Uruguay alcanzó este martes el 70% de su población inoculada con al menos una dosis contra el COVID-19, de acuerdo al monitor oficial de vacunación, en medio de una abrupta desaceleración de los peores indicadores de la pandemia.
En el país sudamericano de 3,5 millones de habitantes, alrededor de 2,48 millones de personas recibieron al menos la primera inyección de las vacunas de Sinovac, Pfizer o Astrazeneca. De ellos, la gran mayoría (2,09 millones o el 59% de la población) ya cuenta con el esquema completo.
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Si se toma en cuenta solo la población objetivo, es decir todos los mayores de 12 años, la nación ya inmunizó al 84% con una dosis y al 70% con dos. Los excelentes índices de inmunización van de la mano con una abrupta caída de los contagios, muertes e internaciones en terapia intensiva por COVID que se registra desde junio.
Hasta el lunes se contabilizaban 4.082 casos activos, un pronunciado descenso desde el pico alcanzado a fines de mayo, cuando el país llegó a tener 36.121 personas cursando la enfermedad. Asimismo, luego de permanecer durante varias semanas como la nación con más muertes diarias en relación a su población, con un récord de 79 decesos el 15 de abril, en los últimos 7 días promedia 8 fallecimientos diarios.
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Basado en estos auspiciosos resultados, el presidente Luis Lacalle Pou, que nunca decretó confinamientos obligatorios, dijo que espera la confirmación de la tendencia para flexibilizar el cierre de fronteras en la primavera austral. Mientras tanto, varias actividades se acercan a la ‘vieja normalidad’, incluido el regreso en julio a las clases presenciales de todos los niveles educativos.
Si bien Uruguay registró el sábado sus primeros casos de la variante delta, con 26 personas contagiadas tras viajes al exterior, las autoridades esperan que el nivel de vacunación atenúe el impacto de la cepa detectada por primera vez en India y que está causando rebrotes del virus en varias regiones del mundo.
Fuente: AFP.
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Paraguay albergará un partido del histórico Mundial-2030
Siguiendo el guion esperado, la FIFA oficializó este miércoles la concesión de la sede del Mundial-2030 al trío España-Portugal-Marruecos, con tres partidos en Sudamérica, y la de la edición de 2034 a Arabia Saudita. Las dudas generadas por las cuestiones medioambientales o por los Derechos Humanos no han alterado los planes de la Federación Internacional de Fútbol, que reunió en videoconferencia a sus 211 federaciones miembros para hacer realidad esta doble designación por aclamación.
Los estadios que albergarán esos tres partidos del Mundial de 2030 en Sudamérica son el Monumental de Buenos Aires, el Centenario de Montevideo (donde se jugó la primera final mundialista en 1930) y un tercero que todavía no se construyó en Asunción y que la Conmebol promete estrenar en 2028.
En ambos casos, eran las candidaturas únicas para sus respectivos años, por lo que la concesión era desde hace meses un secreto a voces. La Federación Noruega de Fútbol (NFF), muy crítica con la concesión del Mundial-2022 a Catar, explicó en un comunicado su negativa a dar su visto bueno a un proceso “defectuoso e incompatible” con los principios “de responsabilidad, transparencia y objetividad” que reivindica la FIFA.
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100 años
En 2030, el ‘Mundial del Centenario’ unirá a seis países, un formato único en la historia del torneo, nacido en 1930 en Montevideo. Uruguay, Argentina y Paraguay tendrán tres partidos del evento, como recuerdo a esos 100 años de vida de la competición. Esos partidos en Sudamérica serán los días 8 y 9 de junio de 2030. Los seis equipos concernidos y sus hinchas tendrán luego que cruzar el Atlántico: en España, Portugal y Marruecos se jugarán los otros 101 partidos, del 13 de junio al 21 de julio.
Con 11 de los 20 estadios propuestos, España debería ser la sede principal y acogerá el Mundial por segunda vez en su historia, después de 1982. Marruecos, en el pasado cinco veces aspirante sin éxito a acoger este torneo, se convertirá por su parte en el segundo país africano en ser sede mundialista, después de Sudáfrica en 2010.
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Diplomacia deportiva saudita
España y Marruecos se disputan ser el escenario del partido de apertura y de la final, proponiendo respectivamente el Santiago Bernabéu de Madrid o el Camp Nou de Barcelona, por un lado, y por el otro el futuro estadio Hassan II, entre Casablanca y Rabat. Ese recinto marroquí aspira a ser “el mayor estadio del mundo”, con capacidad para 115.000 espectadores. Portugal aporta al proyecto los dos estadios principales de Lisboa -los de Benfica y Sporting-, así como Oporto. Los lusos aspiran principalmente a acoger una de las semifinales.
“Un sueño hecho realidad. Portugal va a recibir el Mundial 2030 y nos llena de orgullo. ¡Unidos!”, escribió la estrella del fútbol portugués, Cristiano Ronaldo, en las redes sociales. Invocando el principio de rotación geográfica, la FIFA limitó en su día la sede de 2034 a las confederaciones de Asia y Oceanía. Arabia Saudita, el país que en los últimos años se ha hecho un hueco en el mapa del deporte a golpe de talonario, se encontró ya hace meses siendo la única candidata después de las renuncias de Australia e Indonesia, y del enfriamiento de las ambiciones futbolísticas de China.
El reino ultraconservador, que ha apostado por una estrategia de diversificación económica y de mejora de su imagen, solo dispone por ahora de dos de los catorce estadios de más de 40.000 plazas que se requieren. Más allá del reto logístico, las altas temperaturas del verano saudita podrían obligar a desplazar las fechas habituales del torneo, como ya ocurrió en 2022 con Catar. También habrá que gestionar en el caso de 2034 el ramadán, previsto entonces en diciembre.
“Vidas en peligro”
La fórmula tricontinental de 2030 fue recibida ya el año pasado con dudas por sus impacto medioambiental y por los costes añadidos para los hinchas, pero es sobre todo la elección de Arabia Saudita la que concentra las críticas y los temores. “Pone vidas en peligro y revela la vacuidad de los compromisos de la FIFA en materia de derechos humanos”, alertaron ONG -entre ellas Amnistía Internacional o Human Rights Watch- y representantes de asociaciones de aficionados en un comunicado común.
“Hoy, las pruebas no faltan: trabajadores migrantes explotados y víctimas de racismo, militantes condenados a decenas de años de prisión por haberse manifestado pacíficamente, mujeres y personas LGBTQIA+ confrontadas a una discriminación legalizada, o también habitantes expulsados por fuerza para hacer sitio a proyectos de Estado”, enumeró el texto.
En su informe de evaluación, la FIFA estimó que los compromisos sauditas en materia de Derechos Humanos suponen “un esfuerzo significativo en tiempo y en energía” de aquí a 2034, pero ve también “una probabilidad no despreciable de que la competición sirva de catalizador para las reformas en curso y las que están por venir”.
Fuente: AFP.
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¿Qué implicará el acuerdo Mercosur - UE?
El histórico acuerdo firmado hoy entre el Mercosur y la Unión Europea abriría un espacio de más de 700 millones de consumidores entre ambos continentes. A los países miembros del Mercado Común del Sur, específicamente Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, les permitirá exportar carne, azúcar, arroz o miel a Europa; mientras que el viejo continente exportaría vehículos, maquinaria o productos farmacéuticos.
Las empresas de América del Sur y de Europa serían las principales ganadoras del acuerdo de libre comercio; los grupos europeos tendrían acceso a 270 millones de consumidores y los grupos sudamericanos a 450 millones de consumidores.
El sector agrícola sudamericano podría beneficiarse del tratado, más aún teniendo en cuenta que Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay ya exportaron productos agrícolas y agroalimentarios por valor de 24.000 millones de dólares a la UE en 2023, sobre todo soja.
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Por su parte, Bruselas asegura que el acuerdo supone una oportunidad para productos europeos como el vino (que actualmente tiene un arancel de hasta el 27 %), los licores o los quesos, que pueden beneficiarse de un “auge de la clase media”. El gobierno español, que apoya el acuerdo, destaca los beneficios que este podría acarrear para el vino o el aceite de oliva. Alemania, por su parte, espera vender más vehículos.
El acuerdo prevé cuotas de exportación de 99.000 toneladas de carne vacuna y la supresión de todos los derechos de aduana sobre 60.000 toneladas de carne importada del Mercosur. La Comisión Europea asegura que son “volúmenes pequeños” porque las cuotas previstas representan solo un 1,6 % de la producción anual de carne bovina en la UE.
Ratificación del acuerdo
A partir de la firma del acuerdo, la Comisión Europea deberá obtener su ratificación con la aprobación de al menos 15 Estados miembros, que representen un 65 % de la población del bloque y una mayoría en el Parlamento Europeo.
Francia intenta alinear desde hace semanas a varios países europeos para constituir una “minoría de bloqueo” a la que se ha unido recientemente Polonia. Italia podría unirse a este frente, y también Austria o Países Bajos, que han expresado reticencias ante el acuerdo, aunque nada es seguro.
“Ellos no deciden nada, es la Comisión Europea la que decide”, dijo en referencia a Francia el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
Fuente: AFP
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¿Quiénes saldrían ganando con el acuerdo Mercosur - UE?
El histórico acuerdo sellado hoy entre el Mercosur y la Unión Europea inició en 1999. Desde entonces, se había buscado eliminar la mayoría de los aranceles entre ambas zonas, creando un espacio de más de 700 millones de consumidores.
El acuerdo permitiría que los países miembros del Mercado Común del Sur, específicamente Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, exportaran carne, azúcar, arroz o miel a Europa. Mientras que la UE exportaría vehículos, maquinaria o productos farmacéuticos.
Pero, ¿quiénes saldrían ganando? Las empresas de los dos continentes, con un acceso a 270 millones de consumidores para los grupos europeos y de 450 millones para las empresas sudamericanas.
El sector agrícola sudamericano podría beneficiarse del tratado, más aún teniendo en cuenta que Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay ya exportaron productos agrícolas y agroalimentarios por valor de 24.000 millones de dólares a la UE en 2023, sobre todo soja.
Por su parte, Bruselas asegura que el acuerdo supone una oportunidad para productos europeos como el vino (que actualmente tiene un arancel de hasta el 27 %), los licores o los quesos, que pueden beneficiarse de un “auge de la clase media”.
El gobierno español, que apoya el acuerdo, destaca los beneficios que este podría acarrear para el vino o el aceite de oliva. Alemania, por su parte, espera vender más vehículos. Además, el desafío planteado por la transición climática empuja a Europa a acercarse a esa zona del mundo, rica en litio, cobre, hierro y cobalto, entre otros.
El acuerdo prevé cuotas de exportación de 99.000 toneladas de carne vacuna y la supresión de todos los derechos de aduana sobre 60.000 toneladas de carne importada del Mercosur. La Comisión Europea asegura que son “volúmenes pequeños” porque las cuotas previstas representan solo un 1,6 % de la producción anual de carne bovina en la UE.
Ratificación del acuerdo
A partir de la firma del acuerdo, la Comisión Europea deberá obtener su ratificación con la aprobación de al menos 15 Estados miembros, que representen un 65 % de la población del bloque y una mayoría en el Parlamento Europeo.
Francia intenta alinear desde hace semanas a varios países europeos para constituir una “minoría de bloqueo” a la que se ha unido recientemente Polonia. Italia podría unirse a este frente, y también Austria o Países Bajos, que han expresado reticencias ante el acuerdo, aunque nada es seguro.
“Ellos no deciden nada, es la Comisión Europea la que decide”, dijo en referencia a Francia el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
Fuente: AFP
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UE-Mercosur apuestan todas sus fichas para sellar acuerdo en Montevideo
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, llega este jueves a Montevideo para reunirse mañana con los presidentes del Mercosur, en busca de cerrar las negociaciones hacia un acuerdo comercial histórico entre los dos bloques. “Aterrizamos en América Latina. La meta del acuerdo UE-Mercosur ya está a la vista. Trabajemos, crucemos la meta. Tenemos la oportunidad de crear un mercado de 700 millones de personas”, escribió Von der Leyen, quien hizo escala en Sao Paulo en camino a la capital uruguaya, en la red X.
Los presidentes de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, miembros fundadores del Mercosur que buscan un acuerdo con la UE, darán una rueda de prensa conjunta con Von der Leyen el viernes a las 9:30 locales (12:30 GMT), informó a la AFP Richard Empson, asesor de comunicación de la UE en Montevideo. Este jueves, los cancilleres del Mercosur abrieron formalmente la cumbre de dos días del bloque, luego de que el ministro de Relaciones Exteriores uruguayo, Omar Pagani, mantuviese una bilateral con el nuevo comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic.
El objetivo de la Comisión Europea genera rispideces con gobiernos de la UE. Poco antes de la llegada de Von der Leyen a Montevideo, el presidente francés Emmanuel Macron le reiteró que el proyecto de acuerdo comercial es “inaceptable en su estado actual”. “Continuaremos defendiendo sin descanso nuestra soberanía agrícola”, añadió la presidencia francesa en un mensaje en X.
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25 años de conversaciones
Desde hace casi 25 años, el Mercosur negocia un TLC con el bloque europeo demorado en innumerables ocasiones, en medio de tensiones por cuestiones sensibles como la protección del medio ambiente o las compras públicas. Ya en 2019, la UE y el Mercosur habían anunciado la conclusión de un pacto, pero el proceso se estancó sin que se ratificara. Ahora, según fuentes conocedoras de la negociación consultadas por la AFP, las partes llegarán a un acuerdo técnico que ha evolucionado en los últimos cinco años, con modificaciones en “varios capítulos” como compras gubernamentales, servicios, propiedad intelectual y por supuesto, medio ambiente.
A pesar de la oposición cerrada de Francia, donde el sector agropecuario se opone ferozmente a un acuerdo con los miembros del Mercosur por considerar que competirían en inferioridad de condiciones, la Comisión Europea, encargada de negociar, parece decidida a concretarlo. Además, España y Alemania, y la mayoría de los países europeos presionan para cerrar estas dilatadas negociaciones, a pocos meses de que asuma el republicano Donald Trump en Estados Unidos y disponga, según prometió, un aumento generalizado de aranceles aduaneros.
Europa espera exportar autos, maquinaria o medicinas al bloque sureño, inserto en una región bajo fuerte influencia de China, en tanto el Mercosur espera colocar más alimentos como soja, carne o miel en Europa. ONGs y militantes de izquierda europeos consideran que este proyecto aceleraría la deforestación de la Amazonia y agravaría la crisis climática al aumentar las emisiones de efecto invernadero. Greenpeace denuncia un texto “desastroso” para el medioambiente.
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No está todo dicho
Más allá de la voluntad de la comisión y el Mercosur de cerrar una etapa en este largo proceso, nada asegura que un entendimiento en Montevideo termine en un TLC. “Hay un mensaje de apoyo irrestricto de la Comisión al Pacto Verde (europeo) y a los temas ambientales y a los acuerdos comerciales. Y para (el presidente brasileño, Luiz Inacio) Lula (da Silva) es súper importante (el TLC) para contener a (Javier) Milei”, el ultraliberal presidente argentino que no es precisamente un fanático del Mercosur, explicó a la AFP Ignacio Bartesaghi, profesor de la Universidad Católica del Uruguay experto en la historia del Mercosur.
Un acuerdo permitiría a Lula “mostrar cierto éxito en el Mercosur y apaciguar los ánimos con la flexibilización”, señaló el analista, en alusión a las demandas de Uruguay de negociar acuerdos con terceros sin la anuencia del bloque, una postura que podría ser acompañada por Argentina y a lo que se opone férreamente el mandatario brasileño.
En virtud de los tratados europeos, la Comisión es la única negociadora de los acuerdos comerciales en nombre de los 27 Estados miembro. Pero una vez cerrado el texto con el Mercosur, deberá obtener la ratificación de al menos 15 países del bloque que representen 65% de la población, y una mayoría en el Parlamento europeo.
Eso está aún lejos en esta etapa. Italia podría unirse al bando de los países que rechazan el pacto, al igual que Polonia, Austria y Países Bajos, que ya expresaron reticencia. El ministro italiano de Agricultura, Francesco Lollobrigida, resumió en noviembre el sentir de estos países al exigir que los agricultores sudamericanos sean sometidos a las mismas “obligaciones” que los europeos. La cumbre de Montevideo, que reunirá a los cuatro socios originales del Mercosur desde 1991, al recientemente integrado Bolivia, más los Estados asociados entre los que se encuentran Chile y Colombia, dará la bienvenida asimismo como miembro asociado a Panamá.
Fuente: AFP.