El primer ministro australiano, Scott Morrison, pidió este miércoles una reforma de las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para poner fin a las medidas económicas coercitivas, una demanda dirigida a China, a pocos días de la cumbre del G7.
Como la tensión comercial entre Pekín y Canberra no cesa de aumentar desde 2018, para Morrison los acuerdos comerciales internacionales están “bajo presión”. “La forma más práctica de abordar la coerción económica es restablecer un sistema vinculante de solución de controversias dentro de la OMC”, afirmó el dirigente en su discurso al grupo de expertos Perth USAsia Center.
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“Cuando una actitud coercitiva no tiene consecuencias, hay pocos incentivos para la moderación”, agregó. En los últimos meses, China, el mayor socio comercial de Australia, ha impuesto fuertes sanciones al país.Pekín ha tomado represalias económicas contra una decena de productos australianos, como la cebada, el carbón, la carne de res y el vino.
En Canberra se cree que Pekín sanciona así al país por haber pedido una investigación independiente sobre el origen del COVID-19 y haber excluido al gigante chino de las telecomunicaciones Huawei de la construcción de la red 5G australiana.
La alocución de Morrison tiene lugar dos días antes de la cumbre del G7 en Cornouailles, en el suroeste de Inglaterra. Australia participará en las negociaciones del “G7 Plus” como nación invitada.
El primer ministro quiere aprovechar este encuentro para trabajar con las grandes potencias económicas para “modernizar” las reglas de la OMC, antes de la conferencia ministerial que se celebrará en noviembre en Ginebra. Canberra entabló un proceso contra China ante la OMC sobre los derechos arancelarios en las importaciones de cebada, pero puede demorarse años.
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Fuente: AFP.