India registró en 24 horas más de 2.600 muertos por coronavirus y vive una situación sanitaria desoladora frente a la pandemia, que también avanza en varios países de América Latina, mientras el mundo acelera la vacunación y está a punto de llegar a mil millones de dosis administradas.
Tras los récords en India emergen imágenes dramáticas: personas muriendo a las puertas de los hospitales, crematorios saturados y una falta de oxígeno gravísima. “Era padre de cinco hijos. El último es aún un niño. ¿Qué le voy a decir a su esposa?”, solloza a las puertas del hospital Guru Teg Bahadur, al noreste de Nueva Delhi, Ram Narayan, cuyo hermano Shyam acaba de fallecer sin poder recibir atención médica después de que su familia buscara angustiosamente y en vano oxígeno y una cama de hospital durante toda la noche.
La muerte de Shyam Narayan no formará parte de los tristes balances por coronavirus en India, porque no fue ni siquiera admitido en el hospital. En la misma fila de espera de enfermos, otros correrán la misma suerte.
Oficialmente, el número total de víctimas mortales en esta pandemia ronda los 190.000 en India, donde viven 1.300 millones de personas. En las últimas 24 horas también se registraron 340.000 nuevos casos, lo que sitúa el total de contagios en 16,5 millones. En los últimos tres días se contabilizó más de un millón de nuevos casos.
Una nueva variante y una fiesta religiosa hindú que ha congregado a decenas de miles de personas en varios puntos del país en estos días explican este agravamiento en India. El gobierno central ha enviado trenes especiales con oxígeno para los hospitales situados en regiones remotas, donde tienen que ser escoltados por las fuerzas del orden, y estimula la producción de las empresas locales, pero la situación no mejora por ahora.
Récord de contagios diarios
En todo el mundo, la pandemia se ha cobrado tres millones de muertos y ha infectado a más de 145 millones de personas. El viernes se registraron más de 893.000 casos de coronavirus en todo el mundo, una cifra diaria de infecciones récord desde la irrupción de la pandemia.
Paralelamente, el mundo está a punto de alcanzar las mil millones de dosis administradas. Las vacunas son un hito desde el punto de vista científico por la rapidez con la que se desarrollaron y por su eficacia, pero no se distribuyen de manera equitativa y algunos de los fármacos provocan recelo en autoridades y pacientes, debido a los efectos secundarios posibles.
El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, recordó que en los países ricos una de cada cuatro personas está vacunada, mientras que en aquellos con menos recursos solo una de cada 500 lo está. Y si el objetivo de todos es la inmunidad colectiva en un planeta donde casi no hay fronteras, esta desigualdad podría costar muy caro.
Toques de queda en Ecuador y Alemania
El viernes, las autoridades sanitarias dieron luz verde a la reanudación de la inmunización con la vacuna de Johnson & Johnson en Estados Unidos, que se suspendió el 13 de abril tras unos raros casos de trombosis. “El uso de la vacuna contra el COVID-19 de Janssen debe reanudarse en Estados Unidos”, señalaron en un comunicado los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y la agencia estadounidense del medicamento, la FDA, al considerar que los beneficios de la vacuna superan los riesgos.
La interrupción del uso de la vacuna desarrollada por el laboratorio estadounidense se había decidido para investigar varios casos de mujeres que desarrollaron coágulos de sangre en asociación con niveles bajos de plaquetas después de la inyección.
En Ecuador, donde se registraron casi 6.000 casos en 24 horas y es uno de los países de América Latina más castigados por la pandemia, el gobierno impuso toques de queda de 57 horas en los próximos cuatro fines de semana para paliar las infecciones. “El compromiso es quedarnos en casa. (...) Todo va a estar cerrado, son solo dos días, pedimos comprensión”, expresó el presidente del Comité de Operaciones de Emergencias (COE), Juan Zapata.
Y en Alemania, contrario a lo que ocurre en otros países europeos donde se empiezan a levantar las restricciones, el gobierno decidió aumentarlas. Este sábado entraron en vigor varias medidas como toques de queda nacionales, tras la adopción de una nueva ley muy polémica que refuerza el poder de la canciller Angela Merkel para luchar contra la pandemia. El motor económico de Europa quiere activar lo que ha llamado “un freno de emergencia” cuando la tasa de incidencia supere 100 por cada 100.000 habitantes y en este momento se sitúa en 164.
Fuente: AFP.