La corte suprema de Brasil subió este miércoles el tono frente a Jair Bolsonaro y afirmó que “despreciar” sus decisiones representa “un atentado a la democracia” y un “crimen de responsabilidad” que debe ser analizado por el Congreso, en respuesta a las amenazas del mandatario.

“Si el desprecio de las decisiones ocurre por iniciativa del jefe de cualquiera de los poderes, esa actitud, además de representar un atentado a la democracia, configura un crimen de responsabilidad, a ser analizado por el Congreso Nacional”, declaró el presidente del Supremo Tribunal Federal (STF), Luiz Fux.

Fux no se refirió explícitamente a una eventual apertura de un proceso de impeachment contra el mandatario, cosa que debería ser autorizada por el presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira.

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Minutos antes, Lira emitió un mensaje en el que defendió una “pacificación” entre los poderes y tampoco mencionó la posibilidad de abrir un juicio político.

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“Nuestra Constitución nunca será rasgada”, dijo. “El único compromiso inaplazable e incuestionable que tenemos en nuestro calendario está fijado para el 3 de octubre de 2022”, añadió, en referencia a las elecciones presidenciales.

Bolsonaro anunció el martes, durante multitudinarias marchas de sus seguidores en Brasilia y Sao Paulo en el Día de la Independencia, que rechazará las decisiones del juez del STF Alexandre de Moraes, quien abrió contra el mandatario una investigación por difundir noticias falsas sobre el sistema electrónico de votación.

En los actos de apoyo al presidente muchos manifestantes enarbolaron pedidos de “intervención militar” y “limpieza institucional”, arengados por el discurso beligerante de Bolsonaro contra el STF.

“Este Supremo Tribunal Federal nunca aceptará amenazas a su independencia ni intimidaciones al ejercicio regular de sus funciones. Nadie cerrará esta corte. Nos mantendremos en pie, con sudor y perseverancia”, agregó Fux.

Después del magistrado, el Procurador General de la República, Augusto Aras, destacó las manifestaciones como un “ejemplo de una sociedad plural y abierta”. Pero rechazó los ataques al orden constitucional.

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Manifestantes siguen activos

Algunos cientos de bolsonaristas permanecían este miércoles en Brasilia y, reunidos en la explanada de los Ministerios, amenazaron con derribar un bloqueo policial en la avenida que conduce al tribunal.

El ministerio de Infraestructura informó además que hubo concentraciones de camioneros en carreteras federales de al menos ocho estados (entre ellos Mato Grosso, Mato Grosso do Sul, Santa Catarina, Paraná y Rio Grande do Sul), aunque aseguraron que en ningún punto se registró un bloqueo total de la vía.

La policía caminera está presente “en todos los lugares identificados” y la “tendencia” es que las movilizaciones terminen antes de la medianoche, aseguró el ministerio.

El presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, dijo este miércoles en una declaración transmitida en televisión que el país atraviesa una “crisis real” con altos niveles de desempleo, inflación y un período difícil por la pandemia, y que la solución “no está en el autoritarismo, ni en arrebatos antidemocráticos”, sino en la búsqueda de consenso entre los poderes.

La víspera, Pacheco había suspendido la actividad parlamentaria prevista para este miércoles y el jueves en el Senado por considerar que no estaban dadas las condiciones para el debate.

Los partidos de la oposición redoblaron sus críticas contra Bolsonaro; el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) del expresidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), que se definía como “independiente” con relación al gobierno, anunció que le hará la oposición y repudió “las actitudes antidemocráticas e irresponsables” del presidente.

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Incertidumbre económica

Luego del feriado, los mercados también reflejaron las tensiones: el dólar subió a 5,32 reales, alrededor del 3%, y el índice Ibovespa cayó 3,78% a un nivel que no registraba desde marzo, en una jornada en la que volvió a pesar el riesgo político.

Esta caída está relacionada con las declaraciones de Bolsonaro (...) que generan inseguridad jurídica y una gran preocupación entre los inversores sobre el futuro. Por ejemplo, con relación a la aprobación de reformas previstas sobre privatizaciones o concesiones”, analizó Alex Agostini, de la consultora Austin Rating.

El incremento de riesgo percibido por el mercado en marzo coincidió con la anulación por parte del STF de las condenas que pesaban contra el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien volvió a ser elegible.

Fuente: AFP.

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