Brasil registró este miércoles 115.228 contagios de COVID-19 en 24 horas, un nuevo récord diario, según números del Ministerio de Salud que confirman la llegada de una tercera ola de la pandemia en el segundo país con más muertos del mundo.
El balance oficial de este miércoles también reportó 2.392 nuevas muertes registradas, elevando el total de óbitos a 507.109, un balance superado solo por Estados Unidos. Brasil acumula 18.169.881 contagios confirmados desde el comienzo de la pandemia. Antes de este miércoles, la peor marca había sido registrada el 25 de marzo pasado, con 100.158 casos en 24 horas.
Desde el 15 de junio, el promedio de casos en siete días está por encima de 70.000, algo que no sucedía desde abril. El país sudamericano vivió entre marzo y abril la segunda ola de la pandemia, con balances que llegaron a superar los 4.000 muertos por día, y los expertos vienen hablando desde hace semanas de la llegada de una tercera ola, con un nuevo repunte de las curvas de contagios y decesos.
Medio millón de fallecidos
El sábado, Brasil se convirtió en el segundo país en superar la marca del medio millón de fallecidos por la pandemia del COVID-19. En términos relativos, con 241 muertos cada 100.000 habitantes, Brasil figura entre la decena de países más golpeados por la enfermedad, que ya ha matado a más de 3,8 millones de personas en todo el mundo.
Según el último informe semanal de la Fundación Fiocruz, una entidad de referencia en la investigación médica, Brasil vive una situación “crítica”, con “una meseta [de muertes] elevada y la posibilidad de una agravación en las próximas semanas, con la llegada del invierno” austral. Los especialistas expresan preocupación por la lentitud de la campaña de vacunación, que anunció tardíamente a mediados de enero, y la propagación de variantes más agresivas del virus.
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Sólo 11,7% de la población ha sido completamente inmunizada contra el virus, mientras que un 31% ha recibido la primera dosis, unas cifras muy inferiores a países de la región, como Chile, Argentina o Uruguay. Entretanto, el presidente ultraderechista Jair Bolsonaro continúa relativizando la crisis sanitaria y cuestiona la efectividad de las vacunas y las medidas preventivas, como el distanciamiento social y el uso de máscaras, y promueve las aglomeraciones. Una comisión parlamentaria investiga la responsabilidad del gobierno en la magnitud de la tragedia.
Fuente: AFP.