El grupo Estado Islámico (EI) reivindicó este martes el lanzamiento de tres cohetes que cayeron cerca del palacio presidencial en Kabul en momentos en que estaban reunidos el presidente Ashraf Ghani y miembros del gobierno con motivo de la fiesta musulmana del Eid al Adha.

“Los soldados del califato apuntaron contra el palacio presidencial del tirano afgano y la zona verde de Kabul, con siete cohetes Katiusha”, reivindicó la organización yihadista en un comunicado publicado en Telegram. Tres cohetes, dos de los cuales explotaron, cayeron el martes por la mañana en las inmediaciones del palacio presidencial sin provocar víctimas, según el ministerio del Interior.

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El ataque no impidió al presidente afgano pronunciar poco después y en directo por televisión su tradicional discurso con motivo del primer día de la fiesta del Sacrificio. En marzo de 2020, el EI reivindicó un ataque con proyectiles contra el lugar donde se celebraba la ceremonia de investidura de Ghani, en presencia de cientos de personas.

Los talibanes lanzaron a principios de mayo una ofensiva contra las fuerzas afganas, en plena retirada de las tropas internacionales de Afganistán, que debe completarse para finales de agosto. Sin el apoyo crucial de Estados Unidos, las fuerzas afganas solo controlan las capitales provinciales y las principales carreteras.

Atentado en un mercado de Bagdad

Familias conmocionadas enterraban sus muertos este martes, un día después de un atentado en un mercado popular de Bagdad que dejó una treintena de fallecidos, mayoritariamente niños y mujeres, y que fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico.

Las esquelas de las víctimas, algunas mostrando retratos de adolescentes, colgaban en las calles de Ciudad Sadr, una gigantesca barriada chiita al este de Bagdad, donde empezaron los primeros funerales. El atentado tuvo lugar el lunes a final de jornada en el popular mercado de Al Woheilat, donde las familias se apresuraban para hacer las compras en la víspera de la fiesta musulmana del Eid al Adha, que celebra el Sacrificio.

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El grupo Estado Islámico (EI) reivindicó la acción, que despierta preocupación sobre la capacidad de la organización yihadista, oficialmente derrotada, de golpear en pleno corazón de Irak. En un mensaje en Telegram, EI afirma que un kamikaze hizo detonar su cinturón de explosivos, sembrando el pánico y el caso en el mercado, y matando a una treintena de personas, en su mayoría mujeres y niños.

Todavía no se ha brindado ningún balance oficial, pero el número de víctimas es de al menos 36 muertos y unos sesenta heridos, según una fuente médica consultada por AFP. Unas horas después de la matanza podían verse aún manchas de sangre en el suelo y los puestos, así como cientos de sandalias desparramadas entre los frutos y legumbres. A final del día, se veía habitantes todavía impactados limpiando el lugar. En un comunicado este martes, el primer ministro Mustafa al Kazimi prometió que “el terrorismo no permanecerá impune”, y que “los autores serán perseguidos allí hasta donde se esconden”.

Mensaje sangriento

El atentado tuvo lugar poco antes de una visita de Kazimi a Washington para reunirse con Joe Biden prevista para finales de la semana, y en un contexto político en deterioro a algunos meses de las elecciones legislativas de octubre. “A medida que se acercan las elecciones, las operaciones terroristas tienden a enviar el mensaje de que el sistema político es frágil y deficiente. El ataque busca probar que la organización (EI) sigue existiendo y es capaz de alcanzar sus objetivos en Bagdad”, estimó el presidente de la Asociación iraquí de Ciencias Políticas, Osama Saidi.

El EI, que controló importantes partes del territorio iraquí entre 2014 y 2017, fue derrotado por las tropas iraquíes apoyadas por una coalición internacional antiyihadista dirigida por Estados Unidos. No obstante, células de esta organización siguen presentes en el país, en particular en las zonas montañosas y desérticas, y reivindican ataques puntuales.

En un atentado anterior, en enero, dos kamikazes hicieron estallar sus cargas explosivas en un mercado de Bagdad matando a 32 personas. En abril, un civil murió en una explosión en Sadr City, pero las autoridades nunca confirmaron si se trató de un atentado. En mayo, cuatro ataques no reivindicados pero atribuidos al EI tuvieron como objetivos militares iraquíes en ciudades cercanas a la capital, en los que murieron 18 personas.

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Para el analista iraquí Jasem al Musaui, el atentado del mercado de Sadr City resalta “la debilidad de las fuerzas de seguridad, que no fueron formadas de manera profesional, sino en función de su lealtad política”. Ciudad Sadr es el bastión de los partidarios del líder chiita Muqtada al Sadr, cuya influencia es a menudo determinante en la política nacional.

Las reacciones de horror se multiplicaron, y la ONU en Irak condenó un “horrible atentado que recuerda que el terrorismo no conoce límite”. El presidente Vladimir Putin envió un mensaje a su homólogo iraquí Barham Saleh denunciando un ataque “cínico y cruel”.

Irán también condenó “un acto bárbaro” y “la siniestra repetición de escenarios terroristas en Irak”. El lunes por la noche, el presidente iraquí, Barham Saleh, denunció en Twitter “un crimen odioso y de una crueldad sin precedentes”. “Atentan contra nuestros civiles en Ciudad Sadr en vísperas del Eid. No aceptan que la gente se alegre ni siquiera un momento”, afirmó.

Fuente: AFP.

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