Miles de partidarios de los aspirantes presidenciales Keiko Fujimori y Pedro Castillo volvieron ayer a las calles para defender sus votos en Perú, que continúa en vilo dos semanas después de los comicios mientras espera que el jurado electoral resuelva las impugnaciones y proclame al vencedor.
“No nos vamos a rendir, no vamos a bajar los brazos”, declaró en su mitin Fujimori, quien viene denunciando “irregularidades” en el balotaje del 6 de junio, aunque sin presentar pruebas concluyentes y a pesar de que los observadores de la OEA dijeron que la votación fue limpia.
El escrutinio final dio una ventaja de 44.000 votos a su rival izquierdista, mientras políticos de derecha radical piden anular los comicios y militares retirados llaman a las Fuerzas Armadas a impedir que Castillo pueda asumir el mando.
Colectivos civiles y partidos de izquierda convocaron a una “Gran Marcha Nacional” en “defensa” de la victoria de Castillo, que comenzó en la tarde bajo un colorido y bullicioso ambiente de carnaval en la Plaza Dos de Mayo y culminó en la Plaza San Martín, ambas en el centro de Lima.
Al final de la marcha, ya de noche, un manifestante resultó herido al ser atropellado en las inmediaciones de la Plaza San Martín por un automóvil que escapó del lugar, dijeron medios locales, sin aclarar si se trató de un accidente o una agresión deliberada. La víctima fue auxiliada por los bomberos y trasladada en ambulancia a un hospital.
La policía, que movilizó a 3.000 agentes en Lima para mantener el orden, había informado poco antes que ambas manifestaciones habían culminado sin incidentes.
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“Ya tenemos ganador”
“Ya tenemos un ganador”, Castillo, dijo a la AFP Maruja Inquira, que llegó a Lima para manifestarse desde Coata, en el lago Titicaca, donde predomina la población aymara, vestida con un colorido traje de carvanal. Castillo ganó nueve de cada 10 votos en esa remota zona andina limítrofe con Bolivia.
Una muchedumbre aplaudía a una mujer con vestido de gala naranja (color del partido fujimorista) y con una máscara de Keiko que bailaba un vals peruano con un hombre que vestía un traje a rayas de recluso con la máscara del encarcelado expresidente Alberto Fujimori, el padre de la candidata.
Paralelamente, Keiko encabezó su mitin en la Alameda 28 de Julio, a dos kilómetros de distancia de la marcha de Castillo.
“¿Ustedes quieren un país como el de (Nicolás) Maduro, como el de (Hugo) Chávez?”, preguntó Fujimori a la multitud, que coreó “Noooo”. Castillo ha negado ser chavista o comunista.
Fujimori pidió también a sus partidarios que participen en “movilizaciones de forma pacífica”, pero dejen de manifestarse frente a las viviendas de los jefes de los órganos electorales, lo que han hecho desde la semana pasada y que condujo a críticas de la alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet.
En conjunto ambas manifestaciones congregaron a unas 27.000 personas, según una estimación del Ministerio del Interior. Si bien los asistentes portaban mascarillas, se amontonaron sin ningún tipo de precaución en un país duramente golpeado por la pandemia.
En la marcha de Castillo había muchos campesinos vestidos con trajes tradicionales de la sierra andina, mientras en la de Fujimori había mayoritariamente gente de clase media y alta, observaron periodistas de la AFP.
También hubo marchas de partidarios de Castillo en las ciudades andinas de Arequipa, Ayacucho y Huancayo, entre otras.
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Llamados a anular comicios
El Jurado Nacional de Elecciones (JNE) trabaja lentamente en dirimir los pedidos de impugnación de miles de votos y cientos de mesas de sufragio, presentados principalmente por Fujimori, antes de proclamar al vencedor. No hay una fecha perentoria para esta decisión.
El maestro de escuela rural de Cajamarca (norte) se siente seguro de su victoria y no participó en el mitin de este sábado ni en otros anteriores, aunque algunas noches ha hablado ante sus seguidores desde un balcón de la sede de su partido en Lima.
El conteo del órgano electoral (ONPE), que llegó el martes al 100% de mesas, otorgó a Castillo el 50,12% de los votos sobre el 49,87% de Fujimori.
Ambos órganos electorales están bajo fuego de los sectores más radicales que apoyan a Fujimori, que temen que la revisión de las impugnaciones por parte del JNE no impida un triunfo de Castillo.
La tensión se elevó esta semana con los llamados de militares retirados a impedir que Castillo pueda asumir el poder, los que fueron criticados por el mandatario interino centrista, Francisco Sagasti. Este también está bajo fuego del fujimorismo, que lo acusa de “intervenir” en favor del candidato de izquierda.
Fuente: AFP.