El papa Francisco, de 84 años, se sometió este domingo en Roma a una operación quirúrgica “programada” a causa de una inflamación del colon. Francisco fue internado en el hospital policlínico A. Gemelli de la capital italiana, donde se le realizó una “cirugía planificada a causa de sufrir estenosis diverticular sintomática del colon”.

“El Santo Padre ha reaccionado bien a la intervención, que se llevó a cabo con anestesia general”, indicó un comunicado del Vaticano publicado poco antes de medianoche (22:00 GMT).

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Se trata de una inflamación potencialmente dolorosa a causa de divertículos, pequeñas bolsas que se forman en las paredes del aparato digestivo, o hernias, cuya frecuencia aumenta con la edad. Una de las complicaciones posibles de esta dolencia es la estenosis, un estrechamiento del intestino.

El papa llegó hacia las 15:00 (13:00 GMT) en auto, sin escolta, acompañado de su chófer y de un colaborador próximo. Podría permanecer ingresado cinco días para la recuperación, en una habitación del décimo piso del hospital.

El presidente italiano, Sergio Mattarella, que se encuentra en Francia de visita, envió un mensaje de apoyo al papa, en el que le transmitió “los recuerdos afectuosos de todos los italianos”.

“No le tengo miedo a la muerte”

Nacido en Argentina el 17 de diciembre de 1936, a Jorge Bergoglio le habían extirpado el lóbulo superior del pulmón derecho con sólo 21 años a causa de una pleuresía. Sufre además problemas de cadera y ciática.

Este domingo al mediodía celebró la tradicional oración dominical del Ángelus desde la ventana de la residencia Santa Marta del Vaticano para los fieles que se encontraban en la plaza de San Pedro bajo un sol abrasador.

Parecía estar en buena forma física y anunció, emocionado, una visita de Estado a Eslovaquia entre el 12 y 15 de septiembre, su segundo viaje al exterior en 2021 tras el realizado a Irak en marzo.

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“No le tengo miedo a la muerte”, había confiado en un libro de entrevistas realizado por un periodista argentino en 2019. Tras la operación al pulmón, Francisco confesó que nunca se sintió limitado en sus actividades ni cansado. En estos últimos años, no obstante, canceló algunas apariciones y, ocasionalmente, se le nota que camina con dificultad.

Desde el comienzo de la pandemia, que golpeó muy duramente a Italia, en febrero de 2020, parecía poco inquieto por su propia salud, a menudo desplazándose sin mascarilla, pese a que tuvo que renunciar a sus paseos habituales entre los fieles durante la audiencia del miércoles.

Aparte de un catarro que lo obligó a cancelar las citas a comienzos de la pandemia, su salud no ha provocado ninguna preocupación en particular. Francisco fue elegido en 2013 para suceder a Benedicto XVI, que había renunciado en febrero de aquel año, tras ocho de pontificado.

Primer pontífice en dimitir en casi 600 años, el alemán había argumentado motivos de salud. Actualmente tiene 93 años y vive recluido en un monasterio en el Vaticano. En los últimos meses se le ha visto algo debilitado, se desplaza en silla de ruedas y habla con cierta dificultad.

Fuente: AFP.

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