El Salvador opera desde este martes con el bitcóin como moneda de curso legal a la par del dólar, un polémico plan promovido por el popular presidente Nayib Bukele para reactivar la economía que arrancó con una caída del sistema debido a la alta demanda.
El experimento, que genera dudas en la mayoría de la población y desconfianza en los especialistas, es seguido de cerca en las redes sociales por impulsores y detractores con las etiquetas #bitcoinday y #noalbitcoin.
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El sistema presentó problemas en el arranque. “Por unos momentos no funcionará @chivowallet, la hemos desconectado mientras aumentamos la capacidad de los servidores de captación de imágenes”, escribió Bukele el martes en Twitter. “Los problemas de instalación que tuvieron algunas personas fueron por esa razón. Preferimos corregirlo antes de volver a conectarla”, explicó.
El gobierno ya compró sus primeras 400 monedas, a un valor de mercado de 21 millones de dólares. Además, lanzó la billetera electrónica Chivo para los teléfonos celulares, y obsequió a los salvadoreños un monto equivalente a 30 dólares en bitcóins para que empiecen a operar. El gobierno instaló asimismo 200 cajeros Chivo en todo el país para operar con bitcóins y dólares.
Volatilidad
En el lenguaje coloquial salvadoreño, “chivo” significa algo muy bueno. Pero sus detractores aseguran en las redes que el bitcóin #NoesChivo porque expone a los fondos estatales a un activo muy volátil. Cuando nació en 2009 el bitcóin valía centavos de dólar. Hoy su precio supera los 52.000 dólares. Pero en los últimos 12 meses ha llegado a los 62.000 o caído hasta 35.000, según comentarios de inversionistas como Elon Musk o anuncios de regulaciones chinas.
Por ese motivo, economistas y organismos como el Banco Mundial, el FMI y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) son escépticos sobre la medida. “Uno de los primeros riesgos que habíamos advertido es que los costos de este experimento quien lo paga es la población”, advirtió el economista Ricardo Castañeda, del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales.
Estímulo a la economía
El gobierno asegura que el bitcóin estimulará la economía que, desde su dolarización en 2001, ha estado estancada con una media de crecimiento entre el 2 y 4%. En 2020 se contrajo un 7,9% en medio de la pandemia del COVID-19. Se proyecta que este año crezca más de 9%.
La arriesgada medida, según el gobierno, contribuirá a la bancarización de la población y evitará la pérdida de unos 400 millones de dólares de comisiones por las remesas que los salvadoreños envían desde el extranjero a través de entidades financieras.
Los envíos de la diáspora de unos dos millones de salvadoreños representan el 22% del PIB. El gobierno de Bukele, que cuenta con una amplia mayoría en el Parlamento, dispuso 203 millones de dólares del presupuesto para su plan, que respalda la convertibilidad automática de bitcóin a dólar.
Aceptación obligatoria
La ley obliga a “todo agente económico” a “aceptar bitcóin como forma de pago cuando le sea ofrecido por quien adquiere un bien o servicio”. El gobierno aclaró que, si el establecimiento comercial no desea recibir bitcóins en su cuenta, la aplicación “Chivo” tiene la opción de convertir el monto inmediatamente a su equivalente en dólares a la hora de la transacción.
“Nadie está obligado a usarlo, por lo que hay que recordar que el dólar es la moneda de referencia para los precios, los salarios y los registros contables del país”, según el gobierno. Lo que busca este país centroamericano de 6,6 millones de habitantes, según Bukele, es “romper con los paradigmas del pasado” porque “El Salvador tiene derecho a avanzar hacia el primer mundo”.
Un presidente popular
Una reciente encuesta de la Universidad Centroamericana (UCA) reveló que siete de cada 10 salvadoreños están “en desacuerdo o muy en desacuerdo” con el uso del bitcóin y prefieren el dólar. Sin embargo, la popularidad del gobernante supera el 80%, según la misma universidad.
“El presidente mantiene popularidad porque el pueblo para el cual gobierna, que son las masas, todavía no se han visto afectados con las medidas que ha tomado”, explicó el director de la escuela de comunicaciones de la privada Universidad Tecnológica (UTEC), Domingo Alfaro.
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Bukele, un millennial de 40 años que suele aparecer en público con una gorra de béisbol con la visera hacia atrás e interactuar con ‘influencers’ en redes sociales, ha capitalizado el descontento contra los partidos tradicionales Arena (derecha) y FMLN (exguerrilla, izquierda), varios de cuyos miembros están procesados por corrupción.
La semana pasada, una sala de la Corte Suprema nombrada por el Congreso afín a Bukele dio luz verde para que el mandatario pueda postular a una reelección. Su gobierno actual comenzó en 2019 y culmina en 2024.
Fuente: AFP.