Acusado de conspirar contra su hermanastro, el rey Abdalá II de Jordania, el príncipe Hamza expresó su rechazo a obedecer las órdenes de restringir sus movimientos, y en cambio acusa al poder de “corrupción”, sellándo así la fractura en la familia real jordana.
En una conversación telefónica, cuya grabación fue difundida la noche del domingo en Twitter, el príncipe afirmó a un interlocutor no identificado: “Por supuesto que no acataré (las órdenes del jefe de Estado mayor, el general Yousef Huneiti) cuando me dice que no estoy autorizado a salir, tuitear, comunicarme con la gente y que solo se me permite ver a mi familia”.
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La crisis estalló el sábado con la acusación contra el príncipe Hamza de “actividades” contra el reino y la detención de varias personalidades jordanas, según las autoridades por “razones de seguridad”.
Ese mismo día, el príncipe Hamza, hijo mayor del rey Huséin y la reina Noor (estadounidense), anunció que había sido puesto bajo “arresto domiciliario” en su palacio de Amán, negó haber participado en un complot y acusó a las autoridades de su país de “corrupción” e “incompetencia”.
Al día siguiente, el viceprimer ministro Ayman Safadi afirmó que la “sedición” había sido frustada de raíz y acusó al príncipe Hamza de haber colaborado con una “potencia extranjera” sin identificar, y anunció la detención de 15 personas, incluyendo a Basem Awadalá (antiguo asesor del rey).
“Corte de internet”
A solicitud del rey, el jefe del Estado Mayor visitó el sábado la residencia del príncipe Hamza para pedirle “detener las actividades que podrían ser utilizadas para socavar la estabilidad y la seguridad de Jordania”, pero la reunión no salió bien, añadió Safadi, que habló de un “plan perverso”.
“He grabado toda la conversación y la he distribuido (...) Ahora estoy esperando para ver qué va a pasar y qué van a hacer. No quiero moverme (por el momento) porque no quiero empeorar la situación”, dijo el príncipe en su última grabación, denunciando una situación “inaceptable”.
Según residentes, internet está cortado desde hace dos días en un exclusivo barrio del oeste de Amán, donde viven el príncipe Hamza y otros príncipes y princesas. De acuerdo con los deseos de su padre, fallecido en 1999, Hamza fue nombrado príncipe heredero cuando Abdalá II se convirtió en rey. Pero en 2004, el soberano le retiró el título para dárselo a su hijo mayor Huséin.
Para Ahmad Awad, que dirige en Amán el Instituto Phenix Center for Economics and Informatics Studies, “lo que ha ocurrido “es el comienzo de una crisis y no el final”. “Esto demuestra que se necesitan reformas tanto políticas como económicas y democráticas”, dijo a la AFP.
Mensajes de apoyo
Según Safadi, “las investigaciones han revelado vínculos entre Basem Awadalá y partes extranjeras (...) para poner en práctica planes maléficos destinados a socavar la estabilidad de Jordania”.
“Una persona con vínculos con servicios de seguridad extranjeros ha estado en contacto con la esposa del príncipe Hamza y le ofreció poner a su disposición un avión para que salga de Jordania hacia un país extranjero”, añadió sin dar nombre.
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Pero poco después de esas denuncias, un israelí, Roy Shaposhnik, residente en Europa, afirmó en un comunicado que no era “ni había sido nunca un agente de inteligencia israelí ni de ningún otro país”, sino sólo “un amigo del príncipe Hamza”.
El rey Abdalá II ha recibido varios mensajes de apoyo desde el extranjero. Los últimos, de Kuwait, Emiratos Árabes Unidos y Rusia. “Apoyamos los esfuerzos de las autoridades legítimas de Jordania y personalmente del rey Abdalá II para garantizar la estabilidad interna” del país, afirmó el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia.
Fuente: AFP.