Estados Unidos, la Unión Europea y Canadá están dispuestos a “revisar las políticas de sanciones” contra Venezuela si el gobierno de Nicolás Maduro “hace avances significativos en las negociaciones” con la oposición previstas en México, indicó este sábado el Departamento de Estado estadounidense.

En un comunicado conjunto difundido por Washington, los representantes diplomáticos de Estados Unidos, la UE y Canadá saludaron el comienzo de un nuevo proceso de diálogo entre el gobierno y la oposición de Venezuela y reiteraron su “voluntad de revisar las políticas de sanciones si el régimen hace avances significativos en las negociaciones” encaminadas la víspera.

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Tras los fallidos diálogos de Barbados, en 2019, y República Dominicana, en 2018, las partes firmaron el viernes un memorando de entendimiento para sentar las bases del proceso de negociación que comenzará próximamente.

El diálogo se desarrollará en México con la facilitación de Noruega para buscar poner fin a la aguda crisis política y económica de Venezuela, apuntando al levantamiento de sanciones internacionales y el establecimiento de garantías electorales.

“Esperamos que este proceso lleve a la restauración de las instituciones democráticas y permita que todos los venezolanos puedan expresarse políticamente a través de elecciones locales, parlamentarias y presidenciales libres y justas”, dice el comunicado conjunto del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, y el ministro de Relaciones Exteriores canadiense, Marc Garneau.

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“Urgimos a todas las partes a participar de buena fe para alcanzar acuerdos duraderos que lleven a una solución integral de la crisis venezolana”, sigue el texto. También pide “la liberación incondicional de todos los injustamente detenidos por razones políticas”, la “independencia de los partidos políticos” y “el fin de los abusos a los derechos humanos”.

Estados Unidos y otros países reconocen como presidente encargado de Venezuela a Juan Guaidó, quien se proclamó como tal en 2019 cuando lideraba el Parlamento, hoy en manos del chavismo. En su intento por asfixiar a Maduro, el expresidente republicano Donald Trump impuso una batería de sanciones, a las que se sumaron la UE y Canadá, y que el gobierno del demócrata Joe Biden ya había ofrecido aliviar si la negociación avanza hacia “elecciones libres”. Maduro atribuye la crisis en su país a las “sanciones criminales” impuestas desde el exterior, especialmente por Washington.

Memorando de entendimiento en México

El gobierno y la oposición de Venezuela emprendieron este viernes en México una nueva negociación para poner fin a la aguda crisis política y económica del país, apuntando al levantamiento de sanciones de Estados Unidos y garantías electorales.

Tras los fallidos diálogos de Barbados, en 2019, y República Dominicana, en 2018, las partes firmaron un memorando de entendimiento para sentar las bases del proceso, que se desarrollará en México con la facilitación de Noruega. Países Bajos y Rusia serán acompañantes.

“Hemos acordado llevar a cabo un proceso de diálogo y negociación integral”, señala el texto suscrito por Jorge Rodríguez, a nombre del gobierno del presidente Nicolás Maduro, y Gerardo Blyde, por la “Plataforma Unitaria”. El documento menciona la “necesidad de que sean levantadas las sanciones”, en referencia a medidas punitivas de Washington, que incluyen un embargo petrolero, a las que se han sumado Canadá y la Unión Europea.

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También rechaza “cualquier forma de violencia política” contra el país y urge la “estabilización de la economía”, que se ha reducido 80% desde 2014, forzando la migración de unos cinco millones de personas. Las discusiones abarcarán siete con aspectos como derechos políticos, garantías electorales, un cronograma para elecciones observables, levantamiento de sanciones y restauración de derechos.

También, temáticas como convivencia política y social, renuncia a la violencia, reparación de víctimas, protección de la economía, y garantías de implementación, seguimiento y verificación de lo acordado. El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, y el diplomático noruego Dag Nylander firmaron como testigos en el acto celebrado en el Museo Nacional de Antropología de Ciudad de México. “Nadie más puede resolver esta situación por ustedes”, expresó Nylander.

No será sencillo

El memorando no menciona un adelanto de elecciones presidenciales, aspiración de los adversarios de Maduro que lo acusan de haber sido reelegido fraudulentamente en 2018 para un período de seis años. El mandatario socialista, un exchofer de autobús de 58 años, saludó en Twitter la firma del memorando. Maduro advirtió en la víspera que no cedería a “chantajes ni amenazas” de Estados Unidos, que le exigió “discusiones sinceras” para resolver los problemas de la otrora potencia petrolera.

Washington reconoce como presidente encargado de Venezuela a Juan Guaidó, quien se proclamó como tal en 2019 cuando lideraba el Parlamento, hoy en manos del chavismo. Guaidó evocó este viernes el poder de las sanciones para presionar a Maduro y reconoció que “algunas soluciones no serán sencillas”, pero advirtió que un fracaso en la mesa solo “profundizará el conflicto”.

En su intento por asfixiar a Maduro, el expresidente republicano Donald Trump impuso una batería de sanciones que el gobierno del demócrata Joe Biden ofrece aliviar si la negociación avanza hacia “elecciones libres”. “Propongo que avancemos en acuerdos urgentes para proteger al pueblo”, afirmó Rodríguez en su intervención. Venezuela “está muy mal, nuestro pueblo sufre la peor crisis de su historia contemporánea, nuestra patria tiene hoy muy poco que ofrecer para el desarrollo personal”, apuntó Blyde.

Un Maduro más fuerte

El gobernante, elegido en 2013 tras la muerte de Hugo Chávez, se aferra al poder con el apoyo de los militares, Cuba, China y Rusia, pese al derrumbe económico del país, donde rige una dolarización de facto ante la destrucción de la moneda local.

“Maduro se encuentra hoy en la posición más fuerte que haya tenido en años”, comentó este viernes a la AFP Peter Hakim, presidente emérito de Diálogo Interamericano, con sede en Washington. Maduro atribuye la debacle a las “sanciones criminales”, que, según él, impiden la compra de suficientes vacunas contra el COVID-19, entre otras cosas.

Por su parte, la oposición exige un cronograma que conduzca a comicios presidenciales con garantías, además de la excarcelación de políticos como el exdiputado Freddy Guevara. “Cuesta imaginar que Maduro acepte unas elecciones presidenciales libres y justas”, sostiene Hakim, indicando que el mandatario podría conceder algunas victorias electorales a sus oponentes para mejorar su maltrecha reputación y que se levanten ciertas sanciones.

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Los opositores intentan superar sus históricas divisiones para enfrentar al chavismo. De hecho, difieren sobre la posibilidad de participar en los comicios regionales del próximo 21 de noviembre. “Siguen tan divididos como siempre, sin una estrategia efectiva y con un apoyo regional e internacional debilitado” por factores como “la pandemia, la elección de Biden con un Congreso demócrata y lo que parece un creciente giro hacia la izquierda Latinoamericana”, apuntó Hakim.

Alegando falta de garantías, la oposición boicoteó en 2018 y 2020 las elecciones presidenciales y parlamentarias, dejando el camino libre al oficialismo, que controla todos los poderes del Estado. Para Pedro Benítez, analista político venezolano, las partes pondrían alcanzar acuerdos si admiten que “ninguno de los dos puede aplastar al otro”.

Fuente: AFP.

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