“Soy el último, el único judío en Afganistán. Las cosas podrían empeorar para mí aquí. He decidido irme a Israel si vuelven los talibanes”, dijo a los periodistas en abril pasado, Zebulon Simantov, quien a sus 61 años reside en Kabul, la capital afgana que cayó en poder de los talibanes el domingo 15 de agosto pasado.
Lea también: Chile recibirá al menos 10 familias de Afganistán, la mayoría son mujeres
Sin embargo, Simantov cambió de idea y decidió enfrentar la situación, anunció que no dejará su hogar en Kabul pese a todas las amenazas recibidas y los intentos por islamizarlo en varias ocasiones.
Los talibanes, una insurgencia musulmana sunita fundamentalista en Afganistán, completaron la conquista del país esta semana, cuando Estados Unidos apresuró su retirada de Kabul, lo que motivó escenas caóticas al momento que miles de personas intentaban abordar los aviones para abandonar Afganistán.
Afganistán no será una pesadilla
El portavoz talibán, Suhail Shaheen, actualmente en Qatar, estuvo muy activo mediáticamente durante los últimos días, dando entrevistas en inglés a los medios internacionales, en un esfuerzo por tranquilizar al mundo tras el regreso de su grupo al gobierno de Afganistán.
En una inusual entrevista para un medio israelí, Shaheen dijo que el país no será el escenario de pesadilla que muchos en Occidente esperan bajo la interpretación de línea dura del grupo de la ley islámica.
Roi Kais, el reportero de la televisión estatal Kan que habló por teléfono con Shaheen, identificó el nombre de la estación, pero no especificó que era una emisora israelí.
“No entiendo por qué huyen”
El periodista le preguntó a Shaheen sobre el futuro de las minorías bajo los talibanes, entre ellos Zebulon Simantov, que se cree que es el último judío que queda en el país.
“No conozco al último judío y no dañamos a las minorías. Hay sijs e hindúes en el país y tienen su libertad religiosa, la gente no necesita temer y huir”, dijo Shaheen, insistiendo en que la implementación planificada de la ley Sharia no traerá más muertes, sino más bien “más paz y estabilidad”.
“No entiendo por qué la gente está huyendo, aquí no pasará nada”, dijo. “Queremos asegurarnos de que habrá paz, no como en el pasado”, agregó.
Cambio de postura
Nadie conoce el motivo por el cual Simantov repentinamente decidió cambiar de postura y permanecer en Afganistán y dijo al Jpost de Israel, “No abandonaré mi hogar. Si me hubiera ido, no habría habido nadie que pudiera mantener la sinagoga”.
Su esposa, una mujer judía de Tayikistán, y sus dos hijas viven en Israel desde 1998, pero Simantov se quedó en su Afganistán natal para atender la sinagoga.