La primera ministra noruega, Erna Solberg, fue multada el viernes por infringir sus propias normas antiCOVID-19 al organizar, en un marco familiar demasiado amplio, una comida para su 60º cumpleaños, en la que ella misma no participó.

La policía llegó a la conclusión de que la cena organizada por y, en parte, para Solberg había superado el número de invitados autorizado, e impuso una multa de 20.000 coronas (unos 2.380 dólares) a la popular dirigente de centroderecha, invocando su necesaria ejemplaridad.

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“Aunque la ley es la misma para todos, no todo el mundo es igual”, declaró el comisario Ole Sæverud en una conferencia de prensa. “Erna Solberg es la persona más importante elegida del país y ha sido, en varias ocasiones, la figura de proa de las decisiones del gobierno sobre las medidas destinadas a frenar la pandemia. Por lo tanto, se considera justificado imponer una sanción para mantener la confianza del público en las normas sanitarias”, afirmó.

La cadena pública NRK había revelado el 18 de marzo que Solberg había celebrado su 60º aniversario en familia en una estación de esquí a finales de febrero, en circunstancias potencialmente problemáticas desde el punto de vista sanitario. La policía abrió entonces una investigación.

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El 25 de febrero, 13 miembros de su familia habían cenado en un restaurante de Geilo, mientras que las normas limitaban a 10 el número de participantes en un evento privado en un espacio público. Solberg no pudo participar porque tuvo que acudir al hospital por problemas oculares, pero la policía mantuvo su corresponsabilidad en la organización del evento.

Tras la revelación del episodio, la jefa del gobierno pidió disculpas públicamente y afirmó estar dispuesta a pagar una posible multa. El viernes confirmó que pagaría las 20.000 coronas afirmando: “No deberíamos haber roto las reglas, y me disculpo de nuevo”, dijo Nyhetskanalen en TV2.

Fuente: AFP.