Casi 12,3 millones de alumnos inician el curso escolar este jueves en Francia, una vuelta al colegio marcada de nuevo por el uso de mascarilla para hacer frente al coronavirus y a su variante delta, más contagiosa.
“Ya nos hemos acostumbrado a la mascarilla y los alumnos, al protocolo, así que ya veremos cómo va”, aseguró Anne Aubriat, la madre de Flavie, una niña de 9 años contenta de volver a su escuela en Metz (noreste). El protocolo aprobado por el ministerio de Educación autoriza a todos los alumnos a regresar a las aulas y los obliga a llevar un tapabocas en el interior, salvo en educación infantil.
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“Como el año pasado, deberemos convivir aún con el virus, llevar la mascarilla, respetar las medidas preventivas”, precisó el miércoles por la tarde el ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, en un video destinado a los alumnos.
La detección de un caso de COVID-19 implicará el cierre de la clase afectada en primaria, pero, en secundaria y en liceos, sólo los casos contacto que no estén vacunados deberán aislarse una semana. Para fomentar la inmunización, el gobierno prevé enviar “equipos móviles” a establecimientos de secundaria y liceos para trasladar a los alumnos voluntarios hacia los centros de vacunación.
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Alrededor del 60% de los adolescentes y el 89% del profesorado están vacunados, según Blanquer, quien no descarta “un aumento de los contagios” durante el curso y un eventual endurecimiento del protocolo en las escuelas.
Más de 48 millones de personas recibieron al menos una dosis de vacuna anti-COVID en Francia (un 72,3% de la población), entre ellas 44,5 millones (66,1% de la población) están completamente inmunizadas, según las autoridades sanitarias.
Fuente: AFP.