Incapaz de atajar la escalada de contagios por coronavirus, Cataluña volverá a aplicar desde la noche de este viernes y por al menos siete días un toque de queda nocturno que afectará a Barcelona y a varias localidades muy turísticas de esta zona de España.

En un auto recibido por AFP, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña autorizó lo solicitado por el gobierno regional catalán: aplicar el toque de queda entre 1:00 y 6:00, hasta el próximo 23 de julio, y en 161 municipios. Entre ellos se encuentra Barcelona y también localidades costeras muy turísticas como Salou, Sitges y Lloret de Mar.

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Con la incidencia disparada, el tribunal observó en su escrito que la pertinencia de la medida era “un grito a voces”, y apuntó a que podría tener que ser prolongada. “La duración real en atención al dislate de los resultados epidemiológicos puede ser hasta de dos o tres semanas”, reza el auto.

Una medida “difícil”

Los municipios afectados responden a los criterios de las autoridades sanitarias catalanas para solicitar la medida: una población de más de 5.000 habitantes, con una incidencia superior a los 400 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos siete días.

Desde que decayó el segundo estado de alarma en España el 9 de mayo, las regiones, competentes en materia sanitaria, están obligadas a obtener el visto bueno de la justicia para aplicar el toque de queda. “El confinamiento nocturno ha sido avalado. Es una medida difícil pero necesaria para frenar los contagios, proteger vidas y el sistema sanitario. Entrará en vigor esta noche”, tuiteó el presidente regional catalán, Pere Aragonès.

Desde hace varios días, la incidencia acumulada no ha dejado de subir en Cataluña. El jueves, según el ministerio de Sanidad, había en la región 1.107 casos de coronavirus por cada 100.000 habitantes en 14 días, una tasa que supera con creces los umbrales de riesgo extremo.

La situación es aún peor entre los jóvenes de entre 20 y 29 años, que de momento no han tenido tanto acceso a la vacuna como los grupos de edad mayores y han aprovechado este inicio de verano para disfrutar en bares y playas, con el consiguiente relajamiento de las precauciones. En ese grupo, la incidencia es en Cataluña de 3.375 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días.

Pocos fallecidos

Desde el lunes se multiplicaron las medidas en distintos puntos de España para frenar la escalada de casos. En Cataluña, las autoridades ya decretaron el cierre del ocio nocturno en los espacios interiores, y adelantar la hora de cierre de todas las actividades de esparcimiento a las 00:30.

En la vecina región de Valencia, la justicia autorizó el lunes un toque de queda nocturno entre 1:00 y 6:00 de la mañana en 32 localidades, y la limitación de reuniones a diez personas. En el norte de España, Navarra presentará una solicitud similar, y Cantabria espera la autorización de la justicia para aplicar también el toque de queda nocturno en ciudades como Santander.

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Si bien Cataluña es la región más afectada por la explosión del número de contagios, la tendencia al alza es generalizada en España, con una media, el jueves, de 500 casos por 100.000 habitantes en 14 días. La media nacional quintuplica la observada hace tres semanas (92), lo que da una idea de la propagación del virus.

El impacto de esta quinta ola de la pandemia en España se está traduciendo de momento en un incremento limitado de los ingresos hospitalarios. El número de fallecidos sigue siendo bajo, gracias a la campaña de vacunación, que ha cubierto a la gran mayoría de la población más vulnerable. Según los últimos datos del ministerio de Sanidad, el 60,6% de los 47 millones de residentes en España tienen la primera dosis de la vacuna puesta, y el 48,4% la pauta completa.

Fuente: AFP.

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