El número de incendios en la Amazonía brasileña cayó ligeramente en agosto respecto a 2020, pero se mantuvo cerca de los peores niveles de la última década, registrados bajo el gobierno de Jair Bolsonaro, según datos oficiales.
La agencia espacial de Brasil, INPE, registró 28.060 focos de incendio en la Amazonía brasileña el mes pasado, un 4,3% menos que en agosto de 2020, aunque muy por encima del promedio de 18.000 de la década anterior a la llegada de Bolsonaro al poder, en 2019.
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Durante la gestión del presidente ultraderechista, que presiona para abrir tierras protegidas a la agroindustria y la minería, se ha registrado un aumento de la deforestación en la Amazonía.
Desde el inicio de su administración, la porción brasileña de la selva tropical más grande del mundo ha perdido alrededor de 10.000 kilómetros cuadrados de cobertura forestal al año, un área cercana al tamaño del Líbano. Esa cifra representa un aumento respecto de las pérdidas anuales de alrededor de 6.500 km2 durante la década anterior.
El número de incendios también ha aumentado. “La cantidad de incendios registrados cada agosto [inicio de la temporada seca] ha alcanzado niveles absurdos desde 2019”, dijo Cristiane Mazzetti, gestora ambiental de Greenpeace.
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“Es como si el gobierno hubiera creado un ‘estándar Bolsonaro’ de destrucción (...) resultado de una visión retrógrada del desarrollo que no dialoga ni beneficia a la mayoría de los brasileños, además de ir en contra de los esfuerzos para contener la emergencia climática”, indicó Mazzetti en un comunicado.
Los incendios suelen aumentar drásticamente en la Amazonía cuando llega un clima más seco entre agosto y noviembre, ya que agricultores, ganaderos e invasores de tierras primero talan árboles y luego los queman para limpiar el terreno.
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Los científicos dicen que los incendios forestales que ocurren naturalmente son prácticamente inexistentes en la Amazonía, dada la gran cantidad de lluvia que recibe. En 2019, el primer año de mandato de Bolsonaro, un fuerte aumento de los incendios en esta selva provocó protestas mundiales.
Ese año, el INPE registró 30.900 incendios en agosto, frente a los 10.421 de agosto de 2018. Ane Alencar, directora de ciencia del Instituto de Investigación Ambiental del Amazonas (IPAM), dijo que la temporada de incendios dependerá este año de factores climáticos como las lluvias.
Pero “todavía estamos al mismo nivel (de deforestación e incendios) que en 2019”, dijo a la AFP. “Es como si nos estuviéramos acostumbrando a esos números tan altos”, lamentó.
Amenazada la fauna silvestre
Linces del desierto, ciervos corso-sardos, aves, roedores y reptiles son algunas de las especies salvajes por las que la WWF está preocupada tras los incendios que asolan la cuenca mediterránea y Rusia.
“A nivel mundial, los incendios provocados por los humanos comprometen la supervivencia de la fauna salvaje, muerta o herida por el contacto directo con el humo y las llamas o que sufre una destrucción significativa de su hábitat”, dijo a AFP Margaret Kinnaird, responsable de fauna silvestre del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
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Es difícil estableces cuál será el impacto exacto en cada especie, en particular las que ya están amenazadas, agrega Craig Hilton-Taylor, responsable de la Lista roja de la Unión internacional para la conservación de la naturaleza (UICN), en la que se enumeran las especies de animales y plantas según su riesgo de extinción.
También señalan que el impacto depende de la capacidad de las especies para huir o resistir a las llamas, “algunas incluso pueden prosperar después de un incendio” y ofrecieron un balance de algunos de los lugares visiblemente afectados.
Turquía
Según las primeras observaciones de WWF, “los bosques y las montañas de las provincias de Mugla y Antalya, donde residen las icónicas especies del caracal (o lince del desierto, un felino) y la cabra montesa, sufrieron importantes daños.
Estos territorios también albergan una especie endémica de roedor, el lirón lanudo, continúa WWF. “Las poblaciones locales de 121 especies amenazadas para Antalya y 87 especies amenazadas para Mugla podrían haberse visto afectadas, incluidas cinco especies de búhos, cinco de pájaros carpinteros, 21 de reptiles y anfibios”, especifica la ONG.
Grecia
WWF habla de una “gran catástrofe”, “los recientes incendios han afectado a ecosistemas vitales e innumerables animales salvajes y domésticos”.
“El norte de Ática es la única zona del sur de Grecia donde todavía vive el ciervo rojo en peligro crítico de extinción” en el país. El cérvido forestal más grande de Europa ha sido víctima de la caza furtiva y la destrucción de su hábitat. Esta zona también alberga dos manadas de lobos grises, una especie protegida a nivel europeo y es un área importante para los animales que viven en bosques de coníferas (zorros, ardillas, becadas), explica WWF.
Italia
El Parque nacional Aspromonte, que se extiende por gran parte de la región de Calabria, ha sufrido varios incendios. Alberga, entre otras cosas, un raro roedor pequeño endémico de la zona, similar a un lirón (Dryomys nitedula aspromontis) y árboles centenarios.
WWF está preocupada por “Cerdeña, una de las regiones más ricas en biodiversidad del Mediterráneo”, ya que las llamas amenazan la supervivencia de varias especies endémicas; entre ellos, el ciervo sardo-corso, salvado de la extinción en los años 80, la perdiz moruña y la liebre de Cerdeña. Los incendios también mataron a una gran cantidad de reptiles, incluidas tortugas bordeadas, deplora la ONG.
Rusia
En Rusia, los vastos bosques de la República Siberiana de Yakutia están envueltos en llamas “que amenazan a muchos animales grandes que viven en las áreas protegidas de la región”. Están en peligro especies como el uapití (de la familia de los alces), los renos salvajes, corzos, osos pardos, el glotón, el lince y la ardilla voladora.
También especies más raras como el ciervo almizclero (reconocible por sus dos caninos superiores en forma de largos colmillos cónicos), la oveja de las nieves, una especie de marmota, la grulla chillona y la grulla negra, el halcón gerifalte y el halcón peregrino, así como el águila de cola blanca y el águila real, enumera la WWF.
Fuente: AFP.