La explosión de un cohete en Kabul este domingo, horas después de que el presidente estadounidense Joe Biden advirtiera sobre otro eventual ataque terrorista, aumentó la tensión en la capital afgana a dos días de que concluyan las evacuaciones de miles de civiles desde el aeropuerto.
Unas 114.000 personas han sido evacuadas desde que los talibanes tomaron el poder hace dos semanas. El operativo aéreo liderado por Estados Unidos puede finalizar el martes 31 de agosto, por lo que miles de personas podrían no ser expatriadas, en su mayoría afganos que temen represalias por haber trabajado con las fuerzas militares o civiles extranjeros.
Una explosión causada por el lanzamiento de un cohete fue escuchada este domingo de tarde en Kabul, haciendo temer por un nuevo ataque tres días después del sangriento atentado suicida en el aeropuerto, que dejó al menos 90 civiles muertos, una cifra que medios afganos elevan a 170 víctimas.
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Esta explosión -escuchada por periodistas de la AFP- fue provocada por el lanzamiento de cohetes que “según las primeras informaciones alcanzaron una casa”, afirmó un exfuncionario del gobierno derrocado por los talibanes.
“La situación en el lugar sigue siendo extremadamente peligrosa y la amenaza de un ataque terrorista en el aeropuerto sigue siendo alta”, había advertido Biden en un comunicado el sábado de noche.
“Nuestros comandantes me informaron que era muy probable que se produjera un ataque en las próximas 24 a 36 horas”, agregó.
Pocas horas después, la embajada estadounidense en Kabul urgía a sus ciudadanos a alejarse del aeródromo “debido a una amenaza específica y creíble”.
El secretario de Estado, Antony Blinken, declaró este domingo a la cadena ABC que todavía quedan “300 estadounidenses o menos” por evacuar de Afganistán.
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Biden viajó este domingo a la base aérea de Dover, en Delaware, donde rendirá homenaje a los 13 militares que también murieron en el atentado en el aeropuerto de Kabul. El peor golpe contra sus tropas en Afganistán desde 2011.
En respuesta, Washington atacó con drones objetivos en el norte de Afganistán del Estado Islámico del Khorasan (EI-K), la rama de este grupo yihadista en la región que reivindicó el atentado suicida.
“Dos objetivos importantes”, “organizadores y operadores” del EI-K, fallecieron y otro resultó herido, anunció el sábado el Pentágono.
“Este ataque no será el último”, advirtió Biden. “Continuaremos persiguiendo a todo individuo implicado en este atentado detestable y se lo haremos pagar”, añadió.
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Sólo buses autorizados
Fuertemente armados, este domingo combatientes islamistas circulaban en los terrenos y edificios anexos al aeropuerto bajo la atenta mirada de marines estadounidenses ubicados en el techo de la terminal, constataron periodistas de la AFP.
Los talibanes cortaron las carreteras hacia el aeropuerto y solamente permiten el paso a buses autorizados. Pudo verse a una decena de autobuses descargar sus pasajeros en la puerta principal del aeropuerto.
A raíz del atentado, talibanes y estadounidenses estrecharon su colaboración. “Tenemos listas de los estadounidenses (...), si su nombre está en la lista, puede atravesar”, dijo a la AFP un responsable talibán.
En el aeródromo, último enclave controlado por las fuerzas extranjeras en Afganistán, ya no hay rastro de las caóticas imágenes de miles de personas desesperadas tratando de salir del país.
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Responsables turcos negocian con los talibanes para cooperar en la gestión del aeropuerto. El presidente Recep Tayyip Erdogan declaró que el régimen afgano supervisará la seguridad y propuso a Ankara encargarse de la logística. No obstante, después esta posibilidad se fue ‘enfriando’, y el propio Erdogan puso en tela de juicio su viabilidad.
“Zona segura”
Criticado en su país y en el extranjero por su gestión de la retirada de Afganistán, Biden se comprometió a respetar el fin del plazo del puente aéreo. La OTAN y la Unión Europea habían pedido alargarlo unos días más para poder sacar a todos los afganos eligibles para recibir protección occidental.
Francia y el Reino Unido abogarán el lunes ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas por crear una “zona segura” en Kabul para continuar con las operaciones humanitarias más allá del 31 de agosto, dijo el presidente francés, Emmanuel Macron.
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“Esto daría un marco a las Naciones Unidas para actuar de urgencia y permitiría sobre todo a cada uno asumir sus responsabilidades y a la comunidad internacional mantener la presión sobre los talibanes”, apuntó Macron al rotativo francés Le Journal du Dimanche.
Muchos países, entre ellos Francia, Italia, España, Alemania, Canadá y Australia, ya han dado por concluidas sus respectivas operaciones de evacuación, reconociendo en varios casos que dejaban atrás civiles afganos en peligro.
La operación, que permitió evacuar a 15.000 personas, “salió tan bien como se pudo”, pero fue “desgarrador” no haber “podido sacar a todos”, reconoció el jefe de las fuerzas armadas británicas, el general Nick Carter.
Por su parte, el papa Francisco instó este domingo durante la tradicional oración del Ángelus a seguir ayudando a los afganos, dos días antes de la retirada total estadounidense tras 20 años en el país, y oró por “una coexistencia pacífica” y “esperanzadora” en ese país.
Con su retorno al poder, los talibanes tratan de ofrecer una imagen más abierta y moderada. Pero muchos afganos temen una repetición del régimen fundamentalista y brutal que impusieron entre 1996 y 2001, cuando fueron derrocados por una coalición internacional liderada por Estados Unidos.
Fuente: AFP.