Donald Rumsfeld, jefe de los halcones en la administración de George W. Bush y controvertido artífice de la guerra en Afganistán y la invasión a Irak, murió a los 88 años en Nuevo México, suroeste de Estados Unidos, anunció el miércoles su familia.

Rumsfeld, antiguo piloto naval, dirigió la guerra en Afganistán tras los atentados del 11 de septiembre en 2001 en Nueva York y Washington, y fue un defensor de la invasión de Irak en 2003.

“La historia lo podrá recordar por sus extraordinarios logros durante seis décadas de servicio público, pero quienes lo conocimos mejor (...) recordaremos su inquebrantable amor por su esposa Joyce, su familia y amigos y la integridad de una vida dedicada a su país”, dijo su familia en un comunicado.

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“Estados Unidos es más seguro” gracias a Donald Rumsfeld, saludó el expresidente George W. Bush, recordándolo como “un hombre de inteligencia, integridad y energía casi inagotables”, que “nunca palideció ante decisiones difíciles”. “Estamos de luto por un funcionario ejemplar, un hombre muy bueno”, escribió en una declaración.

Después de los ataques del 11-S, Rumsfeld, que había rescatado a las víctimas en el Pentágono, se convirtió en el defensor irreductible de un país fuerte ante los riesgos que emanaban de los terroristas y de Estados considerados incontrolables por Washington.

El rápido derrocamiento del régimen talibán en Afganistán le otorgó gran relevancia en la administración Bush, pero su reputación se vio luego empañada por el estancamiento del ejército estadounidense en Irak y por la denuncia del escándalo de Abu Ghraib en abril de 2004.

Las fotos de prisioneros iraquíes maltratados y humillados por militares estadounidenses en la prisión de Abu Ghraib, en Irak, provocaron indignación mundial.

El recuerdo de Churchill

Rumsfeld dirigió el Pentágono de 1975 a 1977, bajo el gobierno de Gerald Ford, y luego de 2001 a 2006, bajo Bush hijo. La primera vez fue el secretario de Defensa más joven y, a su regreso en 2001, se había convertido en el de mayor edad al frente de esa cartera.

Durante sus años en el Pentágono, Rumsfeld también se centró en reformar el ejército estadounidense para que se adaptara mejor a los desafíos de la era posterior a la Guerra Fría. Pero el conflicto en Irak finalmente le costó su puesto en 2006, a la edad de 74 años.

“Me viene a la mente la declaración de Winston Churchill, algo en el sentido de que me he beneficiado enormemente de las críticas y en ningún momento he sufrido una falta de ellas”, dijo al retirarse. Al final, al igual que el exvicepresidente Dick Cheney, de quien era muy cercano, Rumsfeld siguió siendo uno de los rostros más impopulares de la presidencia de Bush.

Nacido el 9 de julio de 1932, Rumsfeld se licenció en ciencias políticas en la Universidad de Princeton. Campeón de lucha libre en su juventud, fue un joven representante en el Congreso (1963-69), luego embajador de Estados Unidos ante la OTAN (1973-1974), antes de desempeñarse como jefe de gabinete de la Casa Blanca de Ford (1974-75), ser secretario de Defensa (1975-77) y candidato a la nominación del Partido Republicano para las elecciones presidenciales de 1988.

Al informar sobre su muerte, ocurrida en Taos, Nuevo México, la familia de Rumsfeld lo describió como “un estadista estadounidense y devoto marido, padre, abuelo y bisabuelo”.

Los iraquíes reaccionan con dureza

Muchos iraquíes reaccionaron este jueves con dureza ante el deceso del exsecretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, calificándolo de “símbolo de la ocupación” y “rostro del imperialismo”, y acusándolo de haber “destruido” a su país, muy rico en petróleo.

‘Exhalcón’ y jefe del Pentágono bajo la presidencia de George W. Bush, el controvertido artífice de la guerra de 2001 en Afganistán y de la invasión a Irak en 2003 murió el miércoles con 88 años. “No me apeno por la muerte de un ocupante”, indicó a la AFP Saad Jabbar, empleado del ministerio de Transportes, añadiendo que su nombre ha estado vinculado a la “invasión y destrucción” del país.

Para Raed Fahmy, secretario general del Partido Comunista iraquí, Rumsfeld “representa el rostro imperialista de Estados Unidos en su faceta más terrible”. “Rumsfeld fue uno de los que obró para que la situación de Irak se convierta en lo que es actualmente”, declaró a la AFP al día siguiente de conocerse la muerte del exjefe del Pentágono.

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La reputación de Rumsfeld se vio empañada por el anquilosamiento del ejército estadounidense en Irak, lo que a la postre le costó su cargo en 2006, cuando tenía 74 años. “La historia responsabilizará a Rumsfeld y a los Bush, padre e hijo, de la tragedia de Irak y su pueblo”, indicó un jefe tribal de la provincia de Al Anbar, que no quiso relevar su identidad.

Para Karim Tamimi, taxista en Bagdad, de 50 años, “todo lo que Rumsfeld y los otros estadounidenses han hecho por Irak se resume en dos cosas: destrucción y falsas promesas”. “¿Dónde está la democracia y las mejoras de las condiciones de vida que prometieron a los iraquíes?”, preguntó.

La imagen de Donald Rumsfeld ha quedado vinculada al escándalo en la prisión de Abu Ghraib, revelado en abril de 2004. Varias fotos de prisioneros iraquíes torturados y humillados por soldados estadounidenses causaron indignación en todo el mundo. Tras ello, Rumsfeld ofreció una primera renuncia a George W. Bush, quien la rechazó.

Fuente: AFP.

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