, sostuvo que en estas elecciones de medio tiempo, “se enfrentan dos modelos”.

El jefe de Estado, precisó: “Enfrentamos dos modelos de país claramente contrapuestos que miran los problemas del pueblo de modo diferente. Y comprender la dimensión de la discrepancia es central para construir el futuro”.

Como toda expresión de campaña, Alberto Fernández responsabilizó de las dificultades que evidencia su gestión en que, desde que asumiera el cargo, el 10 de diciembre de 2019, solo tuvo “99 días de normalidad sanitaria” como consecuencia de la pandemia de Sars-Cov-2 y, al “estrepitoso fracaso del gobierno que nos precedió”, liderado por Macri (2015-2019).

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El expresidente Mauricio Macri también emitió tempranamente su voto. Foto: Gentileza.

Índice de optimismo político

Sin embargo, Fernández no llega a esta prueba comicial con los mejores vientos. De hecho, una buena parte de los indicadores con los que se analizan las gestiones gubernamentales no son alentadores. Unos pocos días atrás, la consultora Management & Fit, que dirige Mariel Fornoni, reportó que tanto el índice de optimismo político como el de optimismo económico cayeron en la consideración de la opinión pública.

El político se ubica en 23,7 puntos, en tanto que el económico se estacionó en 22,9. Y, si esos son los datos que dan cuenta de la coyuntura, de la cotidianidad, cuando se consulta acerca del futuro, también dan en baja. La política y la economía, no esperanzan a las argentinas y a los argentinos. En lo que respecta a la pandemia y a la campaña de vacunación, la situación no es mejor.

Hasta la tarde del sábado último, se registra un total de 4,98 millones de personas infectadas activas desde que la pandemia llegó a este país, en tanto que 113.282 fallecieron. Sólo 18 millones de personas han recibido la vacunación completa (dos dosis), por lo tanto, sobre un universo de 45 millones a vacunar, el 40,1% ha sido inoculado.

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“Hay funcionarios que no funcionan”

“Las cosas no van bien”, se escucha en las calles. De hecho, unas pocas semanas atrás, la vicepresidenta Cristina Fernández, expresidente entre 2007 y 2015, públicamente fustigó al ejecutivo con una frase contundente: “Hay funcionarios que no funcionan” y, en ese contexto, les recomendó “buscar otro laburo”. Pruebas al canto. Todo está en juego en esta jornada. Pero, en especial, dos cuestiones muy concretas.

Veamos la primera: De acuerdo con los resultados electorales que comenzarán a perfilarse este domingo a partir de la voluntad popular, se definirá –el 14 de noviembre- cuál es el futuro del proyecto político del oficialismo que, en lo que corre hasta ahora –dos años de mandato- no ha conseguido los votos suficientes en el Parlamento, especialmente en la Cámara de Diputados, para reformar el Poder Judicial, el Ministerio Público y, tal vez, la Constitución Nacional y la conformación de la Corte Suprema de Justicia. Nada menos. Por lo tanto, es sustancial para quienes conducen el Frente de Todos (FDT), un triunfo contundente.

¿Qué quiere decir esto? Sencillo, contar con votos propios de diputados que acompañen los proyectos de Alberto F. y Cristina F. que, sin embargo, no coinciden en sus miradas estratégicas o, por lo menos, en cómo alcanzar algunos objetivos. La segunda de las cuestiones, alcanza tanto a oficialistas como a opositores. Es la definición de los liderazgos de aquí en más. Claramente, en el oficialismo se deja trascender –nadie acepta decirlo y poner la cara- que “si ganamos, ganamos todos y, si perdemos, el que pierde es Alberto”.

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La precandidata por Juntos por el Cambio, María Eugenia Vidal ya votó. Foto: Gentileza.

Encuestas dispares

Ante esa situación, el jefe de Estado, pocas horas atrás, se sumó parcialmente a esa expresión y, aunque la amortiguó en tanto producción de sentido, también deslizó que “se plebiscita” su gestión. Habrá que ver. En las oposiciones, por su parte, también de las urnas emergerán las confirmaciones o no sobre quienes lideran cada agrupación. Las encuestas no son de mucha ayuda para dilucidar esos interrogantes por adelantado.

En las últimas horas, un colega periodista sintetizó: “Desde fines de agosto y hasta hoy recibí 16 encuestas bonaerenses. 7 dan empate técnico (menos de 2 puntos de diferencia entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio). 5 (dan) arriba a la suma de JxC y 4 al FTD. En general, todos dan brechas cortas. Salvo 2 que dan 10/11 puntos arriba a JxC y 1 que le da 6/7 al FDT. Alguno debería acertar, ¿no?”.

Más allá de la simpática ironía que es sensato acompañar, al “ganamos todos”, al “perdió Alberto”, al “se terminó Macri” o, el que manda “es Larreta (Horacio, jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires), siempre habrá de estar, en el día después, el recurso de asegurar que “se equivocaron todas as encuestas”. Sin embargo, algunas percepciones coincidentes acerca de un eventual enojo ciudadano con la lítica, también podrá emerger de las urnas. ¿Cuánto dará el nivel de concurrencia a votar?

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“Voto antisistema”

Las encuestas previas sugieren que será bajo. ¿Qué quiere decir bajo? Menos del 75%. ¿Cuánto será el voto en blanco? Ciertos estudios dicen que podría superar el 7%. Todo por responder, por cierto. Pero hay algo más. El llamado –tal vez sin mucha razón- como “voto antisistema” o, más exactamente de derechas radicalizadas o de liberalismo a ultranza, que en esta oportunidad protagonizan los candidatos José Luis Espert (economista), Javier Milei (economista) o Juan José Gómez Centurión (miliar veterano de la guerra en Malvinas), podrían sumar, entre los tres, un alto porcentaje de votos.

Algunas investigaciones de opinión pública arriesgan que podrían ubicarse en torno del 20%. ¿Será así? Otro interrogante clave: ¿A quiénes les restarán votos? ¿Al Frente de Todos o al frente Juntos por el Cambio que para este episodio electoral solo se llamarán Juntos? Estas preguntas dilemáticas son las que construyen, a partir de estas PASO, algún grado de angustia social.

Una “victoria amarga” del oficialismo, como respondió un veterano dirigente del peronismo a este corresponsal, “que no permita alcanzar la construcción de una mayoría suficiente en el Parlamento para seguir adelante, servirá de poco y tendrá el mismísimo sabor de una derrota”.

Una victoria de las oposiciones, hace pensar en la estabilidad institucional y en la solidez o no de la gobernanza después de las urnas. Después de la medianoche que viene, comenzarán a conocerse una buena parte de las respuestas.

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