Su imagen poco tiene que ver con la de los combatientes talibanes con turbante y sentados en los “pick-ups”. La unidad “Badri 313”, componente de las fuerzas especiales de los fundamentalistas, es un símbolo de sofisticación del nuevo régimen.
En imágenes difundidas en las redes sociales por los islamistas se ven a soldados con un equipo completo de alto nivel: armas de guerra, casco y chaleco antibalas, pasamontañas, gafas de visión nocturna y radio táctica. Son los militares de la “Badri 313”, integrada a otras fuerzas especiales del nuevo régimen. Su nombre viene de la batalla de Badr, hace 1.400 años, durante la cual el profeta venció con solo 313 soldados.
Aunque probablemente no sea equivalente a las fuerzas especiales occidentales, sus miembros son “más eficaces que los ‘talibanes estándar’ y seguramente más que las tropas del ejército nacional afgano estas últimas semanas”, explica con ironía un experto en armamento, que se hace llamar Calibre Obscura en Twitter.
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“Propaganda”
“Fueron utilizados en la campaña contra el grupo Estado Islámico entre 2017 y 2020”, precisa a la AFP. “Históricamente, intervienen contra los duros de pelar”. Según este experto, y también para la revista especializada Jane’s, sus efectivos se estiman en varios miles, como máximo. Reúne “probablemente a algunos de los combatientes mejor formados y mejor equipados” de Afganistán, estima Matt Henman, jefe de sección de terrorismo e insurrección de Jane’s.
“Podemos pensar que hay un poco de sensacionalismo en la propaganda” que la rodea, señala, pero es “muy probable que Pakistán haya aportado como mínimo un embrión de formación”. Símbolos de una formación militar que no tenían los talibanes hace 20 años, los miembros de la “Badri 313” “demostraron su eficacia en el campo de batalla”, dice por su parte Bill Roggio, redactor jefe de Long War Journal (LWJ), revista estadounidense especializada en la guerra contra el terrorismo.
“Hemos podido ver durante la ofensiva final, desde mayo, que las fuerzas especiales de los talibanes fueron centrales en la toma de Afganistán”, añade, sin descartar no obstante una posible exageración de los hechos. Desde hace varios días, la unidad está a cargo de la seguridad alrededor del aeropuerto de Kabul, frente a las fuerzas estadounidenses.
Red Haqqani
La unidad incluso se permitió hacer una broma difundiendo una imagen de sus soldados alzando la bandera blanca de los talibanes, como una recreación de la famosa fotografía de los combatientes estadounidenses en la batalla de Iwo Jima, en Japón, en la Segunda Guerra Mundial.
Además de su eficacia operacional, la unidad “Badri 313” es objeto de poderosos intereses políticos. Está estrechamente relacionada con la red Haqqani, una organización considerada terrorista por Estados Unidos, pero con un peso importante entre los talibanes. Dos de sus representantes asisten en Kabul a las negociaciones sobre el nuevo gobierno.
La unidad 313 representa “la combinación del entrenamiento militar de los talibanes durante años y los esfuerzos de la red Haqqani para profesionalizar la institución militar afgana”, señala Bill Roggio. Su papel tendría que seguir siendo central en el régimen.
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La “Badri 313” es “un símbolo de la sofisticación de los talibanes y de su compromiso para llegar a sus objetivos”, estima Calibre Obscura. Es sobre todo reflejo de su progresión en materia militar. El país está en guerra desde hace cuatro décadas y ha aprendido mucho desde la invasión soviética de 1979.
“Vemos una profesionalización notable de los talibanes desde mediados de los años 2000”, confirma Gilles Dorronsoro, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad París 1. “La guerra que libran no es para nada la que hicieron sus padres contra los rusos. Han aprendido en el terreno y son muy buenos a nivel técnico”, insiste.
Fuente: AFP.