Con casi el 50% de su población completamente vacunada contra el COVID-19, Uruguay comienza a superar su peor momento sanitario, atravesado en abril y mayo, al exhibir una clara mejora de los índices de la pandemia, pero se mantiene alerta por la amenaza de la variante Delta.
En apenas un mes, el pequeño país sudamericano de 3,5 millones de habitantes redujo significativamente el número de casos activos de la enfermedad, pasando de un pico de 36.121 a fines de mayo a 13.657 este viernes.
Asimismo, en los últimos diez días pasó a tener un promedio de 1.430 contagios diarios, lejos del récord de 4.604 nuevos casos alcanzados el 21 de mayo.
La cantidad de pacientes con COVID-19 en cuidados intensivos muestra a su vez una fuerte reducción: se pasó de un pico de 587 personas el 2 de junio, número que representaba el 56% de la ocupación total de camas de terapia intensiva, a 270 este viernes (27%).
Y en fallecimientos, la variable que más demora en reflejar los vaivenes de la gestión pandémica, también se ven cambios.
Luego de permanecer durante varias semanas como el país con más muertes diarias en relación a su población, con un récord de 79 decesos el 15 de abril, ahora alcanza un promedio de 31 fallecimientos diarios en los últimos 14 días.
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Vacunas para todos
Los expertos aseguran que la mejora está íntimamente atada a los altos índices de vacunación, cuya campaña comenzó el pasado 1 de marzo con un ritmo intenso.
El 65% de la población recibió al menos una dosis de Pfizer, CoronaVac o Astrazeneca, y el 49,15% ya cuenta con el esquema completo de dos dosis. El lunes se llegará a la mitad de la población completamente vacunada.
Solo un 6,5% de las personas que se registraron para vacunarse aún esperan ser inmunizadas. El gobierno apuesta a captar al 12% de los habilitados -todos los mayores de 12 años- que todavía no se han inscrito para recibir sus dosis.
“Uruguay tiene vacunas para todos”, dijo esta semana el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, tras asegurar que el país adquirió 7,5 millones de dosis de los tres laboratorios.
“No es un eslogan, es una realidad”, insistió, exhortando a inscribirse en el registro de vacunación a aquellos que aún no lo han hecho. Al ritmo actual, el país alcanzará en agosto el 70% de su población completamente vacunada.
La amenaza de Delta
La inmunidad natural conseguida por parte de los habitantes tras los altos números de contagios también actúa como una barrera que se suma a la de la vacunación.
Uruguay registra desde marzo de 2020 371.417 casos de COVID-19, lo que implica que al menos el 10% de su población ha cursado la enfermedad.
El fuerte ascenso de los contagios en los primeros meses de 2021, tras un 2020 que lo erigió como alumno ejemplar en el control de la pandemia, tuvo como impulsor fundamental a la variante Gamma, conocida como P1 y originada en Manaos, en el vecino Brasil.
Este antecedente agiganta la amenaza de Delta, responsable del aumento de casos en buena parte del globo y que cuelga como una espada de Damocles en la recuperación uruguaya, que ha vacunado mayoritariamente con CoronaVac.
El país aún no registra casos de esa variante nacida en India, pero autoridades y expertos aclararon que esto sucederá tarde o temprano. En este contexto, el gobierno reforzó las condiciones de ingreso al país, con el requisito de un PCR antes de entrar y otro a los siete días, o cuarentena de dos semanas, aún para los vacunados o los naturalmente inmunizados.
Pero también avanza a paso firme en la apertura de actividades. El lunes quedan habilitados los espectáculos públicos y los eventos en salones de fiestas, y reabren las salas de cine en varios departamentos.
Asimismo, se espera que este mes regresen a las aulas de los estudiantes de educación media, tras los altos índices de vacunación entre adolescentes.
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Fuente: AFP