“Estados Unidos ha vuelto”, dice el eslogan del presidente Joe Biden, pero su salida sin remordimientos de Afganistán parecer mostrar que Estados Unidos no quiere ser el de antes.
Más allá del trauma de la evacuación de Kabul, Biden está ofreciendo una retirada mas amplia: dejar de usar sus vastos recursos militares para imponer el orden y los valores estadounidenses en todo el planeta.
“Esta decisión sobre Afganistán, no es sólo acerca de Afganistán”, dijo Biden en un discurso pronunciado el jueves que, para muchos, fue histórico. “Se trata de terminar una era de emprender grandes operaciones militares para rehacer otros países”.
“Los derechos humanos estarán en el centro de nuestra política exterior, pero la forma de hacer eso no es mediante interminables despliegues”, dijo. “Nuestra estrategia tiene que cambiar”, dijo.
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Benjamin Haddad, director del Centro Europa del Atlantic Council, calificó el discurso como “uno de los más elocuentes repudios del internacionalismo liberal por parte de cualquier presidente estadounidense en las últimas décadas”.
Para aquellos estadounidenses que gustan considerar a su país como una superpotencia única e invencible, ganadora de la Guerra Fría y luego una impresionante intervencionista militar en todas partes, desde Irak hasta África, esto es un shock. Para la mayoría, sin embargo, las encuestas muestran que es probable que el giro de Biden sea popular.
Donde coinciden Trump y Biden
La presidencia de Biden es normalmente vista como la contracara de la de su antecesor Donald Trump. Es cierto que desde que Biden asumió el gobierno el 20 de enero muchas cosas cambiaron, desde la decoración de la Casa Blanca hasta el retorno de Estados Unidos al Acuerdo de París sobre el cambio climático
Pero el abandono de aventuras militares sin final -cuyos detractores las llaman obrar como “policía del mundo”, es algo trumpiano. Cuando Biden anunció “es tiempo de terminar esta guerra eterna” en Afganistán, dijo algo que “podría ser fácilmente de Trump”, dijo Charles Franklin, director de las encuestas de opinión Marquette.
Actualmente “el público no se siente comprometido con un papel internacional importante, ciertamente no como el que jugó Estados Unidos en las décadas de 1950 a 1990”, dijo Franklin a la AFP.
En referencia a Afganistán, las encuestas muestran un fuerte respaldo a la salida de las tropas (el 77% según una encuesta de Washington Post-ABC News) incluso cuando Biden está siendo duramente castigado por la caótica retirada.
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¿Alianzas en riesgo?
En donde Biden difiere notoriamente del aislacionismo de Trump, es en su entusiasmo por buscar alianzas. Estados Unidos no se jactará de ser el policía del mundo, dice la teoría de Biden, sino que puede ser un líder amistoso.
Su gobierno se movió rápidamente por volver a colocar a Washington en el centro de tortuosas negociaciones entre las grandes potencias e Irán sobre su programa nuclear, del acuerdo sobre el clima y de tradicionales alianzas como la OTAN.
Su viaje a Europa en julio para participar en las cumbres del G7 y la OTAN fue el único al exterior hasta ahora y pareció el equivalente diplomático de la reunión de una banda para tocar juntos. No obstante esos aliados podrían estar nerviosos, dicen analistas.
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Tricia Bacon, experta en contraterrorismo de la American University, dijo a la AFP que los aliados sienten “un claro grado de frustración” sobre la falta de coordinación durante la salida estadounidense de Afganistán.
El mensaje de Estados Unidos “deberá ser muy consistente para reconquistar la credibilidad perdida”, dijo. Imad Harb, director del Centro Árabe en Washington, dijo que los socios europeos no fueron los únicos sorprendidos con Washington.
“Los regímenes árabes acostumbrados a una cercana relación con Estados Unidos deberían estar preocupados con lo que ocurrió en Afganistán”, escribió en el sitio web de su institución.
“Biden podría haber bajado finalmente el telón del intervencionismo militar en lo más amplio del Medio Oriente” afirmó.
Fuente: AFP.