Cuando el presidente Joe Biden pronunció el miércoles su primer discurso ante una sesión conjunta del Congreso, el Capitolio lucía inquietantemente vacío, unas circunstancias extraordinarias que resaltaron las marcas dejadas por la pandemia del coronavirus y el asalto en enero que sacudió el templo de la democracia estadounidense.
Apenas dos centenares de legisladores -tapabocas puestos y distanciados- se sentaron en el hemiciclo de la Cámara de Representantes, el mismo lugar donde los congresistas sesionaban para certificar la victoria electoral de Biden el 6 de enero, cuando una turba invasora los forzó a huir aterrados.
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“Mientras nos reunimos aquí esta noche, las imágenes de una turba violenta asaltando este Capitolio - desacralizando esta democracia - sigue muy viva en nuestra mente”, dijo el mandatario en un discurso ceremonioso que marca sus primeros 100 días en el poder.
Esta fue la primera vez que un mandatario estadounidense hablaba ante el hemiciclo desde el violento ataque contra el Capitolio, y Biden recordó que los legisladores tuvieron que huir ese día utilizando máscaras antigas.
Pero el exsenador de 78 años apuntó a la respuesta al ataque y los avances en la lucha contra la pandemia en Estados Unidos como razones para ser optimistas. “Nos hemos asomado al abismo de la insurrección y la autocracia, de pandemia y dolor, y “Nosotros el Pueblo” no vacilamos”, dijo.
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Como un recuerdo palpable de la violenta toma que conmocionó a la opinión pública estadounidense, las inmediaciones del Capitolio siguen valladas y agentes de la Guardia Nacional custodian la zona. Los pasillos del edificio estaban prácticamente vacíos, y los recorridos que atraen a turistas y visitantes han sido suspendidos.
La realidad de un país que pese a la alta tasa de vacunación sigue bajo el embate de la pandemia también marcó la ceremonia, en la que no hubo invitados fuera de las autoridades y el aforo estuvo reducido a 200 legisladores, del total de 538 entre diputados y senadores.
John Roberts, presidente de la Corte Suprema, fue el único asistente por esa institución. De todo el gabinete de Biden, solo el jefe de la diplomacia, Antony Blinken, y el jefe del Pentágono, Lloyd Austin estaban presentes. El resto del gobierno miró el discurso por televisión.
“Ya era hora”
Pero la sesión fue histórica también por otras razones. Por primera vez dos poderosas mujeres ocuparon la tribuna detrás del mandatario durante la ceremonia. Nancy Pelosi, la “Speaker” o presidenta de la Cámara de Representantes, ya había ocupado ese lugar durante anteriores discursos presidenciales. Pero con la incorporación de Kamala Harris, la primera vicepresidenta del país, las dos personas sentadas detrás y a ambos lados de Biden eran mujeres.
“Señora ‘Speaker’. Señora vicepresidenta”, dijo Biden con orgullo, dirigiéndose a las mujeres y aplaudiendo al comenzar su discurso. “Ningún presidente ha dicho nunca esas palabras desde este podio”, añadió, “y ya era hora”. El hemiciclo estalló en aplausos, mientras la primera dama, Jill Biden, y el segundo caballero, Douglas Emhoff, se unían a la ovación.
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Pero los dos cónyuges eran básicamente los únicos en las tribunas. Los asientos superiores, usualmente llenos con invitados de los legisladores, estaban prácticamente vacíos. El momento marcó un hito en los casi 245 años de historia del país, y las legisladoras señalaron el simbolismo en relación con los avances que han hecho las mujeres para alcanzar posiciones de poder en Estados Unidos.
Harris y Pelosi son la primera y la segunda, respectivamente, en la línea de sucesión presidencial. “Como muchas mujeres, me siento orgullosa de este momento y de ver esta representación”, publicó en Twitter una representante demócrata de la Cámara de Representantes, Barbara Lee. “Hace tiempo que debería haberse producido”.
Fuente: AFP.