Una operación policial iniciada en junio en todo Brasil condujo a la detención de 884 personas acusadas de abusos y violencias contra niños y adolescentes, informó el viernes el Ministerio de Justicia, al día siguiente de la publicación de un estremecedor informe sobre esos crímenes. Tan solo en las redadas del viernes fueron detenidas 110 personas, precisó el reporte ministerial.

En todo el país, fueron movilizados unos 7.500 agentes desde el inicio de la operación, que permitió auxiliar a 16.971 víctimas. Según el Ministerio de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos, de enero a abril de este año hubo 32.000 denuncias de violencias contra niños y adolescentes. El informe publicado el jueves por el Foro Brasileño de Seguridad Pública (FBSP) indica que, en 2020, más de 6.000 niños y adolescentes fueron asesinados en Brasil.

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Entre ellos, 267 tenían menos de 12 años (+1,9% respecto a 2019) y 5.855 entre 12 y 19 años (+3,6%), precisó el FBSP, una oenegé integrada por investigadores en ciencias sociales, policías e integrantes del Poder Judicial. “Desde hace más de dos años, 17 niños y adolescentes mueren diariamente en Brasil”, calcula la entidad. El informe del FBSP reporta además 60.460 denuncias de violaciones en 2020, con un 60,6% de las víctimas menores de 13 años.

“Dentro del núcleo familiar”

La comisaria Fernanda Antonucci, miembro de la coordinación de fuerzas integradas que participó en la operación concluida el viernes, llamó a prestar atención a las señales que pueden indicar que un niño es víctima de abusos o malos tratos. “La primera señal para detectar si un niño sufre cualquier tipo de violencia es percibir su comportamiento. Suele ocurrir [en esos casos] que un niño alegre cambie de comportamiento, se vuelva introvertido, sienta vergüenza, se vuelva reservado”, declaró Antonucci en una rueda de prensa en Brasilia.

Pero esas señales se han vuelto más difíciles de detectar con el cierre de escuelas y de centros infantiles durante meses enteros desde el inicio de la pandemia de coronavirus, tanto más cuanto que la mayoría de esos crímenes se cometen “dentro de los núcleos familiares”, apunta el FBSP. “Las familias son parte fundamental de la solución de los problemas. Pero también, en muchos casos, están en su origen”, subraya.

“El 83% de las violaciones de niños y adolescentes de 0 a 19 años son perpetradas por personas conocidas de la víctima” y “60% ocurren en sus casas. Cuando se trata de niños de 0 a 4 años, ese porcentaje llega a 70%”, agrega.

También un 43% de las muertes violentas intencionales de niños de 0 a 4 años se cometen en sus hogares. La pandemia agravó además las tensiones familiares y la violencia contra la mujer. En 2020, se reportaron 1.350 feminicidios, frente a 1.330 en 2019. El número de homicidios intencionales en Brasil creció el año pasado, después de dos años de caída. Hubo en total 50.043 muertes intencionales, frente a 47.742 en 2019 (+4%). Entre las víctimas, figuran 194 policías (frente a 172 en 2019) y 6.416 personas abatidas en operaciones policiales (6.351 en 2019).

Más armas en circulación

El informe menciona entre los factores del aumento de los homicidios “el crecimiento expresivo del número de armas en circulación”. Desde su llegada al poder, en enero de 2019, el presidente Jair Bolsonaro impulsa una política de flexibilización de la posesión y el porte de armas.

Pese a que muchas medidas fueron trabadas por el Congreso o la justicia, “los registros de armas crecieron 97,1% entre 2019 y 2020, con 186.017 muevas armas registradas solo ante la Policía Federal, y se duplicaron las autorizaciones para importar armas largas”, dice el FBSP. El número de armas registradas en la PF se duplicó desde 2017, con un arsenal de 1.279.491 armas a fines de 2020.

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Fuente: AFP.

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